Malvada bruja

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El castillo estaba ahora más activo, la gente estaba ocupada con los preparativos de la próxima boda real, que tendría celebración dentro de 15 días exactamente. El rey Vincent no parecía preocupado más bien desde que anuncio su boda se miraba sonriente y como si fuera otra persona.

- La odio - murmuraba el pequeño joven de cabello azulado, sentado en uno de los balcones mirando al patio central del castillo.

Su tía Ann, muy contenta revisaba los detalles de todo lo que hacía falta para armar el banquete y la decoración del lugar.

- Ay Ciel, pero no puedes decir eso, ella es tu tía y ahora será ...-

el ojiazul se levantó con molestia sujetando a la rubia de sus hombros con fuerza.

- ¡Cállate! Acaso crees que le voy a decir "madre" a esa ramera ??? Es una usurpadora rastrera!!!! -  fuera de sí estaba lleno de ira.

la chica se quedó muda sin decir palabra alguna con los ojos húmedos, se libero del agarre y salió corriendo, era su prometido y lo amaba tanto que le dolía verlo de ese modo.

La mujer pelirroja notaba que este le tenía un odio desde que anunciaron su boda, está situación le estaba preocupando pues era un obstáculo para su plan maestro de tener la corona real y al hombre que amaba.

- Debe desaparecer... Todo lo que me estorbe debe desaparecer-  caminó rumbo a su habitación con paso molesto y se acercó a la ventana.

- Grell querido ¿puedes venir ?-

los largos cabellos bailaban con el viento y una sonrisa malvada se dibujaba en su rostro.

- ¿Que deseas mi malvada majestad?- con burla sonreía mostrando sus colmillos.

- Cállate, aún no soy reina, pero pronto lo seré y para eso te llame querido ...-

Se aseguró que nadie pudiera escucharlos y prosiguió con su plan.

- Ese mocoso está siendo una molestia, me mira con odio y me reta con sus ojos azules, los detesto, se parecen tanto a los de mi estúpida hermana !!! Quiero que hagas ese trabajito, tu me entiendes ¿no? -

El hombre de delgada figura y cabellos largos se paró en el pequeño muro del balcón.

- Claro, no te preocupes me encargaré de darle una buena despedida al chiquillo - con una sonrisa traviesa desapareció dando un salto al vacío.

Pasaron dos días y todo avanzaba  perfectamente, ya estaba arreglado el castillo con nuevas decoraciones y algunos detalles en color rojo. Faltaba cada vez menos para la gran ceremonia donde una nueva reina estaría al lado del rey, que sin duda siempre fue querido por su pueblo.

Vincent sólo asentía con su sonrisa y no daba más explicaciones, él parecía como un ser sin voluntad, pero claro quién podría notarlo.

Ciel se encontraba caminando por el jardín cuando su prometida se acercó a él y muy contenta le pedía salir al bosque a recoger algunas flores, el chico algo apenado por su comportamiento pasado, decidió acompañarla sin negarse, ambos chicos se fueron caminando por el sendero que daba al lago donde acostumbraban ir al día de campo.

- Mmm...en éste lugar no hay esas flores - se detuvo en seco mirando a los alrededores.

-  Sólo recoge tus flores y ya podemos regresar - indiferente respondía.

La chica caminó por otra dirección tomando la mano del muchacho  - No, aún no, vamos por aquí, es seguro que en éste lado hay de esas flores -.

El chico no se negó y siguieron caminado a paso lento por el bosque, que poco a poco se tornaba más oscuro el follaje y más silencioso.

- Lizzy, está no es la zona que se supone no se debe entrar ? - preguntaba dudoso el chico al mirar unos extraños letreros de advertencia en un gran árbol.

- Ay vamos, me vas a decir que crees en brujas?- .

Estaba por responder el joven cuando vio que la sonrisa de su prometida se mostraba retorcida, unos feos colmillos se asomaban de sus labios y los ojos de tono verdoso se iluminaban.

- ¡Que rayos! ¿Quien eres tu ?-.

Con sopresa el chico retrocedió un paso atrás y la figura femenina de su supuesta prometida desapareció mostrando al pelirrojo con una gran guadaña en las manos.

- Lo siento querido, no es nada personal pero mi querida " reina" me pide de favor eliminar sus problemas rápidamente -  esté daba de brincos como si se tratara de algo emocionante, bailaba y movía sus hombros algo afeminado.

- ¿Te envío mi tía Angelina? - lo miraba con furia mientras trataba de buscar algo con que defenderse, pero solo había grandes árboles a su alrededor.

- Lo siento ya te dije, no es nada personal-  tomó al chico de su camisa y lo levantó del suelo, esté trataba de patear inútilmente al pelirrojo sin éxito, fue golpeado varias veces en el rostro con fuerza bajo la curiosa satisfacción del malvado ser, de sus cabellos lo sujeto fuerte y lo lanzó al suelo causando un ruido hueco al impacto.

- Bien, tengo prisa... lo siento, creo que es hora de terminar-

Alzó sus brazos para tomar fuerza con su guadaña, ante los ojos furiosos del chico que yacía en el suelo con su rostro hinchado por los golpes. El pelirrojo lanzó fuerte el golpe pero algo lo detuvo en seco.

- Vaya, vaya, veo que a las malvadas brujas se les permite andar haciendo maldades-. 

Un par de ojos color rubí brillaban con intensidad ante la mirada incrédula del joven, antes de poder decir una palabra se desvaneció en el pasto.

- ¡¡¡Kyaaaa que bello eres!!! No quieres jugar conmigo a los besos???-   gritaba emocionado el pícaro pelirrojo.

- No tengo esas intenciones, la verdad creo que sería mejor si hago esto...-

Con una gran velocidad aquel sujeto de cabellos negros, tomo la guadaña con facilidad partiendo el mango en dos, el otro miraba con perplejidad la acción pues nadie nunca había tenido la fuerza para romper su arma, trató de reaccionar pero un golpe duro le fue clavado en el estómago.

- ¿Decías? Deja mostrar algo de mi amabilidad a las " brujas" como tú -

Soltó varias patadas en el rostro del shinigami, dejándolo inconsciente en el suelo, no perdió más tiempo y cargo en brazos al pequeño chico para desaparecer dentro del famoso bosque prohibido.

El extraño joven de cabellos azabache corría a gran velocidad con su víctima recién rescatada, el pequeño Ciel dormía sin saber a dónde era llevado en esos momentos.

Érase Una Vez... Un Príncipe Y Un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora