Chapter Ten: "Nightmares"

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"Eso, quieto pequeño" uno de sus dominantes, el más estricto, habló. Vladimir podría ser mimoso cuando cumplía con cada orden pero al momento de desobedecer... era temible.

El hombre de un metro ochenta lo observaba, un látigo de cuero negro sujetado en su mano, su mirada sin expresión de remordimiento.

Le asustaba, aún más en situaciones como estas.

"Dime, Kitten, ¿Por qué estamos aquí?" cuestionó el dominante "Tienes el permiso de hablar"

"Porque no he cumplido con las órdenes establecidas, señor" trataba de dar lo mejor de sí, siempre trataba.

Y nunca olvidaba las reglas con Vladimir. Era fácil, sin embargo, solo eran dos reglas.

No tartamudear y responder cuando se indica.

Él pensó que sería fácil, pero no lo era.

"Dime que has hecho"

"No conté los azotes" exprimió su mente tratando de recordar en que más había fallado "No sal-salude respetuosamente a mi dominante"

"Exacto, Kitten" Alonso permeancia sobre sus piernas dobladas, sus manos sobre sus muslos. Sumiso. A la merced de cualquiera.

Sintió el cuero del látigo rozar su barbilla. Tembló.

Vladimir se hinco a su altura, elevo se barbilla levemente, sin embargo, él siguió observando el suelo.

Era su primera semana en Pros-Sumise. Y era la segunda vez que se encontraba con Vladimir.

Soltó un jadeo al primer golpe, Vladimir soltó una cachetada a su rostro, su rostro reflejando la furia dentro de él. Sintió el picor de la siguiente.

Vladimir se elevo, su látigo dando contra el suelo. Lo azoto contra él, un sonido sordo. Dando a entender que debía levantarse, tembloroso siguió la orden.

Su torso desnudo, sus piernas a la vista. Su pequeña contextura limpia, libre de marcas.

Un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir las manos de su dominante sobre sus hombros "Tranquilo, Kitten, recuerda que tú eres responsable de estar aquí. No acataste las órdenes, por lo tanto mereces tu castigo" se alejó de él "Cuenta conmigo, cariño"

El primer azote llegó, el cuero jugando con su piel, haciéndolo estremecer.

"Uno" habla alto y claro, como se le había señalado desde el principio.

Segundo azote. Un picor en su espalda baja.

"Do-dos" se reprendió a sí mismo.

"Sumaremos cinco azotes por tartamudear"

Cada golpe era en diferentes zonas de su espalda. Sentía el picor dentro de sí. La sangre descendía de su espalda a los veinte azotes, cada uno más duro que el anterior. Los contaba todos. Gritaba con cada golpe, Vladimir se lo permitió, por esta vez.

Sus lágrimas descendían libremente sobre sus sonrojadas mejillas.

"Rostro en alto, Kitten" Obedeció ". Continua contando"

"Treinta y dos"

Sintió unas manos sobre las marcas. Quemó el pase de esas yemas sobre su superficie.

"Cama, ahora" Alonso obedeció, se posiciono sobre la cómoda y dejó colgando sus piernas.

"¿Qué sigue ahora, Kitten?"

"Seguirán siendo azotes" contesto con rapidez "Pero ahora será... serán sobre las marcas"

"Perfecto"

Sweet Baby Boy [Jalonso Villalnela]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora