Déjame que te muestre.

Parte 13: Adiós, adiós sueño adolescente

ALICIA

-Tia. ¡Ábreme! Sé que estas ahí porque me has contestado.- ¿Por qué narices no me habría? Estaría haciéndose la graciosa.

Abrió la puerta.

-Joder tía, que me estaba muriendo de frio.-La saludé mientras nos dábamos un abrazo. La notaba rara.- ¿Dónde está mi móvil? Espero que este aquí, por que como lo haya perdido por el camino....Me muero. Estoy pendiente de las prácticas aún.

-Mmm. Si, si está en la cocina. Lo encontré hace un rato.

-Ay....Menos mal. Pensé que lo había perdido. ¿Me llamó alguien?

-No. Pero verás...He metido la pata.-Me dijo bajando la mirada. ¿Qué narices habría hecho ella para sentirse tan mal? Seguro que nada grave, pensé.

-Dime, seguro que no es nada.

-Verás...Tania te envió un mensaje, diciéndote...Bueno más bien metiendo mierda de mi...Y me hirvió la sangre ¿sabes? No quería hacerlo, pero me repateó su comentario y me enfadé y bueno conseguí desbloquear tu móvil y la contesté...No me respondió, pero me sentí tan mal que borré los mensajes...No lo pensé, en verdad. Lo siento, amiga-¿Perdón? ¿Por qué se metía en mi vida?

- No sé cómo te has podido atrever a...Te has metido en mi vida. Joder...No puedo confiar en ti...Seguro que si no llego a recoger el móvil jamás me lo habrías contado. Lo siento.-Y dejándola sola, me fui.

Empecé a caminar, derechita a casa y mientras tanto llamé a Tania para pedirla disculpas.

-¿Tania?-Pregunté cuando descolgó.

-Si, soy yo Alicia. ¿Ocurrió algo?-Me preguntó como si ignorase el motivo.

-Siento mucho el mensaje de Mónica...Se sintió mal por tu comentario...Lo siento.-Le dije.

-¿Qué me dices? No te mandé ningún mensaje desde que me dijiste que te habías perdonado con Mónica, y tampoco ella me ha mandado ningún mensaje.- ¿Me ha mentido Mónica? ¿Por qué lo haría?

-¿En serio?-La pregunté.

-Claro tia... ¿Por qué iba yo a mentirte?-Y en eso tenía razón.-Por cierto, ¿cuando vuelves?

-Pues no lo sé...Pero creo que ya es hora de despertar de este sueño. Me he cansado de estar aquí...Desde que he llegado solo he tenido problemas. Lo mejor será que vuelva a mi vida de antes y arregle todo cuanto antes.- Tal vez si volvía, podría recuperar a Fer, y me olvidaría de tantas peleas adolescentes.

-Me parece bien; avisa cuando vengas para vernos nada más que llegues.- Colgamos.

Llegué a casa.

Mi abuela estaba en la cocina pelando patatas.

Me iba a doler mucho darle la noticia de mi regreso a la capital, pero esperé que lo entendiese.

-Hola nieta... ¿Qué tal?-Me preguntó con una sonrisa, nada mas verme.

-Bien, bien abuela.-Mentí.-Y tras darla un abrazo, empecé a contarla todo lo ocurrido y a explicarle el motivo de mi repentina vuelta.

-¿Estás segura? En mi opinión...No creo que Mónica te haya mentido. Deberías hablarlo con ella.

-Abuela, ya no es solo por Mónica. Es por todo...Aquí no está mi vida.-Y no volvimos a hablar mas del tema.

Tres días después

Hoy me marchaba de mi pueblo.

Me daba pena dejarlo atrás, pero sería lo mejor.

Días antes había hablado con Bruno y Lucas para preguntarle por el estado de su abuela y explicarles que me volvía a Madrid, sin embargo; no les conté nada de la discusión con Mónica.

Y hoy era el día.

Me despedí de mi abuela y me metí en el taxi.

Estuve llorando todo el camino hasta Oviedo.

Me dolía dejar todo atrás...Pero no podía seguir encerrada en ese mundo de adolescentes y fiestas.

Necesitaba volver a mi vida de universitaria, con mis prácticas, con Fer y Tania...

Tal vez nunca debí haber vuelto. Tal vez debí quedarme en Madrid.

Cuando llegué a Oviedo, solo le quedaban 30 minutos al autocar para salir.

Me quedé sentada en el banco de la estación leyendo el periódico que acababa de comprar.

-¿Alicia?-Una voz me despertó de mis cavilaciones internas.

Levanté la mirada.

-Hola Elijah. ¿Qué tal? -Parecía que siempre que iba a Oviedo me lo encontraba.

-Bien, tengo que coger un autobús a Madrid por negocios...Hubiese ido en coche pero Tamara lo cogió el otro día y le dio un pequeño gran golpe- Rió- ¿Y tú?

-Yo también vuelvo a Madrid....En el autobús que llega ahora...Que coincidencia.-Y en verdad era una muy buena coincidencia...Pero aún no sabía hasta que punto.

-Pues me parece que vamos en el mismo bus. Al menos me alegro de no ir solo.- Y tiempo después llegó el bus.

-¿Qué asiento tienes?-Me preguntó

-Pues...El 33 a. ¿Y tú?

-Buff...EL 27 b...Pero un momento.- Y se marchó a la otra parte del bus.

Volvió donde estaba yo y con una sonrisa me dijo:

-Solucionado.

-¿Solucionado? ¿El qué?

-Los asientos. Esta amable mujer nos cambia el sitio para que podamos ir juntos.-Y mirando a la señora, le di las gracias.

-De nada jóvenes. Pero cuídala ¿eh?- Dijo dirijiéndose a Elijah.

-Eso siempre. -Respondió a la mujer...Y dándole de nuevo las gracias nos sentamos en nuestros nuevos asientos.

Dormí durante todo el viaje, y cuando desperté me di cuenta de que le había babeado todo el hombro a Elijah.

-Lo siento...-Dije con mucha vergüenza.

-No pasa nada.-Dijo riéndose.-Estabas tan dormida que me daba pena despertarte. Por cierto, ya hemos llegado a Madrid, en nada llegaremos a la estación.

-¿Ya? Se me ha hecho súper corto. ¿Tienes hotel?-Le pregunté.

-Si, si me quedo solo un par de días...No sabía que ibas a volver tan pronto, si no te habría avisado.

-Bueno...Ya era hora de volver a mi vida-Y cuando lo dije, supe que era verdad.

-Me alegro. Pero espero que vuelvas pronto.

-Si no tienes mucho trabajo estos dos días...Podemos quedar.-Aunque no sé si yo tendría tiempo.

-Si, sin problemas. Te llamo.

Y tras una larga conversación nos fuimos cada uno hacia nuestro destino.

Él hacia su hotel del centro y yo hacia mi añorada casa.

¿Habría vuelto Fer? Me pregunté de camino. Sin embargo pronto lo descubriría.

Decidí ponerle un mensaje a Tania, aunque antes de irme ya le había puesto un mensaje de que iba hacia Madrid.

Tenía ganas de verla. Había extrañado sus locuras.

Y por fin había llegado a casa.

La luz de mi habitación estaba encendida.

Fer había vuelto. Y noté como la cara se me iluminó.

-¿Cariño?- Pregunté.