Capítulo 7

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Amelie POV

Bostecé, caminando lentamente por los pasillos de la secundaria, sin un rumbo fijo, sin un lugar al que volver, sin una familia a la cual recurrir, sin amigos que...espera, no. Eso es de una película.

Como decía, caminando por los pasillos de la secundaria, aprovechando el tiempo de la clase de francés para explorar los lugares que ya había visitado millones de veces. Pero todo es mejor que francés, excepto matemática.

Después de revisar que las paredes seguían igual que hace unas horas, y en la misma posición, terminé pasando frente a la dirección, y luego devolviéndome para revisar algo más.

Izan, sentado en los asientos frente a la dirección. Izan, esperando frente a la dirección. Izan, dirección. Izan.

¿Qué?

Lo miré fijamente, Izan devolviendo la mirada después de darse cuenta de que estaba ahí. Ambos probablemente sabíamos por qué estaba mirándolo como si estuviera en un interrogatorio. Eventualmente, él decidió romper el duelo de miradas y el silencio al mismo tiempo.

―¿Ocurre algo? ―Cuestionó con una sonrisa, alzando una ceja.

Muy bien, tal vez estuve equivocada y él no sabe por qué lo miro como si estuviera en un interrogatorio.

―No, sencillamente miro tu acto de chico bueno romperse en pedazos. En muchos, pequeños millones pedacitos.

―¿De dónde se supone que salió eso?

―No lo sé, tal vez porque estás sentado frente a la dirección, en los ''asientos de tortura'', para los que tienen miedo de perder puntos en su nota del mes.

―No suena como que eres parte de los que tienen miedo. ―Comentó, su sonrisa solamente creciendo.

―En absoluto. Pero, para llegar al punto, ¿qué haces aquí?

―Pues...una cosa llevó a otra y terminé sentado aquí, gracias a una profesora que me dió la responsabilidad de una broma que ni siquiera sé cual es.

―¿En serio? ¿Qué hiciste? ¿Cómo lo hiciste? ¿Fue algo clásico o improvisado? ¿Cuántos testigos habían? ¿Quién fue la víctima? ―Inicié a bombardearlo con preguntas sobre su broma, tal vez incluso me enseñe su técnica. Eso sería progreso.

Ah, no espera. No hay nada que la gran Amelie Williams no sepa.

Izan soltó una carcajada, dejándome con la gran duda: ¿Qué hizo?

―¿Qué es tan gracioso?

―Lo haces sonar como si fueras una detective muy hiperactiva, ¿sabes? ―Respondió con su permanente sonrisa.

―Nunca negué el ser una detective. Detective encubierta Amelie Williams, de Scotland Yard. Bienvenido a la agencia de espías, soy la agente 007. Nadie se debe enterar de mi existencia en esta secundaria. En otras palabras, pizza.

Izan me observó por unos minutos, colocando su mano en mi frente.

―¿Te sientes bien? ¿Estás enferma? Tal vez tienes un poco de fiebre...o mucha fiebre que te da alucinaciones.

Negué con la cabeza y quité su mano de mi frente con una pequeña sonrisa.

―Hey, recuérdame contratarte cuando me enferme en la clase de matemática. Así me traes comida y me dejas dormir, y sería mi excusa de ir al hospital.

Izan se empezó a reír, y unos minutos después salió la directora de la dirección. Se pueden escuchar los gritos de terror de los niños pequeños. Ella sería un buen disfraz para asustar personas.

Problemas En La Secundaria BravoureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora