Buscando a Ciel

1.1K 141 23
                                    

Después de la tormenta fuerte de la noche pasada, la mañana cálida se refleja con los rayos del sol, un nuevo día se va coloreando y la nieve comienza abrir pasó poco a poco en esa mañana de invierno.

El chico se talla los ojos con fuerza para poder despertar y levantarse, se incorpora con algo de frío cubriendo su espalda con una manta.

-Un momento...Que pasó ? - se dice así mismo en sus pensamientos al recordar el cálido abrazo de la noche y al recordarlo su cara ardió en calor de la vergüenza.

- Buenos días Ciel, espero que durmieras bien -

- Gracias...Si...dormí bien -

Con el cabello enmarañado se cubrió el rostro con la manta, no aguantaba la pena y vergüenza al ver el rostro del mayor, muchas sensaciones extrañas le pasaban en su cuerpo y no entendía porque.

Mientras en el reino, los puestos de diferentes productos se preparaban para atender después de limpiar los restos de la nevada, una pequeña rubia caminaba entre las calles con la mirada preocupada y mucha angustia

- Como podré buscarte querido Ciel ?-

- Señorita...Quiere usted comprar algo que necesite ?-

Una voz extraña le detenía el paso, ella se encaminó al pequeño puesto de baratijas y chacharas viejas que se podían ver a la vista.

- Disculpe, no creo que tenga algo que pueda ayudarme - decía la chica con un poco de tristeza.

- Hehehe...Claro que tengo algo que puede ayudarla señorita, usted tiene mal de amores veo yo -

El hombre de cabellos color plata se acercaba con confianza tomando la mano derecha de la joven y la miraba como inspeccionando algo.

- Ya veo...Buscas a tu amado mi pequeña hehehe-

- Si...Pero no se dónde está ahora mismo -

- Puedo darte algo que te va ayudar aunque puede ser doloroso para ti encontrarlo, aún así lo quieres ? -

- ¡Claro que si ! Quiero encontrar a mi prometido a como de lugar -

El hombre extraño metió su mano dentro su extraña manta negra de mangas largas y sacó un pequeño objeto que parecía un reloj, se lo entrego en las manos a la chica con mucho cuidado.

- Es una pequeña brújula, su flecha te llevará directo a él -

- ¿De verdad funciona? -

- Claro...Te va a servir, pero tu tomarás ese riesgo por él pequeña, anda vete cuando  puedas -

Le dió una palmada en su cabeza con su mano blanca y largas uñas negras, la chica tomo la pequeña brújula y salió corriendo rumbo al castillo para buscar una maleta y cambiarse de ropa.

En solo unos días se celebraría la boda y todo estaba listo para el gran casamiento, nadie se preocupaba por la desaparición del joven principe o al menos si lo hacían preferían callar por miedo a la joven pelirroja que ahora tenía el mando en todo el reino.

Elizabeth salió del castillo con un caballo y sus ropas de cacería, con mucho cuidado de no ser vista y armada con comida y ropa de invierno se dispuso a salir en busca de su prometido. Tomó la brújula en sus manos y la flecha apuntaba rumbo al bosque prohibido, se asustó un poco pero se armó de valor para ir en su búsqueda cargando en su caballo un arma y una gran espada.

Ya había pasado el almuerzo y Ciel se encontraba sentado en la mesa tomando una taza de té para poder calentarse, el mayor le sirvió un pequeño panqué adornado de unas nueces y arándanos, dió un pequeño mordisco y el otro lo miraba con gran atención.

Érase Una Vez... Un Príncipe Y Un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora