Déjame que te muestre.

Parte 3 La graduación

Habíamos llegado a la facultad y todo estaba decorado perfectamente. Los estudiantes de primer curso de Periodismo, se habían mostrado como voluntarios en agradecimiento a nuestro tiempo dedicado en enseñarles los más fantásticos trucos para sacar buenas notas.

De repente un torbellino de pelo rojo, me abrazó mientras me gritaba y sarandeaba mi cuerpo.

Era mi mejor amiga, Tania.

- ¡Aliciaaaaaaa!. Ya te gradúas que ilusión, y pensar que a mi todavía me queda un año..Pero qué guapa estás ... Madre mía que bombón tenemos aquí... ¡Hey chicos! Mirarla, es ella, Alicia la mejor amiga del mundo mundial de los mundos.

Así era Tania,  una niña encerrada en un adulto, pero era la mejor. La mejor amiga que se había convertido en mi hermana durante esos años de carrera.

Tania era inquietante, asombrosa...Nos habíamos conocido en la primera fiesta a la que fui, justo el mismo dia que conocí a Fer; sin embargo ellos, nunca se llevaron bien, debido a sus notables diferencias y era por eso que apenas la veía. Mientras que Tania era una chica de Artes escénicas, ilusionada con la vida y alegre; Fer era un chico de Derecho, serio y realista que muy pocas veces mostraba euforia.

Pero a ambos los quería, y eran un pilar fundamental en mi vida.

- ¡Tania! Que gusto verte, después de tanto tiempo, menos mal que has venido...Mi padre no ha podido venir... Pero supongo que estaremos muy bien los tres...

- En realidad Alicia, no estamos solo los tres... Tengo una sorpresa para ti.- Dijo con un tono de esperanza... Y entonces fue cuando la vi..

Llevaba un tocado en la cabeza, y parecía que recientemente se había teñido el pelo; Además llevaba un vestido que parecía una túnica y que era muy poco característico de ella...

- ¡Abuela! - Grité y lanzándome a sus brazos empecé a llorar...Hacía tantos meses que no la veía que ni si quiera la había comentado que me graduaba... Ella vivía en mi pueblo y yo hacía años que no lo pisaba...Tal vez por miedo a recordar momentos.

- ¡Nieta mía! Que mayor estás y que guapa...Cuando me pediste el vestido, pensé que era para una fiesta no para tu graduación...Menos mal que Tania rápidamente me avisó y pude comprarte uno ideal que por cierto...estas guapísima.. ¿Por qué no me avisaste, Alicia?

- Abuela, yo pensé... Que tal vez después de lo ocurrido, no tenias ganas de fiesta.- Y era verdad, después de la muerte de mi madre, a ambas se nos quitaron las ganas de fiesta...                            Yo pasé por un momento de negación hasta que conocí a Fer y mi abuela en un estado de luto del que nunca hasta hoy la había visto salir...

- Alicia... Sabes que ambas queríamos mucho a tu madre...Pero han pasado 4 años... Y ver que mi única nieta se gradúa es sencillamente asombroso...No me lo hubiese perdido por nada.

- Gracias abuela- Y dándole un abrazo, decidí  alargar el brazo para incluir a Tania en tan bonito abrazo. - Gracias Tania, a ti también, esto es... Genial.

- Por cierto, Alicia.... ¿ Donde está Fernando? ¿ Y tu padre?- Me preguntó mi abuela con aires de curiosidad.

- Mmmm, bueno mi padre no ha podido venir...Ya sabes trabajo y demás.. Y Fer, esta aparcando el coche o intentándolo porque esto esta llenísimo y apenas hay sitio.

- Ay... tu padre..Ni si quiera mi hija, que en paz descanse; pudo domarlo para que se tomase unas vacaciones...- Y en eso tenía razón, porque cuando aun mi madre vivía, mi padre estaba de viaje siempre y es por eso por lo que acabaron separándose, dos años antes de su muerte.

- Bueno abuela, supongo que Tania que ha estado en todo, te habrá reservado un sitio, al lado de ella y Fer...Yo tengo que irme con los demás compañeros...Te quiero abuela. Gracias por venir...Espero que te guste.

Y así fue como comenzó mi graduación y uno de los peores días desde hacía mucho tiempo.

Terminada la graduación decidimos irnos los cuatro a comer al mejor restaurante de la capital... Sin embargo, nadie sabíamos lo que iba a pasar.

- Alicia, no me encuentro bien. - Me dijo mi abuela en un susurro... Y eso era raro, porque muy pocas veces había oído a mi abuela quejarse.

- ¿Abuela? ¿Qué te pasa? - Dije con voz alarmante.

- ¿Vamos al hospital?- Dijo Fer, con una voz tranquila como si no pasase nada...

- El hospital más cercano queda a ....¡Dos manzanas!- Dijo Tania rápidamente, mientras metía prisa a Fer para que acelerase.

Mi abuela, se estaba quedando pálida, apenas respiraba y notaba en sus ojos la angustia de no saber lo que la estaba pasando...

- ¡Abuela!, ¡Abuela!, ¿estás bien? Ya estamos llegando al hospital...¡Fer, joder acelera! ¡Que se nos va, hostia!- Nunca, desde hacía años había dicho tantas palabrotas, y mucho menos le había hablado así a Fer, por lo que todo eso, se convirtió en una pelea que acompañada de la preocupación por mi abuela... Terminó extremadamente mal.

- ¡No te consiento que me grites!- dijo Fer con una voz fría- Además, si no quieres pagar una multa, te aconsejo que no me grites niña.- En ese momento, me di cuenta de lo insufrible que podía llegar a ser Fer, y de lo poco que se preocupaba en lo que de verdad me importaba, como mis amigos o en este caso ... Mi abuela enferma...

- Pero ¡gilipollas! ¿Puedes acelerar? Lo que menos nos importa ahora mismo es pagar una multa, acelera el coche de una putísima vez o bájate y conduzco yo.- Dijo Tania con una voz enfadada mientras hacía movimientos agresivos con las manos.

- Calmaros..Ay ..- Dijo mi abuela, mientras se llevaba la mano al pecho...- Por favor, vidas mías calmaros...- Y eso fue lo último que dijo antes de desmayarse en el asiento trasero del coche.