Elizabeth

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El fuerte invierno azotaba con fuerza el bosque, la nieve cubría totalmente los árboles y los senderos. La joven rubia se cubría con su manta acolchada dentro de una pequeña cueva donde se salvaba del fuerte viento.

" Espero encontrarte pronto Ciel, te extraño mucho " se abrazaba fuertemente sus piernas y con tristeza pensaba en su amado prometido, tenía miedo de la extraña relación de  Angelina con ese hombre extraño de cabello largo y pelirrojo, sin mencionar la forma de comportarse del padre de Ciel pues el nunca dejaría de lado a su hijo.

Mientras tanto no muy lejos de ahí en la pequeña cabaña dos cuerpos se daban calor bajo las pieles de oso, uniendo sus cuerpos en caricias y abrazos no sentían el frío clima.

- Esto es raro Sebastian...Tal vez hasta prohibido-

El pequeño acariciaba los cabellos negros de su amante mayor.

- ¿Y tiene algo de malo? Eres la criatura más deliciosa que pudo llegar a mi vida en este momento tan solitario, no fue casualidad encontrarte en el bosque aquel día -

- Lo se...Pero que pasará de ahora en adelante? Aún me preocupa mi padre y...-

- ¿Y que ?-

El chico desvió la mirada callando lo que estaba pensando en decir, que pasaría con Lizzy ? Su prometida por ley y por orden de sus padres. Le tenía cariño pero no de la forma que ella deseaba y el sentimiento que le quemaba por dentro ahora por ese enigmático hombre  le cautivaba demasiado.

Decidió no tocar el tema y beso suavemente los labios de Sebastian, abrazando su cuello aferrándose a él con mucha intensidad, le correspondía gustoso pero tenía esa duda de igual modo "¿ si lo secuestro y me voy lejos ?" " Si solo elimino a los que se interpongan a esta relación?" Esos eran algunos de esos pensamientos que le daban que pensar pues ciertamente el chico no era alguien común, se trataba de un príncipe y él era un ser sobrenatural.

- Ciel...Solo quiero que sepas que desde este momento mi ser no podría vivir sin el tuyo, solo pocas veces un ser demoníaco como yo puede quedar cautivado con algo o con alguien y ese eres tú -

Ciel se sentó y se apoyó en sus rodillas tratando de ocultar su cara sonrojada.

- Que cosas dices tonto...Me avergüenza que digas eso-

- ¿Que tiene? Deberías sentirte halagado " pequeño "-

- Sebastian... me haces las cosas más difíciles, estoy entre la espada y la pared de un lado mi hogar y mi padre y de este lado... Tú ...Y tú me estás atando demasiado y si me separan de ti no lo soportaré -

Con mucho dolor en su mirada Ciel se abrazaba a su demonio fuertemente, amaba a su padre pero dudaba si sería lo ideal regresar y dejar a éste ser que llenaba todo su interior de nuevos sentimientos.

La tormenta se pasó y el sol iluminaba los árboles cubiertos de hielo, la rubia retomo nuevamente su caballo y en dirección que señalaba la brújula se encaminó rápidamente, con mucho cuidado atravesó el bosque sin muchas complicaciones pues los animales estaban aún escondidos en sus madrigueras.

La flecha de su brújula se detuvo en una sola dirección, se adentro a un sendero cubierto de árboles y pudo ver a lo lejos una cabaña. Con mucha emoción bajó de su caballo y corrió rumbo a la pequeña casa, era obvio que Ciel tenía que estar ahí pues su flecha dejó de moverse en ese punto.

Con mucha cautela camino y toco la puerta.

- Sebastian...Alguien toca...-

- Maldición...Se trata de un humano, vístete voy a bajar  y abrir la puerta-

Érase Una Vez... Un Príncipe Y Un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora