Capítulo VIII: "Amaneceres y Maldiciones"

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Cuando WonWoo despertó pensó que había vuelto a nacer. No había dormido tan bien en años y poco a poco sus sentidos comenzaban a sentir un aroma dulce en el aire de su habitación. Su vista vio las cortinas ondeando con la brisa de una ventana abierta y su mente lo trasladó hasta el presente en donde comenzaba a recordar que estaba en Egipto, en la casa de aquellos dos anfitriones norteamericanos, sus compañeros de misión y su mejor amigo SeokMin. Las visiones, el History y una boda de la cual no recuerda mucho. Sus mejillas ardieron avergonzadas al pensar que hubiese emborrachado descaradamente y hubiese mandado al desagüe toda la reputación de sus anfitriones. Se tapó con las sábanas blancas hasta las orejas, repitiendo que por favor no hubiese hecho tales cosas delante del mundo pero fue cuando notó su desnudez.

Se sentó en la cama completamente aturdido, un leve dolor en su cabeza se instaló pero lo ignoró para ver su cuerpo desnudo. ¿Qué diablos había hecho? ¿Acaso estaba tan ebrio que tuvieron que bañarlo? Miró alrededor de la habitación buscando pistas, algo que le hiciera recordar el porqué de su estado pero se encontró solo. Su ropa estaba doblada encima de una silla cuidadosamente y ese olor mezclado inundando la habitación como si fuera el perfume de las flores. Inconscientemente tocó el lugar contrario de la cama, allí donde parecía que una persona había estado y en donde su nariz volvió a sentir lo dulce. Como si las sábanas trataran de decirle algo, sus dedos se enredaron en aquel lugar vacío.

Con el corazón latiendo fuerte y un incómodo dolor en su cuerpo, tomó una bata y envolvió su piel para ir a la enigmática ventana. ¿Que tenía Egipto? ¿Por qué su cuerpo se atraía como un imán a aquellos balcones antiguos en donde solo podía ver el paisaje? ¿Que había en la dirección en donde sus ojos miraban?

—¿Por qué siento que mi madre me matará?

MinGyu caminaba con la cabeza gacha entre la gente que gritaba sus productos en los mercados y se mezclaba con alguna música en el aire. La gente que lo reconocía se hacia un lado pero extrañados porque aquel guerrero ahora llevaba la guardia baja, oliendo una flor que hace poco le había comprado a una niña risueña. Su imagen era la de un hombre intachable pero perdido en sus propios pensamientos.
Esa mañana se había despertado observando un rostro tan hermoso que daba miedo, sintiendo su respiración como si fuese la brisa de fría en verano, tocando su piel como si fuese la más fina seda jamás descubierta. Un hombre, Jeon WonWoo, el ser real más hermoso que pudo ver en toda su vida y repasando en lo que había pasado esa noche ahora también se sentía el vil ladrón que era.
No pensó, solo fue algo que lo apegó a WonWoo, algo que le decía "tocalo" cada vez que lo observaba entrar en sus ojos. "Protégelo" decía otra voz en su interior cuando lo encontró en aquella tumba y sus ojos se conectaron por primera vez. Pero sus dedos se morían por tocar nuevamente, ¿hace cuantos días estaba luchando con sus instintos? Ahora era cuando su mente entraba en juego y le recordaba el por qué WonWoo estaba allí. Cuando todo esto pasara, cuando por fin hubiese encontrado lo que buscaba y WonWoo fuese libre, él daría la cara por sus padres por los de SoonYoung, por Jeonghan. Iría hasta Londres con el tesoro en sus manos y todo por fin terminaría, todo allí terminaría. Aunque se hubiese llevado la inocencia de esos ojos profundos como el oasis más hermoso del que había bebido.

—El perfume de una flor que no está en el suelo, solo es efímero.

WonWoo bajó a desayunar y para el relajo de sus nervios, todos lo saludaron con enormes sonrisas. Vernon le abrió la silla para que pudiera unirse con ellos de nuevo a la mesa, Joshua se dedicaba a sonreír y al parecer, era el único que no tenía una fachada fresca. MinGyu no estaba con ellos, al parecer el primo de ese excéntrico vendedor de camellos era un difícil negociante y algo en su interior se movió ante un borroso recuerdo que no logró descifrar.
Para su mala suerte o no, nadie mencionó palabra alguna sobre la fiesta y solo hablaban de los precios de piedras preciosas o del mercado de joyas hasta el mismo SeokMin estaba interesado en el tema. Pero la mente de WonWoo no dejaba de trabajar en aquella noche, recordaba la boda pero nunca vio a los novios, recordaba llegar pero jamás recordó irse.

HISTORY [Meanie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora