Chapter Twelve: "Don't worry, daddy"

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Audrey podría considerarse un chico con muchas metas.

Deseos que cumplir.

Pero jamás se había encaprichado por alguien, era algo que consideraba absurdo porque, bueno, en su cabeza no cabe el hecho de querer a una persona solo para él.

Como aislarla de la sociedad y solo conservarla él mismo.

Aunque ahora... podría retractarse fácilmente de sus palabras.

Sus padres siempre le inculcaron que, si una persona no quiere estar a tu lado, tú debes dejarla ir. El hecho de obligarlo a estar junto a ti es un reflejo de la inestabilidad en la que te encuentras, deseando amor de la persona que tú quiere que sea. De nadie más.

Y mientras más lo pensaba, más se reprendía.

El problema, según él, es el hecho de quererlo sólo para él. No le gustaba que los demás lo miraran más de lo adecuado. Lo odiaba. Además del hecho de su carácter difícil, molestándose cuando no conseguía lo querido.

Es difícil.

Porque tratar de desprenderse de alguien sin poder lograrlo es desagradable. Te llena de un sentimiento amargo.

Le es tan difícil reprimir el amor que sentía por el pequeño chico. Le encantaba todo de él.

Desde sus pequeños pies cubiertos por unos converse blancos hasta el último cabello rojizo. Sus tiernas risas que lo enamoraban cada vez más. Su sonrisa, pestañas, su nariz... sus labios.

Diablos, daría lo que fuera lo que fuera para probar el delicioso néctar de sus rosados labios.

Pero él no era ignorante a lo que sucedía a su alrededor, y sabia, claro que lo sabía muy bien, que Alonso solo podía verlo como una de sus mejores amigos. Al cual le cuenta todo.

Casi todo.

Cada vez le costaba controlarse para no besar a Alonso. Deseaba acariciar su, probablemente, tersa y tibia piel. Sentir su agitado aliento sobre el suyo... Es una fantasía que anhelaba saciar.

Sin embargo ahí estaba él.

Audrey jamás perdía de vista cada movimiento del menor y le resultaba relativamente fácil ya que la mayoría de sus clases eran juntos. Y notaba, por supuesto que lo hacía, como el menor sonreía enormemente cada vez que tenían algunas clases libres y comenzaba a hablar con alguien.

Y ese alguien tenía a Audrey demasiado consternado.

Él estaba completamente seguro de que Alonso no se encontraba en una relación amorosa, pero el pequeño estaba lleno de sorpresas.

Ahora le queda esperar mientras observa las estrellas en el cielo nocturno.

Amando el hecho de saber que Alonso también las veía en ese momento.

[...]

Jos se consideraba alguien sumamente celoso en lo que respecta a Alonso.

No es que desconfié del pequeño, porque no tendría razones para justificar ello. Es solo que pareciera que todos se lo quisieran comer vivo.

Por supuesto que comprendía el hecho de que pensaran así de su pequeño bebé, es completamente entendible.

Más aún si Alonso no deja de mencionar que deben ir a la tienda de helados, porque papi le prometió uno y aun lo está esperando ansioso.

Ambos caminaban por las avenidas de Houston en dirección al inmenso centro comercial.

The Galleria. Más de ciento cincuenta tiendas, junto con pequeñas salas para descansar y pasar el rato. Un lugar agradable, disponible para encontrar el tipo de ropa favorita de su bebé.

Sweet Baby Boy [Jalonso Villalnela]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora