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—¿J—Joshua?— Jeonghan lleva su mirada hacia abajo mientras un fuerte color rojo se apodera de su rostro.

—Hmmm—gime Jisoo mientras su mano sube y baja por el pecho del pelirrojo.

—Joshua... ¿Q—qué se supone que estás haciendo?—pregunta, asustado. Mas no recibe respuesta, sólo la mano del menor sigue moviéndose delicadamente, acariciando su tronco con suavidad mientras emite pequeños sonidos.

—¡Joshua basta!— chilla desesperado el ángel cuando siente la mano de su caballero más abajo de lo que debería. Las lágrimas se asoman en las comisuras de sus ojos, se ha asustado. Su pulso se ha hecho más rápido y el ritmo de su respiración ha aumentado, pero no tanto como lo hace cuando Jeonghan ve a Joshua abriendo los ojos despacio, sin retirar su mano de donde la tenía. Estaba dormido...

—¿Han? Qué... ¿Qué ha pasado?—pregunta el americano confundido. Pero sus pequeños ojos se abren mucho más cuando ve a su ángel llorar y se da cuenta del por qué.

—¡Han! Yo... ¡Lo siento! Por favor, ángel, perdóname, no era mi intención, yo... De verdad que no sé lo que estaba haciendo. Estaba dormido, no tenía el control de m— los labios del cantante sellan los suyos en un beso corto y dulce, que calma el corazón de los dos al instante.

—N—no, no te disculpes. Está bien Shua, tranquilízate.— Dice, incluso cuando todavía hay pequeños rastros de lágrimas y sonrojo sobre su piel y su corazón sigue yendo a mil por hora.

—Pero lo que hice no estuvo bien...

—Ya no importa. Mírame a los ojos. ¿Lo ves? Estoy perfectamente bien. Ahora vuelve a dormir, yo regresaré en un instante, ¿Sí?— Jeonghan se levanta de su sitio dispuesto a irse al baño, pero la mano de Joshua—que hoy ya había tenido su aparición estrella— lo detiene antes de que pueda dar siquiera un paso.

—Han... sé que no estás bien. Te he asustado, te he hecho llorar y quiero pedirte perdón. Así que por favor, acepta mis disculpas— la mirada preocupada del americano es como un arma de destrucción masiva que destruye y devora el corazón y alma de Jeonghan, haciéndole sentir culpable.

—Yo... también lo siento.—Han vuelve a arrodillarse frente a Joshua, abrazándole y escondiendo su cara entre su hombro y su cuello.—Es que... me asusté mucho. Reaccioné mal, no debería haberme puesto así. Así que lo siento. Por favor, perdóname.

—No lo sientas. Es normal que te asustaras, es la primera vez que te pasa algo como esto— Jisoo ríe suavemente, intentando calmar a su ángel, cuyos sollozos se amortiguan en el pecho del menor.—Venga, no llores más, ¿Sí?— empieza a repartir caricias en la espalda y la cabeza de Jeonghan.

—Es que tenía las lágrimas acumuladas después del susto.—Jeonghan ríe suavemente— Si no me hubieras parado, seguramente estaría llorando en el cuarto de baño.

—No mientras yo esté contigo.

—Gracias Shua. Te quiero— una amplia sonrisa se asoma en sus labios, que de pronto besan los de su pareja con delicadeza, suavidad, cariño y, por encima de todo, amor. Mucho amor.

—No comáis en frente de los pobres, es de mala educación...—susurra Wonwoo, todavía abrazado al cuerpo de Mingyu, que después de un rato, se había quedado dormido.

—Tú tampoco es que estés pobre, ¿Sabes?— observa Jeonghan.—Tienes a Mingyu suspirando como un loco por ti.

—No digas bobadas, hyung.—replica el menor, aunque lo que en realidad quiere decir es: «por favor, Hyung, no me ilusiones».

—No es ninguna bobada, Won. Hazme caso, si hay alguien que sabe sobre lo que ocurre entre los miembros, aparte de Seungkwan, claro, ese es Jeonghan.—añade Jisoo.

—¿De verdad?— el brillo de la esperanza se cuela en las pupilas del inocente Wonwoo sin su permiso, haciendo que sus brazos abrazaran un poquito más fuerte el cuerpo del moreno a su lado.

—Claro que es de verdad, Won— sonríe el ángel, iluminando al instante la habitación con sus sonrisa.— Ya verás, el Meanie se hará real cuando menos te lo esperes.

Justo en ese momento, mientras la esperanza crecía en el interior de Wonwoo y una sonrisa crecía en sus labios, los brazos de Mingyu rodearon la cintura del pequeño pálido a su lado, haciendo que se sobresaltara y que su sonrisa se ensanchara aún más.

Pero lo que Wonwoo no sabía era que Mingyu estaba completamente despierto.

[...]

En la segunda habitación de la casa se encuentran Seokmin, Jun, Dino, Hoshi, Minghao, Vernon y Seungkwan. Todos están durmiendo o hablando en voz baja, y por eso Jihoon se había ido a la tercera habitación, alegando que «no soporta ser un sujeta—velas».

Woozi está allí, solo, sentado sobre una pequeña mantita, con las luces apagadas y su gran abrigo blanco puesto.

—Malditos niños, si no fuera por ellos podría tener aquí otra manta, me estoy muriendo de frío...—susurra, temblando y abrazando sus rodillas.— Al cuerno, volveré a por una manta, si tienen frío, que se junten como los pingüinos.— dice, y se levanta del suelo con lentitud.

—¿A dónde vas, Jihoonie?

El susurro de Seungcheol le pilla desprevenido. Está de pie, frente a la puerta, con dos mantas bajo el brazo y un vaso de café instantáneo en la mano.

—Cheol...

—Hola— sonríe el mayor, dejando las mantas en el suelo y frotándose el ojo con sueño.—Esto es para ti— levanta el brazo, ofreciéndole el vaso de café.

—G—gracias.—titubea el menor.—Tú... estabas durmiendo, ¿Verdad?

—Sí, pero me deperté, y a mi lado estaban el Jihan y el Meanie. Me sentí muy sobrante y secundario, así que me fui para dejarles privacidad.—ríe— Eso sí; al principio pensé que estarías en la segunda habitación, pero nada más poner un pie dentro me di cuenta de que seguramente te habrías apartado de tanto amor junto. Y como ellos tenían todas las mantas, se me ocurrió que quizás podrías tener frío, y... bueno, te traje esto.

—Muchas gracias Cheol— sonríe el pequeño, cerrando sus ojos. —Quédate, por favor—pide, bajando la mirada a sus manos.

—Claro... claro que sí, Jihoonie.— responde el mayor, sentándose junto al pequeño, guardando las distancias por el momento.

«¿Por qué estoy tan nervioso?» se pregunta. «Vamos, Cheol, reacciona... tú no eres así».

Sin pensárselo dos veces, Woozi se acerca más a S.Coups y se sube encima de él, rodeándole con sus brazos y reposando su cabeza en su pecho.

—Hmmm— el pequeño emite un sonido que parece indicar que está a punto de quedarse dormido. Empieza a mover su cabeza un poquito, rozando su nariz contra el pecho del mayor.

—Echaba de menos esto... cuando tienes sueño empiezas a actuar como un gatito, ¿Lo sabías?— pregunta Seungcheol, acariciando el fino y morado pelo de Woozi con cariño.

Pero el pequeño ya estaba dormido.

—Te quiero. Más de lo que te puedas imaginar.

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Hola! Este capítulo se lo dedico al HH squad<3

¿Sabéis qué? Esta mañana me he despertado y me he dado cuenta de que era domingo. ¿El problema? Que, como había perdido un poco la noción del tiempo esta semana, no había escrito nada de capítulo. Casi me da un infarto :'3
Pero he conseguido terminarlo! Me siento productiva y todo XD
En fin, gracias por leer, votar y comentar, ai lof you(?

P.D: os quiero<3

One Fine DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora