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Todo era oscuro a su alrededor, solo estaban ellos dos, mirendose fijamente uno miraba al otro con odio puro, mientras la del otro era neutral.

No pensaba quedarse mucho tiempo aquí, seria peligroso, debía ir al grano de una vez por todas. No había viento en aquel lugar; no había nada más que ellos dos, era el vacio.

— Es curioso que vengas hasta aquí para llevartelo.  Comento el mayor de los hermanos mientras que sus ojos escaneaban todo el cuerpo del menor, dandose cuenta de que portaba la armadura de los guardias del castillo. Una mueca de asco se puso en su rostro pero siguio con lo que había dicho. — Despues de todo tu querias estar con ella, por sobre lo que había ordenado nuestro padre. Shadow. Incluso llevas esa asquerosa armadura junto con su escudo familiar.

No respondió a ese comentario. No sabría qué responderle.

Solo dame su alma. — Ordeno con firmeza aparente el menor a la vez que intentaba quitarle aquella chispa de luz  que flotaba en su mano.

— Tal vez. — Comento el mayor mientras se apartaba e impedía que él tomara aquella alma. — Podamos hacer un trato.

Su cuerpo parecia ser arrastrado por el viento que ni siquiera se sentia adentro de aquel vacio, como si de nuebla se tratase.

Te escucho. —Respondio mientra veia como el mayor desaparecia y volvia a apárecer un poco más lejos de él.

— Que tú te quedes aquí.

Cuando Decida MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora