Bad boy?; Frerard /Terminada/

Frank es frágil.

Gerard le besaba y Frank no sabía si apartarlo, gritar y huir o seguir el beso como si nada.

Optó por lo segundo. (Aparte tenía la fuerza como la mierda como para soltarse.)

El pelinegro bajó sus besos desde el mentón al cuello y clavícula. El pequeño gunge empezó a temblar de miedo.

—P-para, Gerard...—decía intentando apartarlo de sí. Él hizo caso omiso, besó y mordió la piel que tenía a su paso. Bajaba lentamente y sus manos aprisionaron la camiseta de "Black Flag" que llevaba puesta para sacársela.

—¡No!—pataleó con fuerza para quitárselo de encima—¡basta!— en ese punto ya estaba desesperado, con algunas lágrimas bajando de sus ojos—, Por favor...—

Gerard refunfuñó en su cuello parando los besos. Gerard era de todo, menos un violador.

Frank se deslizó de la pared al suelo con las rodillas flexionadas en su pecho, temblaba y sollozaba. Gerard se sintió mal por un momento.

—Lo siento, Frank, yo... No sé qué me pasó—se arrodilló a su lado apartando el flequillo largo que le dificultaba ver los ojos avellanas consumidos por el rojo e irritación.

—Po-por favor, yo no te hice nada, yo no quería esto.- decía balbuceando, sin comprenderse bien lo que hablaba.

—lo siento— su disculpa fue de lo más sincera. Le salió de su corazón, se sintió la peor cosa del mundo por haber hecho que una persona como Frank, de apariencia dura y sentimientos de cristal, le hiciera sentir miedo hacia él.

—¿Por qué me haces esto? ¿Soy yo? ¿Me odias? ¿Qué hice?— Frank se aferró a la sudadera gris del pelinegro, empapandola de lágrimas.

—No te odio, Frankie— acarició su cabello, cerró los ojos ¿Qué pasó de un día para otro?

Gerard era distante y cortante. Con sólo insultarte el corazón de Frank se oprimía de dolor. Y de repente, surge amabilidad indescifrable hacia él de forma mágica. Y supuestamente dice que gusta de él, ¿esto no será una broma más de su panda de amigos?

—Soy solo un juego ¿Cierto?— se apartó, comprendiendo—.  Yo no te gusto, son solo juegos que haces con tus amigos—acusó.

—No, Frankie, lo juro— le a presionó las mejillas húmedas.

—No te creo—soltó seco—. No tiene nada sentido.

—Tenia miedo de que mi reputación se viera dañada, y más por el miedo a tu rechazo, no podría ver como tus ojos avellanas me rechazaban— por un momento todo sonó tan convincente, que Iero se lo creyó.

—¿Entonces es verdad? ¿Te gusto?— reflejó confusión y algo de temor.

—Sí, Frankie.

—No vuelvas a hacerme esto— le advirtió—,  no soy fácil, no soy una puta que puedas usar y tirar— le regañó dándole un flojo puñetazo en el pecho—. Te daré una oportunidad. Quiero ver si de verdad es cierto lo que me dijiste.

Gerard tragó saliva y suspiró.

—Siento haberte tratado así—realmente lo sentía. Le acarició de nuevo el pelo y le besó—. Los instintos animales me pueden, pequeño— sentenció.

Frank suspiró, decidió cambiar de tema.

—¿Qué te parece si hablamos de nosotros? Podremos conocernos— sonrió y el mayor entrelazó sus dedos con el grunge haciéndole sonrojar.

—Está bien.