Chapter eight: "New years. New problems."

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Jos siempre detesto el año nuevo.

Simplemente no entendía él porque celebrar un nuevo año. Todo quedaría igual, él seguiría trabajando, Alonso continuaría estudiando.

Él volvería con una jaqueca porque sus empleados no quieren seguir indicaciones, así que tendrá que despedirlos y escuchar sus quejas. Claro que eso solo sucedería si Jos dejara de gritar tan a menudo.

Pero principalmente, porque su madre sufrió en año nuevo.

¿Cómo celebrar, sabiendo en el fondo, que tú propia madres fue brutalmente golpeada?

Y lo que más odia de ello, es que fue su padre; él decía que ella tenía la culpa de sus gustos, ya no serian la familia perfecta que sonríen en las fotografías. De hecho, ese era el gusto de su padre, ser una familia unida y feliz. Como una familia de plástico, manejable a su antojo. Aun que nunca logro aquello...

Después, Jos sorprendió a su padre con otra mujer, y ahí fue donde su familia se vino abajo. Su padre fumaba todo el tiempo, regresaba ebrio a casa y solo para gritarle a su esposa. Y Jos... él no podía hacer nada, su madre siempre le enseño a no meterse en problemas de adultos. Pero él pequeño José de ocho años veía todo lo que su madre sufría.

"¿Papá te trata así por mi culpa, mami?" Ella siempre negaba, le sonreía con tristeza y cambiaba de tema, dejando a un confundido Jos con la duda.

Recuerda que en año nuevo... dios, su madre no merecía aquello. Tener cáncer de piel es algo que no puedes evitar tan fácilmente, y Jos no lo sabía. Solo notaba a su madre cada vez más pálida, y pareciera que su padre se aprovechaba de ello. Llego la noche, su padre iba llegando, él seguía dormido. Su madre atendió, y simplemente cayó. Él, al escuchar ruidos extraños, decidió bajar. Un golpe en su mandíbula, un pómulo roto, y varios huesos fracturados; todo basto para que su madre decidiera dejarlo a la deriva, junto con un hombre que minutos después de caer en cuenta de lo que había hecho, se disparo.

Jos vio, y observo, absolutamente todo. Y es como si ese recuerdo quemara en su mente, porque no puede entender como su familia llego a terminar así. Pero no se arrepentía de todo, simplemente se recriminaba por no ayudar a su madre, aun si ella lo negara. En su funeral, en todo el lugar, pétalos de rosas eran esparcidos, sobre su ataúd, dos girasoles descansaban.

Y eso era porque todos decían que su madre era como un rayo de sol, iluminaba todo lugar que pisaba, eliminaba la tristeza como si fuera una especie de virus. Sobre su padre no quiso saber nada. Así de simple, ese tema no se trata con el mayor.

Puede que esa fue la razón por la cual, Jos siempre mantenía su semblante serio, sin mostrar ni una absoluta emoción. Claro que ahora le era imposible no sonreír a cada momento junto a su pequeño. Incluso en su oficina era más comprensivo con sus empleados.

Ahora no puede pensar tanto en como pasara año nuevo, pues la respuesta es simple. Las personas deben aprender a superar los sucesos ocurridos en sus vidas, malos e iracundos. Dejarlos llevar por la corriente. Pero teniendo a su pequeño bebé frente a él, con una sonrisa tan deslumbrante, que revela su inocencia. No puede evitar caer a la deriva...

"¿Recuerdas las reglas?" El blondo asintió, mantuvo sus labios fruncidos para no hablar "Bien, juguemos..."

Alonso movió un peón negro, concentrado en cada uno de sus movimientos. Jos lo observaba con una mirada soñadora, encantado.

Hoy es un día soleado, muy raro en Moskva, pero aun así se puede disfrutar.

Alonso y Jos estaban en una improvisada terraza, disfrutando el agradable clima, y recordando el pasado. La nostalgia invadiendo sus mentes en ese preciso instante.

Sweet Baby Boy [Jalonso Villalnela]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora