CAPITULO 20: "ENFRENTANDO"

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Llegué a casa y rápidamente entré a mi cuarto, estaba totalmente seguro de que era droga, y el polvito blanco en forma de un pequeño cerro que reposaba en un pedazo de papel periódico lo confirmaba.

+Sí algo me enseñaron los tonos de Fabián, es que eso de ahí es marihuana; dije acercando con precaución el cerrito hacia un orificio de mi nariz.

Al costado y demasiado doblado, vi un papel doblado en varias partes que estaba en forma de cuadrado, cuando lo desdoblé, decía un número.

Salí y por un teléfono público llamé, grabando la llamada. Una voz, gruesa y ronca, contestó.

-¿Hola?,¿Con quién tengo el placer de hablar?

+Con Adolfo, quisiera ver si usted vende droga, la necesito.

-Mira niño, este negocio es peligroso, al que debes pedirle esto es al señor Albino, él maneja todo esto y al parecer le dará mañana a esos chicos de "Olvídame Ahora", ya que al parecer están consiguiendo más fama que el mismo Marco, creo que los drogará también; dijo el de la voz gruesa seguido de una pequeña risa.

No sabía a quién decir "Te lo dije". Toda esa información encajaba exacto con mis sospechas de que no era lo que aparentaba, mientras intentaba mantener la calma antes lo que dijo de la banda.

+Gracias, me comunicaré con él mañana si es posible; dije y corté la llamada.

Era obvio que los chicos me harían caso, solo aceptamos hacer el negocio con Albino porque nos beneficiaba, pero ahora sabía en que estaba metido. En pocas palabras estaba dentro, en el negocio de las drogas transportadas en los conocidos "ketes".

Al día siguiente le conté todo a mis padres, quienes pensaban que algo así podría pasar.

-¡NUNCA ME GUSTÓ ESE TIPO!; dijo papá mientras le agregaba una cucharada de azúcar a su café con poca concentración.

-Algo no venía bien en él hijo; decía mi madre.

-Si me das toda esa información la puedo publicar en el diario; dijo Daniel con el celular en la mano leyendo correos.

-No, Daniel, si está metido en eso no sabes que amistades tiene, puede que conozca sicarios; dijo mamá mientras se ponía los lentes para leer el periódico.

+No creo que sea mucho así mamá, pero puedo asegurar que nos quería drogar con eso hoy, hoy que íbamos a tener una charla antes del tema de la radio.

Miré por la ventana y estaba Andrés esperándome. Fue ahí que se me ocurrió una idea.

-Por esa cara diría que no tuviste una buena noche; dijo él mientras nos dirigíamos a la charla.

+Me quedé investigando sobre Albino.

-¿Qué tiene que ver él narizón?; dijo.

+He descubierto que está vendiendo droga.

Pasaron unos segundos donde rápidamente los ojos de Andrés se pusieron como platos, si bien el tipo no le caía bien, lo que decía era muy fuerte.

Le conté todo, de la llamada y de cómo se le cayeron los papelitos.

-Bueno,la idea es algo riesgosa, pero lo haré. Te dejaré en la charla y me iré a la oficina de Albino, también iré por Hércules.

+Okay, pero con cuidado; dije y entré a la charla.

La conversación iba a ser en el departamento de Albino, el lujoso hogar, con las paredes blancas y un suelo color negro piano, era acompañada por una pared llena de fotos de él con varios artistas peruanos por todas partes y tres grandes perros bulldog que te miraban con cara de pocos amigos.

CREO SOLAMENTE EN TIWhere stories live. Discover now