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Nathan:
Me siento tan aliviado que por primera vez el metro no viene lleno, al fin puedo sentarme y organizar mis cosas, aún no sé cómo me levanté de la cama teniendo tantas razones para no asistir, con lo bueno que soy para actuar las enfermedades, pero no puedo escapar de clases toda la vida, y en algún momento tendría que volver.
Llegué a la estación y bajé, subí por las escaleras eléctricas para salir, caminé unas cuentas cuadras hasta llegar al instituto, para mi sorpresa, Ethan se encontraba en la entrada, recargado en las barras con una mirada que reflejaba que buscaba a alguien... y por alguna razón temía que yo fuera ese alguien... Apenas crucé la entrada y escuché pasos aproximándose a mi, así que aceleré mis pasos pero no fue suficiente, un brazo me rodeó tan fuerte que me hice un poco hacia adelante al tiempo que escuchaba una grave y seductora voz.
-¿Creíste que escaparías de mi, Angioletto?-
-¿Ehh..um...Q-Qué?-
-Que eres mi guía y debes cumplir con tu promesa-  Dijo con una sonrisa en la cara.
Lo miré con expresión de desconcertado por unos segundos hasta que recordé de esa promesa, mi primer acto fue subir  mis lentes por encima de mi nariz, dar un fuerte suspiro y voltear a verlo, mi mirada de indiferencia cambió y al mismo tiempo en el que me ruborizaba lo analizaba con la mirada, analizaba sus facciones, pasaba por su cabello liso y oscuro, por su nariz bien formada, hasta llegar a sus labios rosas y carnosos, jamás había visto a alguien así ni en los sueños, y el hecho de que este a mi lado, insistiéndome, sonriéndome, por alguna razón, me hace sentir algo diferente, que jamás había sentido... Le hice una seña con mi brazo indicando que me acompañara, se puso a mi lado y comenzamos el recorrido. En una parte pasamos por mi lugar favorito, los enormes jardines verdes, llenos de flores con grandes instalaciones rodeándolo y una hermosa fuente. Ethan no dejaba de verme no sé por qué, yo pretendía que no me daba cuenta, después sentí algo en mi mano, mire hacia abajo para ver su dedo meñique rodeando el mío, ¿¡QUÉ!?, por reflejo me alejé y lo miré demasiado confundido, el me miró con la misma expresión.
-¿Pasa algo?- preguntó.
-¿¡Por qué hiciste eso!?-
-¿Hacer qué?- Como si no se diera cuenta.
-P-Pues...¡eso!- proseguí tímido. -Tomar mi mano de esa manera-
Después de un silencio Ethan río un poco mientras veía el piso, levantó la cabeza para verme a los ojos.
-Es nuestra manera de hacer una promesa- dijo mostrando su meñique y mirándolo con una sonrisa.
-No recuerdo ninguna promesa- respondí aún un poco confundido.
-La promesa de que vas a ser mi guía y no me abandonarás- cada vez se acercaba más a mi con su dedo frente a mi, como si me transmitiera que debía corresponderle la promesa, ¿Quién es este tipo? ¿Por qué debería prometerle algo? Sin embargo viendo su rostro veía a alguien en quien confiar, no le di más importancia y le di mi meñique y él me regalo una media sonrisa, siento que podría verla todo el día, hasta que sonó la campana para las clases de inglés, la única clase que teníamos en diferente salón por la razón que teníamos que separarnos.
-A-Ammm...tu salón de inglés está allá en frente- le señalé el aula y él se despidió, alejándose lentamente hasta llegar a su edificio, me quede un momento mirando cómo se iba, algo en mi estómago no dejaba de moverse, mis mejillas ardían y tenía ganas de correr tras él solo para volver a ver sus hermosos ojos, al desaparecer yo también di media vuelta y me apresuré a llegar a mi aula.
Al entrar el salón estaba completamente vacío, excepto por una persona, Max, intenté entrar lentamente hasta llegar a mi lugar, escuchaba sus pasos acercándose lentamente, intentaba  ocuparme en algo para evitarlo, él golpeaba fuertemente con la mano cada pupitre por el que pasaba, cada vez más cercano al mío, un escalofrío recorrió mi espalda, siento que moriré de miedo, puso una mano en mi mesa tan brusco que di un ligero salto en mi lugar, me miraba fijamente tratando de intimidarme, apenas tomaba aliento para insultar, unos pasos corriendo se aproximaron al aula, era Anna.
-¡Idiota!, ¿Qué hiciste ahora?- Max volteo rápidamente para caminar hacia ella.
-¿De qué hablas?-
-La directora te está buscando por el auto rayado del estacionamiento-
Max la miró extrañado, después como si hubiera recordado algo qué pasó, dieron un choque de puños y corrió al estacionamiento supongo, Anna cambio su gesto a uno con indiferencia, apenas me miró y se fue a sentar en su lugar ubicado a la otra esquina del mío. La observé un poco hasta que se hartó y me habló.
-¿Qué te pasa?-
-E-El no rayó el auto...¿verdad?-
Un silencio se apoderó del aula, ella suspiró fríamente, se acomodó en su lugar y comenzó.
-Escuche que en el estacionamiento lo chocó sin que la directora supiera, pero nada serio, un momento después vi como se apresuró al salón para esperarte, así que para mantener mi promesa pensé en ayudarte un poco-
Mis ojos se abrieron un poco y me sorprendí al escuchar sus palabras.
-Pacto es Pacto- dijo con una sonrisa pequeña, se recargó y me miró.
-Ahora vete antes de que recuerde en que iban- me advirtió seria, le tomé la palabra y salí.
-Gracias...- le dije en la puerta.
-Regresa después de que entre el maestro- se despidió y yo me fui, tal vez hoy no sea tan mal día...

Lo Prometo...Where stories live. Discover now