HISTORY [Meanie]

Capítulo IX: "Pasado y Futuro"

CAPÍTULO 9

Habían guardado sus pocas pertenencias en un bolso y el viaje era de tres días contando esa misma mañana en donde. un lujoso coche negro de los norteamericanos, los llevaba hasta un pequeño y humilde pueblo lejano a la ciudad y más cercano a desierto. Con el sol naciente los rebaños de cabras comenzaban a ocupar los caminos y eso retrasó un poco su llegada. WonWoo solo observaba por la ventanilla aquellas sencillas postales que tenía Egipto y sin duda quería guardarlas en los recuerdos de su mente por si las cosas, no salieran como él las quisiese.
Los autos se adentraron entre las pedregosas y pequeñas calles del poblado que los observaba curiosos porque tan solo uno de esos autos era capaz de darles de comer por dos años.

—Entonces, ¿por fin conoceremos al primo de Lateef? —WonWoo jugaba con un libro entre sus manos mientras MinGyu se cargaba ambos bolsos en la espalda.

—Seguramente es feo y le faltan dientes. —Acotó SoonYoung riendo mientras bajaba del maletero un pequeño bolso negro.

WonWoo sonrió ante aquellas dos personas que eran completamente cercanas pero diferentes entre sí. El mayor era SoonYoung y tenia un caracter alegre, como el médico del grupo tenía la increíble obligación de cuidarlos a todos y le había dado consejos para que sobrevivieron al desierto sin morirse de una insolación o un golpe de calor. Ese era su secreto del por qué comía frutas todo el tiempo.
Mientras MinGyu representaba todo aquel misterio que podía sentir, era increíblemente atrayente pero era tan cálido como el Sol, además de peligroso. Los golpes de la vida lo hacían endurecer aquel rostro perfecto de piel bronceada, era muy competitivo en cada lucha que tenía pero había algo en él que descolocó a WonWoo completamente: su sonrisa y esos ojos oscuros que solos se iluminaban ante el fuego de las lámparas.

—No te preocupes, suele ser muy serio cuando hace estas misiones.

La voz y la mano de Jeonghan tomando uno de sus hombros fue quien lo despertó de su trance. El hermoso hombre de cara angelical y personalidad amable lo había encontrado in fraganti mirando la espalda de MinGyu a contraluz de aquel sol que aún no se dignaba a salir de su lecho.

—Solo quiero ayudarlos, —respondió entre un suspiro. El mayor solo lo observó curioso.

—Eres un buen hombre WonWoo, estamos agradecidos con tu presencia y todo saldrá bien.

—¿Me lo prometes? —observó esos ojos avellana que se abrieron un poco sorprendidos por un momento pero, casi al instante, Jeonghan señaló a un moreno que ahora ajustaba el equipaje a un camello.

—Hay algo que todos aprendimos de ese muchacho que está allí y es que jamás ha roto una promesa. —sonrió al ver de reojo cuando el azabache observó de nuevo a MinGyu—Confía en él WonWoo y todo estará bien.

Por alguna razón las palabras de Jeonghan quedaron como un eco infinito en su cabeza y ocasionaron que su corazón se hinchara con un sentimiento nuevo. Suspiró pesadamente y caminó con sus alforjas para que SoonYoung las ajustara a un camello que solo gemía y comía. Unos gritos en árabe captaron la atención de todos, el primo de Lateef estaba preguntando para qué rayos el moreno necesitaba tres animales más por el mismo precio. Exige más dinero, tenía que cobrarles de más y estaba dispuesto a discutir horas con aquellos extranjeros el precio. WonWoo lo observó con cuidado, no era tan feo como su primo pero si olía a levadura y leche de cabra, detrás de él un niño con rostro tapado batallaba con los camélidos que no querían avanzar todos juntos.

—¿Que dice? —Preguntó SeokMin disimuladamente a Vernon.

—Resumidamente exige más dinero por los camellos. Joshua, no fue bueno traer los autos.