Circus ~Larry Stylinson~ #CHEFLF

Capítulo 10

Aquella noche Louis había regresado a la casa rodante nuevamente, una vez más iría a la cama sin cenar, estaba seguro de que Josh no se encontraba allá con los otros, sino que se encontraba con una de las chicas o si tenía suerte se encontraría en la casa rodante esperándolo.

Abrió la puerta lentamente de una de las casas, ahí era donde había estado viviendo los últimos años, había compartido aquella casa con su novio y aún nada había cambiado. Todavía tenía su hogar los mismos rasguños que cuando había llegado al circo. Entonces los escuchó, aquellos atormentadores gemidos de una mujer, eran débiles y parecían querer ser ocultados por el sonido de las risas, por un momento el ojiazul deseó haberse equivocado de lugar pero era imposible ya que por años había vivido en aquel lugar. Las respiraciones entrecortadas, el ligero cambio de clima, la humedad que se sentía en el aire, los gemidos, el sonido del movimiento de la cama que se balanceaba de un lado para el otro, el pequeño golpeteo y el sonido único de dos cuerpos siendo unidos.

Era imposible no ver lo que ocurría.

-Josh...Jo...Shh...por favor, más rápido....Josh...más...más rápido-gemía la chica tratando de controlar el tono pero era demasiado tarde, el lacio los había escuchado- Más rápido...

Louis se detuvo en seco...

-Vamos-dijo la chica y Louis solo pudo notar el pequeño camino de ropa que llevaba a la habitación que se encontraba cerrada.

-Que mierda...-dijo Louis frunciendo el ceño dueño de su propia confusión.

-¿Qué...qué pasa si viene alguien?-dijo la chica y Louis inmediatamente reconoció la voz de la chica rubia que había estado sonriéndole a Josh mientras el ojiazul se había arriesgado por él...Louis se había arriesgado por él y cómo le pagaba Josh...llevándose a la puta chica que conoció hace dos minutos a la cama...a SU cama, la cama que ellos compartían cada noche, la cama donde Devine lo había abrazado, la cama donde había hecho el amor...el único lugar que Louis tenía y ahora había una chica sobre ella y lo estaba haciendo con SU novio...con su novio por el cual casi es atravesado por una daga, por el cual le gritó a Harry, por el cual se mantenía alejado de todo, por el cual había hecho el ridículo enfrente de todos los del circo, por el cual había dejado a sus amigos, vaya novio...

Entonces lo sintió. Louis se detuvo. Lo sintió...un dolor, si a esa quemazón en su garganta podría llamársele dolor, no, las lágrimas que resbalaban por su rostro, aquellas lágrimas que había ocultado tantas veces en frente de Josh de pronto resbalaron por sus mejillas. Era como si de pronto Louis, en un momento de lucidez lo hubiese entendido todo, si, lo entendió perfectamente. El ojiazul permaneció en aquel lugar unos segundos que parecieron horas, mirando las prendas regadas de ambos y quiso tratar de comprender qué había hecho mal...tal y como la última vez que había estado con Josh. ¿Qué había hecho para no merecer su amor?

Su garganta tenía un nudo que parecía no querer desvanecerse no importaba cuanto tiempo se encontrara en aquella posición, el sonido de los gemidos de la mujer únicamente lo torturaba pero necesitaba quedarse para poder convencerse de que aquello era real.

Y dolió. Dolió admitir que el chico que se encontraba en la misma habitación que aquella chica rubia era el mismo con el que había hecho el amor aquella tarde. Pero no. Una insignificante mamada no era hacer el amor. No lo era para nada, pero el ojiazul no lo sabía por que cómo puedes saber lo que quieres realmente si no tienes experiencias de las cuales basarte. Si no has amado cómo podías decir que la persona que se encontraba frente a ti era la indicada, solo había una respuesta, no puedes saberlo. Porque los humanos deben saber del dolor, de aquel que te carcome por dentro y que te libera al mismo tiempo. Porque ellos solo necesitan sufrir para poder darse cuenta de que estaban equivocados, que no era el indicado. Y tal vez lo entiendan tarde pero al final lo entenderán.