Capitulo 6

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Me despedí de Raquel y seguí mi camino hasta el techo de la casa, el tío Luis me había dicho que el se encargaba de vigilar el perímetro de la casa en caso de que algún zombie intentara allanarla, me dijo que mi ayuda le serviría de mucho, y que además le podrían ser útiles mis clases de tiro con arco que había tomado en la unidad deportiva hace un par de años.

Llegue al centro de la sala y ahí encontré la escalera de mano que habian puesto para poder subir al techo sin tener que salir del hogar, debo reconocer que la idea de una escalera que te permita subir a un sitio seguro en caso de emergencia es un buen plan, en fin, subí la escalera y llegue al techo.

Identifiqué al tío Luis en una de las esquinas de la azotea, se le veía muy tranquilo mientras vigilaba, así que me acerqué rápidamente, en cuestión de segundos había recorrido caminando lo que normalmente hacía en minutos trotando, cuando estuve lo suficientemente cerca le agarré el hombro para hacerle saber de mi presencia, un grave error.

En cuanto sintió que alguien le tomaba el hombro, desenfundó su magnum .44 y me disparó entre ceja y ceja - o al menos esa fue su intención- sin voltear, yo, por increible que parezca esquivé la bala, si, así como lo leen, de hecho, la vi en cámara lenta, vi como salía del cañón del arma y se dirigía hacia mi frente, en cuanto vi lo que sucedía moví mi cabeza para esquivar el proyectil y por suerte lo logré.

-Dos metros- me dijo el tío Luis en cuanto volteó para ver a su víctima.

-¿Disculpa?-

-Si, dos metros, es la regla que tenemos al momento de comunicarnos, si alguien llega y nos toca por la espalda, debido a como están las cosas, simplemente corremos o disparamos a matar, tu tuviste suerte-

- Tu disculparas tío, pero nadie me había hablado de esa regla y yo no tenía manera de saber que, si te tocaba el hombro mientras vigilabas, tu me intentarías poner una bala en el cerebro- respondí indignado.

-Eso es cierto, y me disculpo por eso, pero, si tu no le cuentas a nadie  que te disparé, yo no comentaré que esquivaste la bala a quemarropa-.

-Eso fue un milagro tío, pero no te preocupes, no diré nada, eso si, tu será quien expliqué porque se oyó tal estruendo-.

-Dalo por hecho-.

Después de conversar, Luis me mandó a vigilar el otro extremo del tejado, me dio un rifle de francotirador con mira nocturna, pase la mira del rifle escaneando el horizonte, cuando de repente vi una sombra moverse entre los arbustos de debajo mio, al principio creí que era un zombie, así que apunté con el rifle, pero al ver la sombra a través de la mira me di cuenta de que era humana, de hecho, Alda me miraba desde los arbustos, y con su mano me llamaba.

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