Día 9

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Hoy es domingo. No dormí casi nada anoche, el deseo me poseia. Me di almenos tres duchas de agua helada para que se valla la sed.
¿Y si me rindo?, ¿Si dejo todo atrás?
¡No, estúpida!, ya llegaste hasta aquí, debes ir hasta el final.
Pero no aguanto esta maldita sed.
Pide ayuda entonces.

Como si fuera una orden, voy en busca de Katy.

-¡Katy, donde estas!.-digo mientras camino por el pasillo.
-¡Me estoy duchando!.-fue su vaga respuesta.

Decido ir en busca de George.

-¡George, donde estas!.-digo.
-¡En mi cuarto!.-dice.

Voy hacia su cuarto y toco.

-Pasa.-dice.

Entro lentamente y me encuentro con un duchado George. Esta sólo con un jeans oscuro. Mi mirada no puede evitar darle un repaso, giro la cabeza repetidamente para que esas ideas no vuelvan.
Entro ignorando la sensualidad de este Adonis frente a mi. Me siento tímida en la punta de la cama.

-¿Me querías decir algo?.-se seca el pelo con la toalla.
-Te necesito...y a Katy, últimamente las ganas han aumentado demaciado.
-¿Ganas de que?.-se sienta a mi lado.
-Tu sabes, tengo ganas de mis demonios.
-Lose, debes tener fuerza de voluntad.

¿A que se refiere?, el no sabe que es tener esta maldita sed. No puedo seguir aguantando esta mierda.

-No lo entiendes. Siento que estoy en un desierto y mataría por una gota de agua.

Frunce el ceño con fuerza.

-¿Nos matarias, te matarias sólo por eso?.-dice extrañado.
-¿Que?...-trato de decir.-¿De que estas hablando?
-Eso es lo que quisiste expresar, por eso te haces esa mierda en el brazo.
-¿Esta mierda?...-apuntó mi brazo.-Esta mierda me la hize porque sentía que debía castigarme por las cagadas que me he mandado.

Levanto la manga de mi sudadera negra, saco las vendas que abrazan mi herido brazo. Las retiro con rudeza y desesperación, y se liberan todos los cortes sangrientos impresos en el.
Su cara se deforma al ver mis heridas. Me desabrocho y bajo la cremallera de mi jeans, lo bajo de prisa y las lágrimas brotan de mis ojos sin que yo pueda controlarlas. Cuando mi jeans y mi sudadera descansan en la madera del suelo, levanto la camiseta negra que me llegaba hasta medio muslo y muestro mis bragas, pero sus ojos viajan alas heridas que colecciono en mis muslos.

-Esta es la mierda a la que te refieres.-afirmó.
-¿Porqué te hiciste eso?, ridícula.

Me pongo mi ropa nuevamente con agilidad y salgo de la habitación. Voy hacia la puerta principal, la azotó detrás de mi. Me marcho, limpiandome las lágrimas.
Se que tiene razón, lastimarme no era la forma de solucionar los problemas, me di cuenta y pare. Ahora solo espero que sanen con disimulo.

Ya fuera del edificio, tomo aire y pongo mi mano en mi frente. ¿Porque estoy alterada?, es la verdad. Era un ridiculez desahogarme de esa forma, lo admito. No se que me pasó, pero me sentí mal. Mis heridas duelen sin las vendas. Empiezo a caminar hacia la parada del autobús. No se ni donde está, le pregunto a una señora y me da complicadas direcciones.
Llego por fin, agradezco que el día este nublado. Si hubiera sol, sudaria y tendria calor, me sacaria la sudadera y mis cortes estarian expuestos.
El autobús pasa enseguida, pido permiso ya que no traje ni un triste centavo.

Se pone en marcha y dejo todo atrás. Apoyo la cabeza en la ventana y cierro los ojos.
Decido ir a casa de mis padres a saludar, ojalá me acepten.
Me bajo en la parada correspondiente y camino hacia mi lugar de crianza.

Veo a Brandon jugando con el balón, esta tan alto. No puedo creer que me perdí parte de su niñez. Me ve y viene corriendo a abrazarme.

-¡Hey, enano!.-lo rodeo con mis brazos.
-Te he extrañado mucho.-me aprieta aún más.

Se me parte el corazón.

-Creo que cada vez que te veo creces dos centímetro.-me rio.
-Soy el más alto de mi clase.

Sonríe, me muestra todos sus dientes.
El se va corriendo para avisar de mi precencia, decido esperar afuera. Miro la casa, es igual a las películas "casa de familia". Tiene el pasto verde y perfecto. Mamá se esfuerza mucho por ser perfecta.
Levanto la vista y aparecen en el marco de la puerta principal. Trato de decifrar sus miradas, no logró nada.

-¿Que haces aquí?.-dice mamá.
-Vine a saludar.-respondo en voz baja.
-Sabes lo que pensamos acerca de que te acerques a Brandon.-dice papá.-La última vez el te encontró drogada en la cocina.
-Si, lo se. Pero he cambiado.
-¿Quien lo asegura?.-dice mamá.
-Yo lo aseguro.

Giro la cara 180 grados, me encuentro con los azules ojos de George.

-Ella está en rehabilitacion, después se irá a un centro especializado en el área.

Se ubica junto a mi. ¿Como supo que estaba aquí?

-¿Quien eres tu?.-dice papá con el seño fruncido.
-Soy la persona que le extendió la mano cuando sus padres no lo hicieron.

Toma mi mano y me lleva arrastras hacia su auto frente a la casa. Me abre la puerta y entro automáticamente, seguido lo hace él. El auto se pone en marcha, veo a un confundido Brandon y unos padres con gesto triste.

-¿Como sabías donde estaba?.-lo encaro.
-Lo supuse.
-Supones bien.-digo.-Gracias.

No se ni porqué le agradezco, sólo lo hago.

-Lo siento...-dice.-...Creo que me he propasado.-me mira.
-No tienes porqué disculparte, tienes razón.-le sonrió.-Perdón por salir así de la casa.
-¿Por qué escapaste de esa forma?.-dice.
-No se, necesitaba aire y pensar con claridad.
-¿Por qué vienes donde tus padres?.
-Son demasiadas preguntas.-esquivo.-¿Cómo sabes que son mis padres y donde vivían?
-Katy.-dice seco.
-Ah, claro.
-Aunque no lo creas ella te conoce más de lo que piensas.
-Lo se.

Llegamos después de unos minutos de silencio. Katy me resive con un abrazo y un regaño. Veo de reojo la hora en el reloj de la cocina, son las 18:00pm. Perdimos toda la tarde del domingo, exelente. Ha sido una gran distracción.

***

Vuelvo a casa después de mi charla con mi nuevo conocido Rodrigo. De verdad, me agradó conversar con el.
Me gustaría que fuéramos amigos, pero el es un narcotraficante...
¿Y eso que?
No lo se.
Oh, claro que lo sabes.
Se me hace raro, es mala junta.
Ahora te pareces a tu madre.
Esta bien, es cosa del destino, dudo que lo vuelva a ver.
Si lo ves, pídele el número.
No quiero tener relaciones de ningún tipo ahora.
Sólo amigos.

Ty Simpkins como Brandon

***

Día 9

Mi SalvaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora