Día 18

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Despierto.
El lugar esta con la cortina abierta y la luz da justo en mi cara. Me sobresalto al ver a dos mujeres, creo empleadas que rodean los 50 años, mirándome con una amplia sonrisa.

-Srta. Maggie.-empieza una.-Hemos recibido órdenes para prepararla.
-¿Prepararme para que?.-digo.
-Hoy habrá una fiesta de piscina.

Recién veo que en una bandeja lleva un bikini negro.

-No me he depilado.-río nerviosa.
-Para eso estamos aquí.-dice con eficiencia.

Nos introducimos en el baño y me depilan con cera el cuerpo. Si, TODO el cuerpo🌚.

Me pruebo el bikini con la piel roja.

-El rojo no se va.-piensa.-Ve a buscar una palta y un cuchillo.-ordena a la otra.

El bikini es realmente sexi

Recuerda mantener la calma y tu papel.

Después de que me bañaran en palta, estoy lista.

La mujer me indica direcciones para llegar al jardín y se va. Camino sólo en bikini, lo que me da un poco de pudor pero estoy siendo fría. La casa es bastante amplia, una vez vine aquí pero estuve en una habitación y nos fuimos. Sin mencionar que en el traslado hasta acá, hubo una bolsa de papel en mi cara para no recordar el camino.

Abro el ventanal y me encuentro en una gran picina donde al menos 10 chicas se bañan en compañía de 2 hombres que rodean los 30. En la parte techada esta Pocholo con otro hombre. Están bebiendo y jugando póker.

Me acerco a el con toda la sensualidad que puedo. Paso mi mano por su hombro, indicándole mi precencia.

-Estas aquí.-me siento en sus piernas.-Alberto, ella es mi mujer.

Me da un beso en la mejilla.

-Pero mira nada más que chulada me pones en frente, compadre.-dice.
-Muchas gracias.-río.
-Anda, ve a bañarte.-dice Pocholo.
-Ven conmigo.-le suplico.-No conozco a nadie.
-Andale.-ríe Alberto.

Nos damos la mano y de bombita nos tiramos al agua.

-¿Quien es el?.-digo.
-Un socio.-dice.
-¿Quienes son todas estas personas?.-miro a mi alrededor.
-Putas y los hijos de Alberto.
-¿Por qué son tantas?, ¿No se conforman con almenos 2?.-río.
-Así es la naturaleza del hombre.-ríe.
-Me alegra que tu no seas así.-río sarcasticamente.
-Ambos sabemos que eso no es cierto.
-Lo se.-digo.
-Admito que siento algo más por ti.-cierra los ojos y nuestras frentes se juntan.
-¿No estas jugando?.-susurro.
-No.

Nos besamos.

Este maldito esta cayendo muy fácil.

Terminamos en la cama. Me hago la dormida para no seguir hablando con el. Su teléfono suena y se levanta de la cama.

-¿Que?.-dice brusco.

Abro un poco los ojos para observar que pasa.
Se dispone a salir de la habitación pero cae en seco.

-No puede ser.-dice.-Di órdenes específicas para que la droga fuera enterrada.-espera, veo sus fosas nasales hincharse.-No, cambio de plan. La tomarán, la esconderan y la llevarán pasado en la madrugada al puerto más cercano de mi casa, llegará un barco y ustedes sólo deben dársela.-espera.-Adiós.

Abro los ojos y el me sonríe.

-¿Estas bien?.-digo.
-Problemas de trabajo.-responde.
-¿Ocurrió algo malo?.-digo.
-Nada que deba interesarte.

Le acaricio el pelo.

-Está bien.
-¿Quieres algo para la mente?

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⏰ Última actualización: Jan 29, 2017 ⏰

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