Parte 3

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Hola a todos, ¿cómo están, les habla Ace King con un aviso importante.

Por razones de mala paga y malos tratos de parte del jefe, he decidido renunciar como narrador de mi propia historia y dejaré a zorro nieves a cargo a partir de hoy. Para los que no sepan quién es zorro nieves, es porque no han leído los primeros momentos de esta genial historia, que ya no será tan genial porque ya no la contaré yo.

—Espera... ¿cómo que yo voy a narrar, Ace? Ya tengo suficiente contando la mía.

—Calla, Widy, es solo por hoy. La verdad me da pereza contar cosas hoy. Tú sabes que él creador está viendo una serie muy buena y bueno, yo también quiero verla.

—No, no me vas a enredar con tus compromisos, ¡entiendes? ¡Tuyos!

Bueno, los dejo con el bipolar de la temporada, nos leemos luego lectores.

Bueno... yo no sé cómo hacer esto. Ni siquiera sé qué contar. Yo no sé las cosas que ha hecho Leo en el tiempo que no estuve cerca, así que creo que esta semana no...

—Por ahí hay unos apuntes de lo que debes contar, incluso hay un guion, pero alócate, Widy.

—Sabes que me debes una por esto, ¿verdad?

—Sí, lo sé, y por eso te adoro. Ciao.

Muy bien aquí dice que debo saludar a la audiencia... no sé si este bien eso de romper la cuarta pared. Pero como es la historia de Ace no voy a romper sus reglas así que, hola, soy Wideon y seré su narrador esta ocasión y bla, bla, bla... me dedicare a leer todo lo que puso para ustedes. Espero sea algo coherente. Aquí voy.

Era un día tranquilo en la ciudad y un lindo rubiecito descansaba apacible en su cama. Algunos rayos de sol se colaban a través de sus cortinas de seda importada y... espera... ¿seda importada? eso es imposible, ¿o no? Axel no puede pagar eso. ¿Será que me cambió por Ace? ¿Creen que me haya cambiado por Ace? Si es eso no sé qué haré... yo...

—¡Solo sigue leyendo, Widy! Puedes estar tranquilo de que no me he cogido a tu vampiro.

—¿En serio? Porque si le tocas un solo cabello te mato.

—Lo juro, a mí me gusta su hermano. Aparte tu vampiro es puto.

—Sí, pero es mi puto.

—Solo sigue con la historia y ya no te distraigas porque al creador no le gusta estar pausando su serie.

—Está bien, pero Ace...

—¿Qué?

—No le comentes nada de esto a Axel, ¿lo prometes?

—Por el dedo chiquito, ahora sí, ciao.

Muy bien, como decía. Un rubiecito descansaba apacible en su cama y algunos rayos de sol se colaban a través de sus cortinas de seda importada cayendo en su angelical rostro. Sus párpados delicados como pétalos comenzaron a abrirse ante el tacto del calor matutino. Cuando por fin sus ojos pudieron acostumbrarse a la luz del nuevo día se sentó para poder estirar su inmaculado... ¡ay! por dios, ¿inmaculado? ¿En serio? Ace tiene de inmaculado lo que yo de... bueno, ustedes saben, el y yo tuvimos sexo, ¿recuerdan? Y él ya no era virgen cuando lo hicimos —¡Widy! ¡deja de cambiar mi historia! ¡Solo limítate a leer el guión! O yo también voy a ir por ahí divulgando secretos tuyos.

—Vale, ya no haré más paréntesis — como decía, su inmaculado cuerpo. Cuando sus pies tocaron el frio suelo se puso de pie y fue en busca del alimento más importante del día, una buena cogida... ay dios... ni pensar que es menor que yo.

El rey negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora