Cher... ¿Eaton?

Día de Visita.

Mañana es el Día de Visita. Estoy segura de que Marcus no se aparecerá por aquí, si no lo hizo hace dos años por Tobias, menos lo hará por mí, y eso me alegra.

Me dirijo a desayunar con Will, Christina y Al. Tris no está con ellos ¿Qué le habrá pasado? Cuando me acerco a ellos, los tres me miran de manera extraña.

-¿Y a ustedes qué les pasa? -pregunto

-Nada... sólo que... -comienza a decir Al.

-¿Qué? -

-Ayer evitaste venir a desayunar, y en la comida y cena estuviste con nosotros -continúa Will.

-¿Y? -

-Estuviste con nosotros y no con ellos, ¿Por qué? - pregunta Al.

-¿Acaso no puedo estar con ustedes? -

-O... ¿Es que acaso lo estás evitando? -pregunta Christina con sonrisa pícara.

-¿Evitando a quién? -

-Sabes a quién me refiero... los vi muy cariñosos en el carrusel... -canturreó Christina.

-¡CHER! -gritó alguien y con la mirada lo busqué, era Zeke, y me hacia señas para que me acercara.

Dudosa, me levanté y me dirigí hacia la mesa de los nacidos en Osadía. Me alegro de haberme alejado de mis compañeros trasladados. Para mi buena suerte, Uriah no estaba allí, ni Marlene, solo Lynn.

-¿Ahora nos estás evitando? -pregunta Lynn en tono de burla, pero no respondo.

-Cher, ¿Qué harás mañana? -pregunta Zeke y me extraña su pregunta, pero recuerdo que él sabe que soy hermana de Cuatro, el cual no recibió visita.

-Pues... no lo sé -confieso.

-¿Te gustaría pasar el día con nuestras familias? -pregunta.

-Eh... -empiezo a tartamudear -Gracias, pero creo que ya encontraré algo que hacer -digo, aunque creo que no me escuché segura.

-¿Segura? -

-Sí -

-Bien, nos vemos -se va sonriente.

-¿Por qué me ha invitado? -le pregunto a Lynn mientras me siento junto a ella.

-¿Tú por qué crees? -dice bruscamente, pero al verme confusa añade -¡Porque Uriah se lo ha pedido!

-¿Qué? -

-Ya me has oído -dice enojada para luego levantarse e irse.

¿Y a ella qué le pasa?

Me cuesta trabajo entrar a la enfermería mientras llevo a Al sobre mi hombro, pesa mucho. ¿Por qué tuvo que caer inconsciente?

-Te ayudo -escucho que me dice una voz, podría reconocerla en cualquier parte, es la de Uriah.

No me da tiempo de responder, pues él se apresura a quitármelo de encima para llevarlo a la camilla más cercana.

-Gracias -le digo y noto que me empiezo a poner nerviosa.

-No hay problema -dice y se crea un silencio incómodo.

-¿Por qué siempre nos encontramos en la enfermería? -pregunto bromeando para tratar de romper la tensión.

-Tienes razón, ¿Me estarás siguiendo? -pregunta riendo.

-Ya quisieras... -respondo de manera sarcástica, riendo.

-¿Cómo vas con tus peleas? -pregunta