Capitulo VII: "Fiesta y Necesidad"

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[Atención]: Este capitulo contiene Lemon (contenido +18).  La autora no se hace cargo de lo que decidan leer xD 


CAPITULO 7


—La bodas egipcias en estos días tienen su toque occidental, muchos se oponen a que la novia muestre su cara pero las muchachas con dinero creen que con ocultar su pelo es suficiente. Aun así, la hija de nuestro cliente tiene un poco de ambas cosas y creo que convenció a su padre para que la dejara celebrar a lo grande.

Joshua hablaba con sus invitados mientras el chófer los llevaba en su auto hasta la fiesta. Todos vestían de una forma elegante y les había prestado varias joyas relucientes para que el estatus social resaltara lo suficiente. Aun así, WonWoo se mantenía callado, jugando con sus manos y pensativo, miraba nerviosamente a MinGyu que solo se dedicaba a ver por la ventanilla aburrido. Al parecer la charla de bodas solo le interesa a Jeonghan y a SeokMin, SoonYoung por su parte comía una manzana con aquella navaja que nunca soltaba. Esta acción del último obligaba a WonWoo a pensar, que tenía una leve obsesión por las frutas y sus propiedades.

Si WonWoo admiraba a ese caballero americano, ahora lo hacía más. Su don de mantenerse tranquilo y en una charla interesante luego de lo que habían discutido en su oficina, era de una calidad olímpica.

Es por tu bien, el impulso será fuerte.

Pero ellos, ¿como saben de esto? —había preguntado con la mano en su pecho.

Antes que tú hubo otra persona con tu padecer. Al parecer lograron entrevistarlo antes de que suicidara. —WonWoo asintió a sus palabras. —No es tu responsabilidad decirle, solo te comento esto primero porque es a ti a quien afecta.

WonWoo dejó sus recuerdos cuando bajó del lujoso auto y miró a su alrededor mientras se arreglaba sutilmente el saco. Tenían cortada la calle en donde se festejaría el compromiso, miles de bailarines con canastos de flores y telas danzaban recibiendo a los invitados al ritmo de los darbuka y los laud. Caminaron por la calle decorada donde los vecinos festejaban hasta el patio trasero de aquella mansión donde la decoración de alfombras y telas junto a caros candelabros de oro relucían. Sillones pegados al suelo de colores brillantes y muchos almohadones, mesas a la altura para degustar manjares y el sonido de la música tradicional era más que llamativa.

La boda comenzó, los novios se sentaron en dos sillones que había en un altar y miraron cómo los bailarines les dedicaban la primer pieza, luego de intercambiar los anillos de la mano derecha a la mano izquierda, la fiesta comenzó en gritos y festejos. Una docena de bailarines con ropas tradicionales llegaron al centro de aquella fiesta al aire libre y comenzaron a danzar, los aplausos de los invitados no se hicieron esperar, era un ritmo alegre que la orquesta daba. WonWoo estaba maravillado aunque un poco más callado de lo normal pero aquella música tentadora logró llevarlo a donde no quería. Levantó la vista hacia su derecha para ver a MinGyu a su lado, este pareció sentir sus ojos así que observó también a quien lo contemplaba. Se miraban como la primera vez, entre lo exótico y lo desconocido. El más alto llevó lentamente una mano a la comisura de los labios de WonWoo, allí un pequeño rastro de azúcar molida reposaba cálidamente. Aquel tacto lo hizo estremecer pero esta vez, fue WonWoo quien se alejó de él con un brusco movimiento.

El viento jugaba con los grandes pedazos de tela que colgaban de aquel techo de seda y aquello sacó su atención del espectáculo. Vio como una niña, vestida como las bailarinas lo llamaba, él dudó y miró a todos lados, tal vez se había equivocado porque él no conocía a nadie en aquella fiesta, la niña insistió y aprovechó que los todas las miradas iban a un bailarín que danzaba con una serpiente en la mano- para salir detrás de la chiquilla.
Miro hacia atrás cuando llegó a una pequeña laguna artificial, estaban lejos de la fiesta pero la chica seguía riendo. Su cabeza comenzó a doler por lapsos, le gritaba que esperase pero ella desapareció en un edificio alto, industrial casi. Miles y angostos telares colgaban del techo y se movían con la brisa, al parecer secándose para luego ser enrollados. Era como seda blanca y la risa de la chiquilla se escuchaba cerca. Jadeante por el dolor pulsante que seguía en su cabeza, entró corriendo cada pieza de aquel laberíntico lugar, jalándolos hacia atrás para que no estorbaran en su camino pero la vista comenzaba a nublarse más.

HISTORY [Meanie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora