TE HARÉ SUFRIR.

Noche de bodas 2 parte.

Capitulo 7.

Narrado por Jack.

Allí estaba ella, parada frente a mi con una hermosa lencería de encaje, tierna, que dejaba mucho a mi imaginación. La quería para mi, eso era obvio.

Desde que la vi en aquel barco, me interesó, me intrigó, mi polla se levantó apenas la vi vestida en cada ocasión que nos encontrábamos, pero todo era una farsa, una mentira bien elaborada.

No iba a ser tierno. !Oh claro que no lo sería!.

- Nuestra noche de bodas comienza cariño. - Dije.

Me acerque a paso lento hacia ella, su mirada era la de un conejillo de indias asustado con el cual quería experimentar, y eso hizo que mi pene emergiera y se pusiera erecto.

Quedé a dos pasos de ella, detallaba cada parte de su cuerpo, hasta llegar a sus ojos y sentir ese abismo en el que ella me encierra, me tumba y hace que desate ese deseo carnal que hay en mi interior y se remueva al verle.

Toque su mejilla lentamente y mi dedo bajo hacia su barbilla alzando su cara para que mirara mis ojos de lujuria. Que viera mi interior, que supiera que la deseaba.

La agarre de la cintura la pegue hacia mi torso, la olfateó,  sentí su aroma a perfume, solté su cabello y cayó en ondas posicionándose más abajo de su hombro.

Bese su mejilla, su frente, sus ojos, hasta llegar a su boca. El roce fue leve hasta que ella estampo sus labios contra los míos y nos fundimos en un beso lento y suave. Caminamos a tropezones hacia la cama, ella enredo sus piernas en mi cintura, y yo profundice el beso, mi lengua bailaba por toda su cavidad bucal y ella respondía torpemente el beso. Nos separamos para tomar aire y la tire a la cama.

Sonreí, ella jadeaba y se veía angelical, pobre ya que esa cara se le quitaría pronto.

Me subí encima de ella y retome el beso. Me separé de su boca y lamí el lóbulo de su oreja.

- Te gusta que haga esto - Dije con voz ronca. Volviendo a lamer su lóbulo. 

Ella no respondió y yo le mordí muy fuerte el labio.

- Si - Contestó acompañado de un leve gemido.

Así me gusta; procedí a quitarle la parte superior de la lencería de encaje. Dejando a la vista esos hermosos, pequeños y rosados senos de porcelana. Succione, mordí, lamí su cuello.
Agarre uno de sus senos y lo apreté, el otro lo chupe, acariciaba y lamía lentamente su pezon, ella gemía como loca y eso producía algo inexplicable en mi.

Me posicione entre sus piernas, ella sintió mi miembro erecto y saco mi camisa en un segundo, me deseaba se notaba en su mirada, esos hermosos ojos pasaron a ser más oscuros, más lujuriosos. Terminé de desnudarla y la contemple por breves segundos.

Se veía malditamente hermosa desnuda, se veía caliente. La quiero para mí, pensé.

Succione su pezón y lo acaricie con mi lengua más fuerte mientras veía su rostro expectante por más, fui dejando un camino de besos en su abdomen hasta bajar a su sexo, de forma instintiva ella cerro sus piernas, la acomode en la cama y abrí lentamente sus piernas, mientras la miraba, dándole a entender que podía confiar en mi.

Empecé con besos suaves y la acaricie con mi dedo, lamí su clítoris y apreté uno de sus senos. El infierno es hermoso pensé. Succione su clítoris y un fuerte gemido salió de sus labios