Entrenaniento 1 parte.

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Capítulo 2.

Me desperté con los pelos de punta, parecía una loca sacada del manicomio. Mi cuerpo estaba erizado de pensar en la noche anterior, no pude pegar el ojo en toda la noche, estaba inquieta y preocupada.

¿Qué pasará ahora? ¿Qué haré?
El estrés y los nervios no me dejaban pensar claramente, mi vida era un caos desde la noche anterior.

Flashback

- Tengo una propuesta -Esbozo con una sonrisa malvada.

- Lo escucho - Respondí.

- He visto que peleas muy bien - Dijo

- ¿Lo vio cierto?; eso responde lo que acaba de decir- Digo lo más calmada posible.

- Vaya además de altanera, ahora es respondona y chistosa - Esbozo una sonrisa ladeada.

- Eso depende de cómo quiera tomarlo - Esbocé la misma sonrisa - Dígame, ¿No fue usted el que me mandó a llamar aquí?.

- Ciertamente - Dijo lo mas educadamente posible - pero si fuera tu. Yo no tendría esa sonrisa en la cara.

La sonrisa se borro enseguida de mi rostro, el hombre fornido conocido como la esfera peluda (gordo y peludo) se rió por lo bajo, tapándose con una mano la boca. El anciano se sentó en un sofá de cuero frente a una gran mesa. La cual lo separa a él del gran sofá, en el que yo estaba detrás.

- Tome asiento señorita - Me senté en el gran sofá de cuero.

- Gracias - Respondí, demasiado formalismo para una noche.

- La necesito para un negocio, que es muy importante para mí y para mi gente, y ya que veo que es ingeniosa, inteligente y audaz, me cuestione y creo que ya tenemos a la indicada, adivine que señorita Camile. Es usted.

- Comprensible, ¿De qué se trata?

- Necesito que mates a alguien - Dijo en tono indiferente.

- ¿Qué?- Dije alterada - Nooooo - Alargue la "o'' para que entendiera.

- La necesito señorita - En sus ojos se veía sinceridad - Además si no lo hace la voy a matar, y no solo a usted, sino también a su familia, usted decide; dígame ¿Qué dice?- Ya no se veía tan sincero como antes.

- ¿Por qué decidir lo que usted ya decidió?- Pregunte.

- Buena pregunta - Sonrió de manera forzada y yo le devolví la sonrisa - Señorita tiene demasiadas oportunidades con este trabajo. Mis hombres me informaron que no tiene donde quedarse -dijo.

- Si es cierto - Respondí. Pero estamos hablando de matar a alguien, no es algo que se decide tan fácilmente, aunque no puedo negarme.

- Ganará mucho dinero - Sonrió - Y eso amerita que tendrá lujos.

- Y si no lo hago me mata.

- Veo que entiende.

Repase mis opciones, eso era un pésimo trabajo, tenía que asesinar, Eso era realmente malo ¿Lo era o no? .
Las preguntas rondaban en mi cabeza hasta que acepte mi única realidad.

- Esta bien- Fue mi decisión - Pero tengo condiciones

- Si puedo hacer algo. Lo haré.

- Déjenos solos primero - Dije.

El anciano hizo un gesto y los guardias salieron de la habitación.

- Solo matare a gente que lo merezca y quiero que todo sea confidencial y no salga de esta habitación, solo los que necesiten saber lo sabrán. Y si veo que la persona que matare no es mala no lo haré. ¿Entendido?.

- Entendido, puedo hacerlo -  Respondió el anciano -  Su entrenamiento comienza mañana mis guardias de confianza la buscaran.

- Entrenamiento - Dije - ¿Que matar no es fácil?

- Es mas complicado de lo que cree señorita - Fue la primera sonrisa sincera que vi del anciano. Eso causo que también yo sonriera.

- Ahora que entramos en confianza, ¿Cómo se llama?-Pregunté indiferente.

- Antón Pávlov- Dijo - Soy ruso.

- Pero no le noto el acento.

- Me erradique en los estados unidos al cumplir los siete años. Vivía con mis padres pero fueron asesinados por andar en malos pasos.

- Ok.-  decidí no cuestionar nada. Que extraño acontecimiento,me pregunto quién habrá sido.

Llamo a uno de sus guardias por un teléfono, dijo unas palabras y colgó. El guardia apareció 5 minutos después. Le entrego unas llaves y se fue.

-Tome señorita, las llaves de su nuevo apartamento - Dijo el anciano.

-¿Apartamento?- Dije sin creerlo.

- Si y ahora largo debo hacer muchas cosas, mis guardias la llevaran.

- Gracias - Respondí con tono irónico y levantando una ceja.

- Adiós.

Salí de la habitación y me dirigí a la puerta, dos hombres me abrieron la puerta de salida del bar, donde otros guardias me esperaban en frente de una camioneta gigante para llevarme a mi destino.

Me subí al auto y emprendimos el camino hasta mi supuesto "apartamento". Llegamos como 30 minutos después y me bajaron del auto.

- Habitación 330 - Dijo la esfera peluda que no la había reconocido, estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta que estaba a mi lado. Él se subió a la camioneta y vi como el carro se alejaba de mí.

Entre en el edificio el cual tenía un estilo demasiado moderno, todo era blanco y de lujo, las flores eran de cristal y la recepción de vidrio, había una gran fuente en medio de la entrada y una lámpara grande que parecía echa de plata y los bordes de las paredes eran hechos de cerámica fina, había una gran escalera cilíndrica y a su lado el ascensor plateado que abrió sus puertas dándome la bienvenida.

Subí hasta el piso numero 24 donde se encontraba mi habitación, abrí con las llaves la puerta y me encontré con un lugar muy espacioso al principio de la entrada unas pequeñas escaleras que me daban cabida a la enorme sala, donde había un mueble blanco gigantesco, dos mesitas de noches diminutas en la cual se encontraban dos lámparas y al frente un televisor plasma.
La cocina era más amplia que la sala, todo parecía nuevo, la nevera llena de comida, la estufa tenía demasiados fogones, había además varios utensilios de cocina, gavetas y muchas cosas más. Había una puerta la cual daba a lo que yo suponía el comedor.
La habitación era grande pero no tanto como la cocina. La cama grande, el closet donde se encontraba en la parte de atrás una compuerta que se activaba con mi voz, donde tenían lugar  las armas.
Estupefacta por el gran apartamento me tire en la cama y trate de dormir.

Fin de Flashback .

Dormir? Quien podría dormir con todo esto.

Resignada, me pare de la cama y camine hacia el espejo y mire mi cara y cuerpo.

Bienvenida a tu futuro, ¿Lista para el entrenamiento? Vamos tu puedes - Sonreí  hacia el espejo y me dirigí a la cama.

Había que volver a dormir solo contaba con unas cuántas horas y mi cuerpo necesitaba descansar, me acosté y los brazos de morfeo me acurrucaron en ellos .

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Ojala les guste. Comenten y voten. Esperen la próxima parte de te haré sufrir.

TE HARÉ SUFRIR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora