Capitulo 8

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ADRIAN POV

Me encontraba acostado en mi cama, con los brazos cruzados tras la cabeza, escuchando ''Someone like you'' de The Summer Set a todo volumen. Y una pregunta rondaba por mi cabeza constantemente.

¿Qué rayos hice?

Santo cielo, Adrián, ¿Cómo se te ocurre hacerle eso a Jane y luego irte como si nada? ¿De dónde salió eso? ¿Por qué no paraste cuando llegó el momento?

Bueno, no solo era una pregunta, al parecer.

Sí, porque es perfectamente lógico que le hagas eso a la mejor amiga de tu hermana, que es prácticamente hermana tuya también.

Estoy confundido.

De pronto, algún Williams tocó mi puerta y me pregunté por qué la vida me odiaba y no me dejaba junto con mi conciencia cuando quería estar solo.

―Escuché a alguien muriendo aquí adentro, por lo que decidí venir ―dijo mamá, para luego sentarse en mi cama.

―¿Cómo se escucha a alguien muriendo?

―Instinto maternal.

―No inventes, tú no tienes eso.

―Bueno, también porque no entiendo como alguien que tiene unos audífonos puestos también pone música a todo volumen en su computadora.

―Es para conseguir mejor resultado.

―Vaya técnica ―se burló Elizabeth, recostandose―. La última vez que pasó eso, fue cuando hiciste la fiesta aquí en casa con todos los de secundaria y te había castigado por una semana. No me digas que ahora te expulsaron del colegio.

―No pueden, y lo sabes. Pero no, no es eso.

―Entonces, ¿qué es? ¿Fuiste perseguido por todas las chicas de la escuela o algo así? Aunque dudo que estuvieras tan deprimido si ese fuera el caso.

Me reí un poco. Si ella supiera que estoy así por lo que ocurrió con Jane, se burlaría un poco más de mí. Es que, en serio ¿A quién le entraría en la cabeza que el "Mujeriego" Adrián está como un perdedor en su habitación luego de acercarse mucho a una chica?

―No, no fue eso.

―Pues, si no fue eso, fue otra cosa. Dímelo o tendré que involucrar a tus hermanos en esto y al final todos se van a enterar.

―Que dulce... ―dudé un poco entre si decirle o no. Pero era mejor decirle a ella que decirle a Amelie que casi me beso con su mejor amiga― Es que... yo...

―Vamos, escúpelo.

―¿Escupir qué? ―dijo Alexandre entrando a mi habitación.

Ya no voy a decir nada. Gracias, Alex.

―Será mejor que te vayas devolviendo por donde entraste ―le ordenó mamá. Yo miré burlón a Alex, mientras este salía y cerraba la puerta.

Cuando el salió, mamá se paró y caminó lentamente hacia la puerta, esperó unos segundos y la abrió bruscamente.

Y de ahí cayeron Alex y Amelie, que seguro estaban escuchando tras la puerta como los Williams que son.

Y lo peor de todo fue que, detrás de ellos, recostada en una pared y con un libro en la mano, estaba Jane.

Ella todavía no me había visto, porque estaba distraída en su libro. Pero no faltaba mucho para que lo hiciera.

Debía hacer algo rápido para que no surgiera un momento notablemente incómodo entre ambos y todos lo supieran. Mi mente se puso a trabajar, y lo primero que se me ocurrió fue lo que hice.

Me levanté rápidamente, empujé a Amelie y Alex fuera de mi habitación y cerré la puerta. Luego me volví a lanzar en la cama y me puse en la misma posición que tenía antes.

Mamá me miró un poco sorprendida por mi reacción, y luego esta mirada pasó a una de las que dicen "Ya sé lo que te pasa".

―¿Qué es lo que ocurre con Jane? ―me susurró, probablemente para disminuir la posibilidad de que mis hermanos nos escucharan si estaban el otro lado de la puerta.

―Nada ―respondí. Siempre hay que hacer el intento de evadir la pregunta ¿no?

―Asumiré que si abro la puerta y los llamo a todos a comer en la mesa, juntos, será muy incómodo entre ustedes dos, ¿verdad?

La miré, pero no le respondí.

―Bueno, creo que no quieres hablar ahora. Me iré, llámame cuando estés listo para contarle a tu hermosa madre que ocurre con tus hormonas adolescentes.

Levanté un pulgar, en señal de afirmación y ella se fue. Cuando cerró la puerta, escuché como Amelie le preguntaba que tenía y mamá le decía que estaba enfermo. No pude escuchar la respuesta de Amelie, pero supuse que eso bastaba para que nadie me viniera a molestar por casi todo el dia.

Gracias, mamá.

Luego de un tiempo, llegó la hora de comer algo y tenía un poco de miedo de bajar y encontrarme a Jane por ahí, así que lo más inteligente que se me ocurrió fue enviarle un mensaje a mamá.

Adrián: Ma, todos siguen allá abajo? Tengo hambre.

Mamá: Sip, todos están aquí. Te morirás de hambre si no bajas.

Adrián: Pero no quiero ni puedo bajar :c

Mamá: Bien, te llevaré la comida, pero esta me la pagas luego.

Sonreí, tenía a la mejor madre del mundo. Me acomodé un poco y subí la manta porque hacía frío. Escuché como la puerta se abría y me sorprendí de la rapidez con la que mamá había traído la comida. En verdad me sorprendí, abrí los ojos y...

No sé cómo no me lo imaginé, mamá había enviado a Jane a traerme la comida. Cerré los ojos de inmediato, con el corazón a mil, deseando interiormente que Jane creyera que estaba dormido.

Esta me la iba a pagar Elizabeth.

Escuché como Jane ponía el plato sobre la mesa al lado de mi cama pero, cuando pensé que se iba a ir de mi habitación, sentí como mi cama se hundía en un lado.

Por todos los cielos, pizzas y caracoles, me va a dar un infarto.

Abrí un poquito los ojos para cerciorarme de lo que estaba ocurriendo y, efectivamente, estaba en lo correcto: Jane se había sentado ahí.

Probablemente me estaba mirando en este momento, pero lo que en realidad me tomó por sorpresa fue su mano acariciando mi cabeza.

Se sentía tan bien que no quería que acabara.

Pero acabó.

Jane se levantó, salió de mi cuarto cerrando la puerta con cuidado y dejándome más confundido de lo que ya había estado en un principio.

Y es que, en realidad, ella no sabía lo que su cercanía causaba en mí.

Problemas En La Secundaria BravoureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora