Capitulo 16

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-Lucas soy yo, Gabriel, que bueno que estas vivo, pense que habías muerto.

-No puede ser ¡eres tu!, la ultima vez que te vi fue en la fiesta de noche buena, con ese bombon ¿como se llamaba?...

-Alda.

-Cierto, Alda.

-Si, eso no salió muy bien y preferiría no recordarlo...

-¿Porque?¿Te mordio? jajaja.

-Algo asi, mejor cambiemos de tema.

-Ok ok.

Observe a mi amigo, no se parecía en nada a la ultima vez que lo había visto, para empezar tenia un aspecto horrible, el pelo enmarañado, la cara sucia, la ropa andrajosa, en la mano derecha portaba una lanza improvisada, había amarrado un cuchillo de cocina a un palo de escoba, el arma parecía limpia así que probablemente no había matado a ningún zombie con ella, aun.

-wow, no puedo creer que hayas sobrevivido, ¿como llegaste hasta aqui?-ya había anochecido para cuando Lucas me pregunto, pero pude ver que sus ojos tenian lagrimas.

-Si... yo tampoco, es una larga historia.

-Cuentamela adentro, tenemos mucho tiempo.

Le conté a lucas mas o menos mi historia (obviamente omiti la parte de los Altin kan) y como me había separado de mi familia.

-Deberias venir conmigo, estoy seguro de que hay suficientes suministros para todos, ademas una mano amiga nunca falta-

-Claro, me encantaría unirmeles, pero primero tenemos que salir de aquí, la casa esta rodeada de esas bestias y aunque ya se calmaron, no creo que podamos bajar al primer piso sin llamar su atención, por cierto ¿como fue que llegaste hasta aquí?.

-Use una escalera para llegar desde el edificio de al lado, por desgracia se rompió en cuanto llegue aquí, dime, ¿como fue que terminaste en esta casa?

-Bueno, todo comenzó un par de semanas después de año nuevo, mi mamá y yo fuimos a la tienda a hacer las compras semanales, habíamos visto las noticias así que decidimos comprar víveres como cuando fue la pandemia de gripa, pero al parecer a las demás personas también se les ocurrió lo mismo, la tienda estaba a reventar de personas, todos corrían de un lugar a otro llenando sus carritos; logramos abastecernos de alguna despensa básica fuimos a la caja a pagar, los precios estaban por las nubes así que tuvimos que dejar un par de cosas y salir de ahí, al llegar al estacionamiento el caos estalló, los militares entraron al local y comenzaron a disparar a todos, la gente gritaba y corría intentando escapar, subimos al auto y nos alejamos al tiempo justo que veía como un montón de zombies salían del establecimiento y atacaban el vehículo de los militares.
La intención de mi mamá era llevarme a casa, pero el camino hacia ahí había quedado bloqueado por los militares quienes pusieron barricadas y no obligaron a retroceder lejos de los suburbios, entonces fuimos a parar a esta casa donde vivía una amiga de mamá que se encontraba de viaje por el extranjero, por suerte ella le había dejado la llave para que regara las plantas y abriera las ventanas de vez en cuando.

-Vaya tuvieron suerte de encontrar un lugar donde quedarse.

-Si... algo así.

-Por cierto, ¿Donde esta tu mamá?

-Bueno... ella esta... abajo en algún lugar.

-Oh, ¿Y porque no viene a saludar?

Lucas se tapó la cara con las manos y comenzó a sollozar, en ese momento me sentí como un idiota al comprender lo que quería darme a entender.

-Lucas, lo siento... no lo sabia disculpame.

-No, no te preocupes -dijo sobandose el ojo izquierdo- no es tu culpa, sucedió un poco después de que llegamos, mamá estaba en la cocina en el primer piso y no recordaba que la esa habitación tiene una puerta que da al jardín trasero, así que no la sellamos con madera y muebles, terrible error pues un zombie entró y la atacó, corrí a ayudarla pero ya era demasiado tarde le había mordido el hombro y yo no tuve el valor para hacer lo que debía hacerse, en lugar de eso corrí escaleras arriba y bloquee el acceso a este piso -la voz le temblaba cada vez más con cada palabra que decía- por suerte habíamos subido algunas provisiones aquí y también logre salvar algunos materiales para fabricar esta lanza. Me quede sin comida hace una semana y fue que decidí escribir el mensaje en el cartel.
-Vaya, eres todo un sobreviviente.
-¿Tu crees? Abandone a mi madre en cuanto la situación se puso difícil y me escondí en este hoy esperando la muerte, no creo que sobreviviente sea una buena palabra para describirme, soy un cobarde, un maldito hijo de pita cobarde que no merece vivir.

-Oye oye, tranquilo, tampoco exageres, hiciste lo que creías conveniente en su momento, no creo que lamentarse y llorar vayan a ayudarte a salir de este lío.

-Pero fue mi culpa, me acobarde, no la ayude, pude hacer más.

-Aún puedes.

-¿Te refieres a matarla?no creo poder, es mi madre, la amo.

-Amigo, lamento ser yo el que te lo diga pero si queremos salir de aquí y llegar a la unidad deportiva vamos a tener que bajar esas escaleras.

VcZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora