Andrea entró por la puerta de su casa despacio como si estuviera entrando en un lugar que ni siquiera conocía, aunque esa era la verdad, ese hogar dejó hace mucho tiempo de ser el que era años atrás, cuando su padre y su madre aun se querían.
El padre de Andrea vivía en el pueblo de al lado desde que se separó de su madre y llamaba a Andrea varias veces a la semana, ella por su parte nunca le contó lo que estaba sucediendo con el novio de su madre ni mucho menos que este había echo que la internaran en un centro para enfermos mentales, pensaba que, al igual que su madre, él no la creería. En una de tantas llamadas le comentó que había estado pasando unos dias con amigos fuera de casa y que por eso no pudo atender el telefono, otra mentira mas.
Andrea acomodó sus cosas en su habitación y se sentó en la cama, se puso a pensar en todo lo que vivió en el centro psiquiátrico y sonrió con ternura al acordarse de Raquel, ella había sido muy buena con ella, la había ayudado en todo he incluso la cubria cuando no queria asistir a alguna consulta. Ahora le venian encima dias y meses totalmente diferentes e infernales.
Llaman a la puerta, "pase" dice Andrea con un gesto agrio y un hilo de voz, era Miguel, el gesto de Andrea palidece.
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Una vida rota
Non-FictionLa vida de una niña feliz cambia por completo cuando es abusada sexualmente por su padrastro, cosa que traerá consecuencias inesperadas.