Capitulo 13

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— Y, ¿Estas segura de querer salir con ese chico? — Me pregunta San desde el cuarto de baño. Bufo. Desde que le dije que saldría con Alexander, me dice lo mismo: "¿Estas segura de querer ir, con él?». ¡Dios, claro que quiero!

Desde hace unos días —más bien desde que fui a su consulta—, he sentido un extraño sentimiento. Por él. ¿Porque? No lo sé. Solo sé que me estoy volviendo loca. «Loca por mi psicólogo» Pienso.

Desde que lo llame ayer..., no he podido dejar de pensar. Y el que haya aceptado salir conmigo, ya es un gran paso para salir de la soledad en la que he vivido por todos estos años.

—Si San, ya te lo he repetido miles de veces... —Digo cansada.

—Ya lo sé —Bufa—, pero es que es extraño que quieras salir con un chico. —Frunzo el ceño.

— ¿Como que extraño? —Pregunto sin saber a qué se refiere—. ¿No eras tú la que me decía que tenía que salir? ¿Divertirme? ¿Cambiar un poco mi estilo de vida? Ahora, ¿qué pasa?

—No lo sé..., es que no me fío de ese chico. —Alzo una de mis cejas— No lo conozco.

—Bueno, ya veré yo si es o no de fiar. —La miro y sonrío—. Yo misma sacaré mis propias conclusiones ¿vale? —Ella asiente.


* * *


— ¿Ali? ¿A dónde vas? —Me pregunta Luc desde la puerta de mi habitación.

—Saldré con un amigo. —Digo, mientras termino mi trenza de raíz algo despeinada. Me doy una última mirada en el espejo de cuerpo completo y veo si todo está en su sitio. Traigo una braga, una camisa negra floreada y mis vans blancas (Multimedia). Volteo a ver a mi hermano y este me sonríe. Me derrito completamente.

— ¿Qué haces aquí todavía enano? —Le pregunto.

—Mama me mando a llamarte. —Dice aun sonriendo. Frunzo el ceño.

— ¿Sabes para qué? —Niega efusivamente. Salgo de mi pieza, tomo su mano y nos encaminamos hacia la sala. ¿Porque me estaría llamando mi madre?

Cuando ya hemos llegado a la sala, veo a mi madre sentada en uno de los sofás. Suelto la mano de Lucas, me dirijo a donde esta ella y me siento en el sillón enfrente de ella.

— ¿Me estabas llamando, mamá? —pregunto y ella asiente—. ¿Para qué?

— ¿Quién es ese muchacho con el que te verás hoy? —Su tono seguro me hace estremecer. Pero ya sabía yo, que Sandra no se quedaría con la boca cerrada. Así que para no mentirle —más de lo que lo he hecho—, le respondo con sinceridad. Con toda la que puedo.

—Ese "hombre" —hago comillas—, es mi psicólogo. —Frunce el ceño—. Él fue el que me ayudo. El que me apoyo. El que al contarle mi historia, no me abandonó, ni me rechazo. ¿Sabes? Por él fue que me decidí a contarte toda la verdad. —Asiente, sopesándolo todo—. Y además, solo es un amigo.

Porque eso es lo que es. Un amigo.

—Bueno, está bien. —dice y sonríe. Es una de esas sonrisas que te transmiten paz. Yo le respondo con la misma sonrisa—. Si no te hace nada malo, creo, que podre aceptar que salgas con él. —Mi madre y su sobre protección. Aunque me siento querida cuando lo hace.

—Tranquila mama, no lo hará. —Digo para convencerla. Y un poco a mí. Aún estoy indecisa con esta decisión. Todavía no sé si fue buena idea dejar entrar a Alexander en mi vida—. Ahora, tengo que irme. —Miro mi celular, son las 2:40pm. Aún me queda tiempo. Le doy un beso en la frente a mi madre y camino hacia la puerta. Pero un grito me detiene en seco.

Heridas del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora