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Aquella era una horrible mañana, no tenia ninguna gracia y eso hacia que se preguntara ¿Porqué todos se veían tan alegres? Podía oír a los pájaros canta, ver al sol brillar y sentir el fresquito, ademas era domingo y todos paseaban con sus parejas, pero eso no hacía que aquel día fuera lindo, era horrible.

Hoy es horrible, me levante después de una noche horrible, con unas enormes ojeras dignas de un panda, fui al comedor a desayunar y allí lo vi, con su enorme sonrisa brillante, con sus ojos achinados con pequeñas arrugas que dejaban ver que aquello era real, una felicidad que ni siquiera Morgana, Godric, Salazar y Merlín juntos se la podrían quitar, incluso era tan especial que era contagiosa, se me pego un poquito a mi antes de que también lo viera, con su juventud de un año menos, con esas piernas largas, con su maldita belleza, su deportivo ser que le habían creado ese cuerpo de infarto y también tenía ese cabello sedoso, con su cuerpo encima del de Draco separados solo por dos dedos y eso solo si es que tenía suerte.

Entonces, solo entonces, puede que los rumores fueran reales y a él en verdad le gustaba ese chico, entonces con él sería feliz y él podría rendirse.

Siguió su camino, al menos hasta encontrar un poco de comida, una fuente llena de frutillas que agarro sin más para irse de ese lugar directo a la sala de menesteres a pensar.

Quizás ya no tenía oportunidad, no tenía porque largarse a llorar por eso pero aun así allí estaba viéndose tosco y demacrado, con sus rasgos fuertes y secos contrastando con el mar de lagrimas que botaba, con un aura que destilaba ternura, proclamaba cariño y protección.

Se consolaba con sus frutillas anhelando una oportunidad o simplemente olvidar.

Aquella era una hermosa mañana, estaba lleno de brillo y eso lo hacía preguntarse ¿Porqué todos se ven tan desanimados? Podía sentir un poco de frío, algo de flojera por un informe de 10000 palabras para pociones y el sueño recorriéndole las venas por tener que ir a comprar materiales a Hogsmeade, a demás varias parejas habían roto ese mismo día, pero eso no hacía que ese día fuera malo, era hermoso.

Hoy es hermoso, me he levantado después de un sueño hermoso y romántico, digno de cuento de hadas, fui al comedor y comí acompañado de un chico un año menor que no paraba de hablarme, ahí fue cuando lo vi entrenar, su sola presencia me hizo ponerme risueño, aunque vi su rostro adornado por ojeras y me preocupe, mi mente creo miles de alternativas a su malestar y todas fueron al mismo resultado, la pelirroja comadreja menor y su obsesión con él, hace días la veía siguiendo lo de arriba a abajo, tanto que hacia a Harry ni siquiera querer comer en ese lugar.

Pero quizás, solo quizás, Potter tenía alguna clase de fetiche y las valla a ocupar para masturbarse.

Se recargo en la mesa intentando visualizar esa fantasía, espesando su respiración y enrojeciendo un poco, viéndolo recostado en su cama con sus cortinas cerradas, cubriendo todo con hechizos insonorizadores, arrancándose sus pantalones para quedar solamente con su camisa y su ropa interior, agarrando una frutilla para ponerla en su boca, lamiéndola y mordiéndola con cuidado, acariciando su propio cuerpo en busca de sentir algo, jugando con el elástico de su boxer para colar su mano y gemir su nombre, botando espesos suspiros pidiendo por más, con su voz mutando hasta volverse casi femenina.

 — Draco...—su voz sonó aguda, muy parecida a la de su amiga— Draco, despierta —diría que igual a la de ella, demasiado idéntica como para seguir, abrió sus ojos fastidiado— Explícame en que estabas pensando—resoplo enojada.

—En nada—aseguró obligándose a no tartamudear pero sin poder evitar sonar vacilante. 

—Sí, claro, te creeré cuando tu cara vuelva a su color y te tiemble la voz—dijo divertida.

— Y entonces explícame ¿Porqué me has interrumpido si estaba tan divertido? —refunfuño.

—Por dos cosas: Una es por que en cualquier momento te empezabas a tocar y yo no quiero ver eso, aunque un par de por aquí sí, pero yo no. Dos, todo tuyo—dijo extendiendo su brazo.

-¿Y esto es...?  —preguntó jugando con la cajita entre sus dedos.

—¿No necesitabas algo de Potter?— Draco miro a Pansy y luego a la cajita, la cual abrió encontrando dentro de ésta una muñequera lisa con bordados de algún logo.

—¿Qué significan?

— Es de un cantante Muggle

—¿Quién?

  — No importa, pero tengo algo que sí, un regalo — Dijo extendiendo un sobre — para que veas que te amo— Draco lo abrió encontrando las fotos que Pansy había tomado — de nada. 

Dos cabezas piensan mejor que una (Harry x Draco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora