Con sus ojos llorosos Elizabeth se sentaba junto al cuerpo de su prometido
- Suena muy tonta tu teoría meyrin pero quizás deberíamos intentarlo, nunca imaginé que en este reino existieran ese tipo de cosas raras.- murmuraba el Rey aún incrédulo.
La sirvienta se limpiaba las lágrimas de sus mejillas y acomodaba el cuerpo de Ciel para que no estuviera sobre las rocas. - Puede ser como esos cuentos de princesas mi señor, tenemos que arriesgarnos -
De entre los árboles aparecía el demonio, con el rostro frío y los ojos color carmesí despidiendo un aura todavía pesada. Vincent notó su presencia y rápidamente se colocó entre el cuerpo de su hijo y sus sirvientes junto a él para protegerle, Elizabeth se levantó rápidamente tomando a su tío del brazo.
- ¡Espera tío ! Este señor fue el que nos salvó del sirviente de la tía Angelina, trato de matarnos y salvó a Ciel en otra ocasión - Con algo de desconfianza Vincent se hacía a un lado todavía con recelo.
- Bién, le agradezco sus servicios pero lamentablemente mi pobre hijo está en un sueño profundo sin poder despertar-
Con la mirada triste el mayor se quedo a una distancia para no cometer un error, tenía la sangre hirviendo de coraje y podía desquitar ese dolor con cualquier persona, aún así hablo. - Lo siento tanto...trate de buscar la solución para ese mal que le afecto en su cuerpo, sin embargo no lo conseguí...-
Meyrin corrió al lado de Elizabeth, la tomo del brazo para acercarla al cuerpo de su durmiente prometido.
- Vamos señorita, debemos intentar despertar al joven amo, si una manzana causo su sueño profundo quizás el beso de amor verdadero lo pueda despertar, debe ser como toda historia de princesas !!!-
No muy convencida la joven rubia dudaba si eso funcionaria, de todos modos era su prometido y sentía el derecho de ser la dueña de su corazón. Vincent se acercó a ella y colocó su brazo en su hombro en señal de apoyo. - Vamos Lizzy, si puedes salvarlo te lo voy agradecer tanto - la chica se arrodilló junto al cuerpo aún tibio, acariciando sus mejillas con los dedos, La mirada recelosa de Sebastian penetraban profundamente a la distancia, no soportaba que nadie lo tocará, pero con tal de ver vivo a su amante no le importaba ningún método.
- Está...Bien, lo intentaré - se recogió el cabello y con suavidad beso los labios de Ciel, ante la mirada de su padre y los sirvientes que ansiosos esperaban el despertar del chico y que realmente esa fuera la solución.
Despego sus labios rosados de la boca de su prometido, pasaron unos segundos y él permanecía dormido del mismo modo, se miraban entre ellos con preocupación y dudas.
- Pero...Pero un beso de amor tendría que despertarlo no es así ??- se lamentaba la sirvienta.
"La magia más poderosa es el poder del amor"
Los ojos de Elizabeth se llenaron de lágrimas, le dolía reconocer aquello que ya sabía dentro de su interior.
- Si...Un beso de amor - se levantó del suelo y caminó directo a Sebastian tomándolo de la mano.
- Tú... Tú debes de hacerlo, ese beso de amor salvará a Ciel -
Con la mirada perpleja todos se miraban entre sí, el rey no entendía nada de lo que sucedía, ese era un hombre común y eso, un hombre !!! Cómo podría ser él y no la dulce prometida ?
Sin decir nada, Sebastian caminó lentamente donde estaba el cuerpo de su pequeño, nuevamente miro con dudas a la rubia y está solo se acercó a susurrar en voz baja - Lo sé...Yo los escuché, debes salvarlo...porfavor - le suplicaba con la mirada.
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Érase Una Vez... Un Príncipe Y Un Demonio
RomanceEn un pequeño reino en un lejano país un rey lamenta la muerte de su esposa Rachel, dejando devastado a su heredero y futuro rey un joven de 18 años llamado Ciel. El problema mayor sucede cuando la hermana de la fallecida trata de seducir al rey V...