Heridas del pasado

Capitulo 19

Definitivamente, estoy nerviosa. Hoy, por fin, traen a mi bebe. En realidad, no es mio, es de mi padre. Pero ya que él no se quiere hacer cargo de su hijo, con mucho esfuerzo, lo haré yo. Estamos todos juntos en la sala, esperando a que llegue Vanessa. La madre del niño. Mi madre me mira con orgullo, mi hermano juega en silencio con sus muñecos de Marvel, mi mejor amiga me sonríe y Alex esta a mi lado, abrazándome.

—Ali, cálmate ¿si? —Susurra en mi oído. Lo miro y una sonrisa aparece en mis labios, asiento—. Eso. Así me gustas, sonriendo.

—Gracias Alex —Murmuro y beso su mejilla.

—De nada preciosa. —Sonrío. El me abraza mas fuerte y yo le devuelvo el abrazo. Esto se siente tan bien. Él timbre suena y yo me sobresalto. Es ella. Con el bebé. Me levanto y camino hacia la puerta. Respiro profundo, cojo las suficientes fuerzas que puedo y abro la puerta. Me quedo enmudecida con lo que veo. Una canastilla. Una canastilla con un bebe adentro. Observo por unos minutos a la pequeña personita que hay ahí dentro y una lágrima se desliza por mi mejilla. Reacciono y me arrodillo, cojo al bebe en brazos y lo detallo con la mirada. Es hermoso.

Agarro la canastilla y entro a la casa. Voy hacia donde están todos y me siento en donde estaba minutos atrás.

—La muy hija de puta lo dejo en la puerta... —Murmuro con la voz entrecortada. Mi madre se acerca a mi y extiende sus brazos.

—¿Puedo? —Asiento. Ella toma al bebe en brazos y sus ojos se cristalizan, sonríe— Es... Hermoso.

—Sí, lo es. —Digo con una sonrisa, todo rastro de molestia se esfuma, quedando solo la emoción de tener a ese bebe conmigo.

***

—Duérmete mi niño, duérmete ya... Que si no te duermes no vas a soñar... —Canto con suavidad. Acaricio su suave mejilla y lo acuesto en su cuna. Desde que decidí que yo cuidaría al pequeño, he comprado todo lo necesario para su cuidado. Dios, me siento tan pendeja. 

—Ali, ¿de quien es ese bebe? —Dicen detrás de mi. Yo me giro y le sonrío a mi hermano.

—Ven aquí cielo —Extiendo mis brazos y el corre hacia mi. Pasamos un largo rato fundidos en un tierno abrazo—. Ese niño es nuestro hermano, pero lo trataras como si fuera tu sobrino ¿si?

—¿Porque? —Pregunta. Yo sonrío y niego con la cabeza.

—Algún día te lo contaré, pero horita, es mejor que sigas sin saberlo. —El deshace él abrazo y frunce él ceño—. Te amo y lo sabes ¿verdad? —Asiente efusivamente y besa mi mejilla.

—Yo también te amo, Ali. —Sonrío—. Eres la mejor hermana del mundo.

—¿Y esto? ¿Hicieron una reunión familiar y no me invitaron? —Dice mi madre. Lucas y yo nos separamos y sonreímos. Alzo mi mano hacia ella, invitándola a unirse a nuestro abrazo. Ella se acerca, se arrodilla y los tres nos fundimos en un gran abrazo.

—Las quiero mucho. —Susurra mi hermano. Sonrío y lo abrazo aun mas fuerte.

—Yo los quiero muchísimo mas, mis amores. —Dice mi madre.

—Yo a ustedes no los quiero —Digo, cuando ya nos hemos separado. Ellos me miran y yo río divertida—. Yo los amo mas que a mi propia vida. Sin ustedes no soy nada. —Ellos ríen y me dan un beso en cada mejilla. Mi madre se levanta y nos ayuda a nosotros.

—Vamos a dormir. Mañana sera otro día. —Dice y nos da su bendición a cada uno.

—Buenas noches mama. Hasta mañana. —Le digo.

—Igual mi niña. —Me dice y se acerca a mi hermano—. Ven cariño, vamos a acostarte. —Mi hermano se acerca a ella y le dice algo al oído—. Ah bueno...

—¿Que? —Pregunto.

—Luc quiere dormir contigo esta noche. —Sonrío y miro a mi hermano. Tiene ojos de cachorrito y un tierno pucherito. ¿Como resistirme a eso?

—Claro que si.

—Esta bien Cariño, que se duerma temprano. —Asiento y ella sale del cuarto.