3 especial: la aventura de Pansy

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En los vacíos pasillos del castillos resonaban las pisadas y taconeos de una de las estudiantes más comprometida con su propia palabra.

—¡Hey tu!—aulló para hacerse notar ante el gran cuadro que protegía la entrada.

— ¡AAAH! — Pego un grito la dama gorda—¿Que haces tu aquí?—pregunto con voz aguda y cantarina haciendo una clara acusación con ella.

Quid agis.

— ¿Qué dijiste serpiente? — dijo la señora gorda del cuadro con desconfianza mientras que la miraba con ojos afilados.

Quid agis— repitió simple como si hablara del clima en vez de estar diciendo la contraseña de otra casa distinta a la que pertenecía —déjame pasar vieja gorda.—Exigió insolente.

— ¡Ay! Las serpientes rastreras de hoy en día, al menos antes tenían respeto— se quejaba mientras dejaba el paso libre a la Slytherin.

—Así que este es el salón de los pequeños leones, es muy... ¿pintoresco? No, no no, mas bien es muy Gryffindesco — decía intentando no sonar muy asqueada mientras que avanzaba a los dormitorios de los varones a través de lo que deberían ser claramente muestra de un museo, no había visto lugar más mal decorado que ese—pero...¿Cuál será?— se preguntaba en voz alta como si alguien la escuchara mientras veía las múltiples habitaciones —ya que, las revisare todas.

—turururu turururu ruru~— tarareaba bajito entrando por la primera puerta — tururu ru tururu ru— avanzo viendo cada una de las cama —c'mon barbie let's g...—No alcanzo a terminar ya que el destino no estaba de su lado, enfrente de ella había un chico sentado y totalmente despierto que la miraba con ojos como platos.

—Tú... ¡¿Tú que haces aquí?!  —más que pregunta parecía ser claramente un reproche —eres una serpiente— parecía ser bastante listo—   esta vez Harry no tuvo la razón, yo le dije que las serpientes estaban tramando algo, pero él estaba como "no, no deben ser tan malas, no creo que quieran el mal"  —decía con voz chillona, revelando cada defensa que había hecho el niño de oro por ellos.

Pansy lo miro sin poder ocultar su sorpresa, de vedad que nunca se espero aquello, que el niño que vivió hablara bien de ellos, pero lo dejo pasar como si en vedad eso solo fueran divagaciones de un loco, después de todo probablemente lo eran,  recordó a Draco, que cumpliría esa promesa que le hizo o no se llamaba Pansy la chica que fue seducida por musica muggle en menos de una tarde.

Volvió la mirada al chico —Hey tú—le llamo haciendo que el chico enmudeciera —¿Quieres jugar? —Le dedico una sonrisa mientras avanzaba a paso lento y cadencioso —vamos, será muy divertido— decía entretenida con las distintas caras que le provocaba al niño mientras iba desabrochando su blusa de botón en botón— especialmente si ocupamos esto  —saco su varita y la paso por sus labios mientras le daba una pequeña lamida.

—¿Que crees que haces?— dijo con voz ronca y vacilante, miró a la castaña con ojos de borrego, ésta le acerco la varita a los labios.

—Ahora tú —el chico no la obedeció, pero eso no fue impedimento para que continuara con su treta, Pansy bajo la varita lentamente deslizándola por su cuello hasta el pecho, se lamió los labios y susurro de manera sensual— desmaius — volvió su mirada al rostro del chico pero esta vez con asco —masoquista.

Salió de la habitación rápida pero silenciosa, entró a la siguiente habitación viendo como su suerte había mejorado considerablemente.

Siseo por la habitación hasta llegar a su objetivo, lo miro con ternura y es que en verdad se podía decir que Draco tenía muy buen gusto, uno en verdad delicioso completamente vulnerable por lo exótico. Potter estaba hecho un completo desastre, estaba descubierto y con las colchas botadas por todas partes en el suelo, apresaba su única almohada entre sus brazos y piernas, su pelo hecho un nido de pájaros luego de una pelea de amantes que se agarran a picotazos, exótico. Pansy no aguantó las ganas, ni las risas, y pensó que debería llevarle un bonus a Draco, de uno de sus bolsillo saco una cámara muggle, no era su preferida pero era más portátil y ademas se la había regalado Draco, para luego tomar una cadena de fotos que debería ir a revelar más tarde junto a una muy larga charla con su amigo por intentar meterla al mundo muggle con tretas.

Harry se removió un poco por sobre la almohada dando un pequeño gruñido, Pansy la había cagado, le tomo las fotos con flash, se froto los ojos con su puño y los abrió lentamente fijando su soñolienta mirada en la de la chica —¿Pansy?— pregunto entre bostezos.

—Potter — creyo decir con miedo a que el chico se enojara, pero esa no sonaba como su voz, si no mucho más aguda y silenciosa.

— ¿Qué haces aquí?—pregunto mientras se sentaba en la cama —¿Sabes que este es el dormitorio de chicos de Gryffindor?

—S...Sí

—Okey... Siéntate— le indicó palmeando un lado de la cama, bostezo y volvió a hablar —¿que te trae por aquí?

— ¿Quién sabe?—respondió con otra pregunta y es que ella podía ser cualquier cosa menos una chismosa... Me retracto ella podía ser cualquier cosa menos una traidora.

—Tú —señalo con sus ojos a punto de cerrarse.

—Yo...¿Yo?

—Okay, con eso me basta, cuando quieras me cuentas— esa respuesta dejo en shock a la pobre chica —Ahora sería mejor que salgas antes que te descubran.

—No puedo —negó.

— ¿Y eso?  —se extraño el joven león.

—Me... Me mandaron a... —Estaba pensando en una escusa que pudiera ser creíble, aunque claramente no la necesitaba, en ese estado Harry creería que María Magdalena en realidad era Voldemort tratando de conquistar el mundo muggle de una manera muy peculiar si se lo aseguraba— Ya, te lo contare —decía dramática como si fuera algo muy vergonzoso y que en verdad no debería decir— Estaba jugando verdad o penitencia, y elegí penitencia por lo que los muy tarados me mandaron aquí a buscar una prenda tuya... Pero de verdad tuya —dijo para luego mirar la expresión del Gryffindor. 

—¿Que le harán?

—Creo que la guardaran como un trofeo. — El chico suspiro, se paró y abrió su baúl para sacar una pequeña cajita que lanzo a Pansy.

—Ahora vuelve a tu...— no pudo terminar por que Ron se paro y lo miro, Harry empujo a Pansy y la topa con las colchas en un reflejo adquirido a través de los años.

—arañas... Llevaban vestidos y decían que Snape es su rey y querían que bailara con ellas el tacón punta...No quiero bailar...

—Diles que no quieres bailar.

—Eso... Les diré— se acostó y se volvió a dormir, Harry destapo a Pansy que llevaba cara de pocos amigo.

—¿Y eso?— preguntó.

—¿Quién sabe?— se miraron y rieron.

Dos cabezas piensan mejor que una (Harry x Draco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora