9. La verdad.

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—Juguemos verdad o atrevimiento—sugirió Melany.

—¿Qué es eso?—preguntó Franklin haciéndonos reír.

—No puede ser—reí.

Le explicamos la dinámica del juego y pareció gustarle.

—Juguemos—dijo Max frotándose las manos—. Paula, éste va para ti: ¿a cuál de estos chicos besarías si te lo pidieran?—Maxxie, Maxxie...

—A ti, guapo—respondí. Lancé un beso al aire y todos rieron.

—¡Hazlo!—exclamó. La miré extrañada—. Sé que quieres—se mordió los labios. Nos acercamos y nos dimos un pequeño beso.

—No se vayan a tragar—burló Antony—. Tony, éste va para ti: hazle un baile sexy a Melany—Melany se puso roja.

—De acuerdo—Antony puso una canción realmente absurda. Tony se levantó e hizo el baile, si es que se puede llamar así.

—Franklin—éste miró a Tony sosteniendo su pizza en su mano derecha—. Besa a alguien de aquí.

—Tengo novia, idiota—mordió su pizza.

—Llámala y dile que ya estás harto, hazlo—ordenó Tony. Todos lo miramos perplejos por su "atrevimiento".

—Mejor me voy—Franklin aventó la pizza al basurero y se fue. Se fue sin decir nada.

Todos nos quedamos en silencio. Fue muy incómodo.
Me levanté y conecté mi celular a un amplificador que se encontraba en una esquina de la sala. Todos se levantaron y empezaron a bailar. Fue muy cómico.

—Ya me voy—gritó Max. Nos abrazamos y él salió de la casa.

Poco a poco los demás se fueron yendo, hasta que sólo quedamos Melany y yo.

Miramos el reloj y eran la una de la madrugada. Como no teníamos sueño, recogimos toda la basura, los vasos que habían en el suelo, y demás cosas.
Cuando ya habíamos acabado nos acostamos en el sofá; estábamos muy cansadas.

Sentí como alguien sacudía mi cuerpo. Me froté los ojos y miré hacia arriba.

—¡Levántate, mira la hora!—con la vista aún borrosa, busqué el reloj. Once de la mañana—. Muévete, pendeja. La cita con Andrés es a las doce del medio día.

—¿Qué dices?—me senté en el sofá.

—Ve a bañarte, luego desayunas—me levanté del sofá y me fui a bañar.

Mientras entraba al baño sentía que en cualquier momento me podía caer, tenía mucho sueño.
Busqué algo que ponerme, opté por ponerme un buzo, no tenía intenciones de salir.
Miré la hora en mi celular: once y media.
Le grité a Melany para que viniera a mi cuarto.
Con la secadora de cabello, le sequé y acomodé su pelo, le planché su pelo... Le puse un poco de maquillaje.

—¡Lista!—exclamé.

—Justo a tiempo—tomó un pequeño bolso café y metió allí dentro su celular—. Debo irme. Nos vemos luego—nos despedimos.

Me dirigí a la cocina. Quería hacerme algo para desayunar.
Me encontraba sentada en el sofá mirando la televisión, comiendo un gran plato de frutas. Mi celular sonó.

—¿Max?

—Hola—saludó—. ¿Estás ocupada?

—No, ¿por qué la intriga?

—Pensé en ir a tu casa. ¿Quieres algo de comer? Podemos almorzar en tu casa.

—Me parece una buena idea.

All i want is give you all of me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora