Mierda

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Capitulo 11

Jack.

Me quería vengar era cierto pero ahora la necesitaba, quería meter mi pene en su vagina y llegar a un perfecto y excitante orgasmo juntos.

Salí de la habitación con una notable erección en mis pantalones. Recordar la imagen de ella desnuda, esposada y siendo dominada por mi, me puso mas caliente. No pensé que la droga fuera tan buena.

Flashback

- Trajiste el encargo -  Mencionó al hombre enfrente de mi encapuchado y con botas de obrero.

- La paga - Revoloteo los ojos y le entregó el dinero en un sobre.

Me entregó la droga y me dispuse a caminar por las oscuras calles de la ciudad, cruce una avenida, para llegar a mi auto. Me adentre en él y me encamine a terminar los preparativos para la cena.

2 horas después.

- Jack - Dijo Camile.

Esbozo una sonrisa mostrando todos sus dientes, se arreglo un poco, usaba un vestido corto color rosado pálido, unas sandalias y tenia el cabello levemente recogido hacia un lado.

- Camile - Respondí.

- Comamos, tengo hambre - ¿Cuando no la tienes?, siempre que venía a la casa o los días que la vigile, desde que descubrí que estaba en los matorrales de la casa espiandome, tenía curiosidad por ella. Así que la investigue ya que es bastante interesante que me haya mentido sobre su verdadera identidad. Camile parker. Lo que se me hizo bastante interesante es no descubrir de qué trabaja. Tiene a su familia pero no vive con ellos, se me hace bastante extraño además de misterioso saber como se ha mantenido sola todo este tiempo, de donde sacara dinero ¿Habrá sido prostituta? Pero estas no vigilan las casas de otros, o suplantan la identidad de otra familia. Debo averiguar que paso con mi verdadera prometida y que se esconde tras mi esposa.

- JACK - Grita, despierto de mis pensamientos y veo en la realidad en la que me encuentro. - ¿Sabes desde hace cuando te estoy hablando?.-

- Ya voy - Me levanté del sofá, ignorando su comentario, camine hacia la cocina; el chef nos tenia los platos listos pero le dije que no los llevará para poder ejecutar el plan a la perfección. Tomé el mejor vino de la colección de tragos que tenía en el sótano, coloque la droga en el vaso, espere que se disolviese y salí al comedor.

Puse  los platos en la mesa, agarre las copas de vino y le di a Camile la que contenía el afrodisíaco, el hombre que me la dio es una de las principales ratas que promociona mis drogas y las vende en las calles menos concurridas de New York. Fácil de vender y libre de policías, es perfecto para el trabajo. Pero nadie sabe que soy el jefe y los pocos que lo hacen no han vivido para contarlo. Mi esposa bebe el trago rápidamente.

- He, calma - Mencione - No queremos que nada pase. - Sonreí.

Me dio una mirada amenazadora y transcurrió la noche entre risas y conversaciones triviales. Cuando tenía sueño mi mujer, se dispuso a cambiarse colocándose una camisa corta hasta el abdomen, y unas pantaletas blancas bastante calientes para mi pero bastantes normales para el resto. Se acostó en mi cama. Aún no hemos decidido donde vivir, aunque estoy 100℅ seguro de que quiere vivir en su departamento y yo en esta casa. Debemos comprar una nueva.

TE HARÉ SUFRIR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora