La venganza del mas debil.

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Capitulo 9

Narrado por Jack

Ella estaba ahí mamandome el pito y yo estaba enojado y excitado.

No podía frenar ya que el clapson de los carros se harían presentes enseguida y eso es demasiado fastidioso. Era un vaiven majestuoso en el cual la música y nuestros sonidos ayudaban perfectamente con su cometido. Se lo metió completamente en la boca y un carraspeó fuerte salió de mi garganta. Estaba pronto a venirme y quería ser un poco malo, coloque mi mano en su cabeza y me dispuse a bajarla hacia mi pene con resistencia, seguramente no podía respirar, pero ella no se quejaba, me miro, sonrió de lado, mordió mi pene un poco y dolió mucho; pise el acelerador no se en que velocidad íbamos.

Una de mis manos sujetaba su cabeza y la otra sostenía con firmeza el volante, mi vista era un tanto borrosa no me podía concentrar en las avenidas, ni en los  árboles, mucho menos en los carros mis nudillos estaban blancos, pude apreciar mi cara roja y el sudor en mi frente por el retrovisor, definitivamente el aire no estaba funcionando, estaba caliente, excitado, quería cogerla en el carro, pero sabía que no podía; podría desmayarse por segunda vez, eso sería un problema para mi con solo el hecho de tener que explicarle al doctor que mi esposa me la estaba chupando en el auto y no me pude controlar por que estaba muy cachondo y le di hasta que no hubiera un mañana y mi leche abasteciera un ciudad completa en sentido figurado, claro está.

Pronto el sonido de una patrulla se hizo presente, querían que me detuviera, ella seguía haciendo su trabajo y le pedí que parara, no podía más ella tenía que detenerse, lo hizo. Cuando se separó un poco me sentí incompleto, además de que no había llegado al orgasmo.

Salí de la carretera y aparqué en una esquina, un policía se acercaba lentamente como en las películas, con su informe y caminando despacio con cara de hoy serás arrestado. No me dio tiempo de meterme el pene en los pantalones, el oficial tocó repetidamente la ventana, la mire para ver  si ya estaba preparada. Miro mi miembro descubierto y asintió con cara de niña inocente, voltee la cara despacio imaginándome lo peor. Ella Rápidamente tomó mi miembro en sus manos de forma brusca y metió su boca en el; me sentía lleno y dolía, gemí, ella sonrió. El policía tocó varias veces la puerta del auto, hasta el punto de que su puño impactó en esta con rudeza. Me dispuse a bajar la ventana a medias.

Ella me la chupaba con fuerza, era extremadamente delicioso.

- Señor, buenas tardes - Dije con una sonrisa falsa en la cara.

- Pasó el límite de velocidad, se demoró en abrir la puerta y además lo noto enfermo- Dijo preocupado.

-No pasa nada oficial- respondí. Camile seguía de arriba a abajo su boca encontraba cada punto sensible de mi amigo.

Un jadeo pequeño salió de mi. El policía me pidió los papeles del vehículo, la licencia de conducir, entre otras cosas. El tiempo era eterno, de un momento a otro ella empezó a mover su mano por mi miembro.

El orgasmo venia, abrí mi boca en un círculo dejándome llevar y pensé a la mierda el policía una mamada de este calibre no me sucede todos los días,  gemí y por fin llegue al esperado clímax. Era tan embriagador venirme, así como también liberador. Camile bebió mi semen, lamiéndose los labios con una sonrisa sádica en la cara. Mi enojo se había ido completamente.

Por fin caí en cuenta en el oficial que estaba al lado mio fuera del automóvil, ella se sentó y se acomodó en su asiento, el abrió los ojos como platos y no dijo nada. Me entrego una factura con una suma bastante amplia.

-Porque tanto dinero - Dije enojado - Solo es una exceso de velocidad.

-Exceso de velocidad, desacato a la justicia y además que cochinadas estaban haciendo en un auto en movimiento - Dijo - No se queje hubiese sido más duro con usted.

TE HARÉ SUFRIR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora