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Era su último año en Hogwarts, se esperaba un año tranquilo ya que la amenaza denominada Voldemort se había exterminado junto a la mayoría de los mortifagos registrados, el resto de ellos fue  sometido a un extenuante juicio en el que se decidía si era encarcelado por un tiempo mayor que de por vida o al igual que muchos se mantenían libre de culpa después de que se comprobaran muchas cosas, como por ejemplo si su participación era obligada a través de hechizos o por amenazas, también se tenia muy en cuenta si la persona en cuestión se retiró antes de la guerra final, como fue el caso de los Malfoy, después de recibir el perdón casi absoluto por sus años de servicios voluntario en el lado oscuro y las condolencias en forma de el perdón anterior por todas las amenazas y el miedo que recibieron luego de ello sus méritos a la comunidad mágica empezaron, tanto en partes monetarias para su reconstrucción como en el voluntariado que la familia completa decidió hacer para lograr mantener un poco de su cómoda situación.

A pesar de todo lo ocurrido la vida siguió y llego el momento de las clases, el castillo se encontraba con pocos alumnos pero eso no se notaba para nada, la construcción seguía destruida no sabían si mantenerla así como monumento de fuerza ante tal catástrofe o reconstruirla totalmente a mano como señal de sanación y resiliencia, lo que si se notaba era los pequeños fantasmas que jugaban por allí que creaban un sentimiento extraño en el lugar al que fueran, el único lugar en el que esto no pasaba era el aula de pociones, la cual nunca fue la favorita de los pequeños no así como la de dos chicos que se encontraban allí en ese momento.

Después de la guerra la claridad era una bendición, ya nadie quería guardar algo en su interior por temor a que todo se enredara y no saber que pasaba con ellos mismos, si todo era parte de las antiguas sensaciones asquerosas de la guerra o era algo nuevo a que temer, y después de tres años de confusión y obsesión el más pequeño, también el ultimo, Potter, sabía que sentimiento era para que persona, todo estaba casi en paz en su interior, lo único que estaba fuera de lugar era su añoranza por la familia que pudo haber tenido y los recuerdos que pudo haber creado con todos los que dieron la vida por él y solo por él, era algo egoísta pensando en la guerra, pero por eso mismo el había peleado, por las personas a las que ama y amaba, había peleado por que era un ser egoísta.

—Señor Potter, podría decirme que hace—reprendía su malhumorado profesor sacándolo de su ensoñación, él era el remplazo que le habían dado a Snape y en lo único que se parecían era en su agrio humor.

—¿Quién sabe?—respondió sencillo.

— Que sea el salvador del mundo mágico, o al menos así lo llaman ¿no? No quiere decir que tenga privilegios en esta aula de clases, usted también debería saber la materia ya que no tendrá si quiera un poco de favoritismo. —dijo arrastrando cada silaba en modo de amenaza para su alumno.

— ¿Quién dice que no sé? Creo que hasta puedo sorprender a esa persona.

— Pues si sabe tal como dice tomemos su examen inmediatamente, incluso dejare que se presente solo a las evaluaciones ¿acepta? — desafió sonriendo de manera macabra, Harry sin inmutarse asintió— aunque claro si no lo logra tendrá consecuencias, sera mi asistente, lavara cada caldero perteneciente a su clase y limpiara la sala cada día, entonces, señor Potter, dígame usted ¿Cómo se realiza la poción de la veritaserum? —sonrió triunfante el profesor, claramente esa no era una pregunta que debiera saber, principalmente porque su enseñanza estaba restringida aunque no prohibida, aquella mueca algo macabra borro lo sonrisa que segundos antes la adornaba siendo reemplazada por una cara de estupefacción y desconcierto en cuanto los labios de, el que consideraba, su peor estudiante se empezaron a mover.

— Se necesita un caldero, agua normal, una pluma de fénix, un dedo de Grindylow, un pelo de cola de unicornio adulto macho, agua del río Nilo, Acónito recogido en luna llena, jarabe de elaboro espesado y corazón de Dragón.

Primero se debe preparar, antes de todo, un caldero de tamaño a elegir según su necesidad, verter agua helada sin encender fuego bajo el caldero, se debe añadir una pluma de fénix, entre más fresca mejor, en cuanto esta este dentro se debe revolver el agua de manera rápida sin detenerse hasta que el liquido se vuelva anaranjado brillante, dejando la mezcla de lado se debe picar el dedo de Gryndilow a tamaño milimétrico exactamente, ya listo se debe agregar a la mezcla y seguido la cola de unicornio macho para dejarla reposar durante cinco minutos. Verter el agua del río Nilo, se debe machacar el Acónito y agregarlo al caldero, se debe juntar con el jarabe de elaboro espeso, prender la llama, revolver de manera lenta y cuidadosa hasta que el liquido se torne azul claro, profesor, aunque no me molesta esto no entiendo porque me lo pregunta ya que este semestre nos toca el uso de branquialgas en pociones. —En memoria del profesor Snape y su libro se levanto haciendo eco en la silenciosa sala para ir directo al comedor a celebrar su aprobación.


A medida que pasaban las horas el comedor se fue llenando, todos felicitándolo por su acto y escapando de la castaña que les lanzaba furibundas miradas a la vez que le reprendía por tremenda falta de respeto hacia su maestro, aunque a él claramente no le interesaba, podía fingir que sí y que le prestaba atención, a pesar de que miraba algo más o más bien a alguien, algo que domino en su cruda infancia junto al taller de teatro, el único lugar en el que un rechazado como él podía ser aceptado.

—¿Qué haces Drake? —pregunto melosa la pelinegra que estaba en la mesa de enfrente, a pesar de que él no la podía escuchar lograba ver la manera tan cursi en la se movía el cargado labial que llevaba encima. 

—Dibujo —fue la escueta respuesta que le dio el rubio, quería alegar pero ese papel se llevaba toda su concentración y aquel sobrenombre tan desagradable ya se le había quedado en la piel.

—¿Pero esa técnica no es de muggles?—dijo algo extrañada Pansy, nunca había visto a su amigo hacer ese tipo de cosas — ¿Tú papá sabe?

—No si los cuadros son como este — ignoro lo ultimo y giro un poco el papel del boceto el cual tenia trazada solo líneas.

— Oookeeey... ¿Y eso que tiene? —se hallaba confundida porque ese papel no era nada fuera de lo común, ni nada sorprendente, pero ella ya hace rato sabía que su amigo se estaba volviendo un poco tarado a causa de influencias ajenas. 

— Espera que unos momentos esto será mejor—aseguro para seguir con el trazado sin prestarle mayor atención.



—Por fin un descanso—decía, horas más tarde, entre suspiros el pelirrojo.

— Eso dices tú, pero yo aún creo que no debieron cancelar la clases de encantamiento solo por una emergencia menor—se quejó la, ahora, casi rubia.

—Mione eres un mounstro come libros, para ti cualquier cosa que interrumpa tus clases es grave—se estremeció en disgusto de solo pensar en seguir estudiando.

—No lo soy—aseguró con un tono serio, que más que negar aquello lo confirmaba, cambiando su expresión inmediatamente para hablar de otro tema— ¡Ah! Harry, cariño ¿Pasa algo con los Slytherin?

—No en realidad, solo con su príncipe.

— ¡¿Ese hurón te ha hecho algo?!— preguntó alterado pero sin elevar demasiado su voz.

—No, sí, bueno no lo sé ¿Tal vez?

— ¡Harry!—bramo desesperada, hace tiempo que venia pasando eso y ya necesitaba saber que pasaba.

— Escupe lo hermano—dijo ya con el mismo tono de la chica.

—¡ME GUSTA!—Gritó ya un poco alterado, no planeaba hacerlo pero lo sintió en su boca y solo salio, las miradas se posaron en él para enseguida cambiar.

—¡TERMINE!—Gritó orgulloso el dirigente de la casa de las serpientes, olvidando por completo que estaba en el salón comedor.

—¡Dejame verlo Drake!—Exigió la pelinegra estirando sus brazos por sobre la mesa.

— Claro, pero no juzgues—Advirtió amenazante— Hablo en serio, Pansy.

—Pero no se preocupen, esto no pasara de allí, en serio, a él le gusta alguien más—dijo Harry ya más relajado y con una sonrisa que no era acompañada por sus ojos, sus amigos solo se miraron entre ellos sin emitir ninguna palabra.


Dos cabezas piensan mejor que una (Harry x Draco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora