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Draco enseñaba con orgullo su dibujo a Pansy la cual al verlo grito emocionada, esto confirmaba todo lo que había pensado hasta ahora.

 —¡Lo sabia! Sabia que era él o más bien que él te gustaba — todos a su alrededor, de cada casa, miraban con total interés pero nadie se atrevía a decir que si se los podía enseñar a ellos.

— Así que Potter — le susurro cómplice en el oído, para que los copuchentos que los miraban no la escucharan, haciendo que el rubio se sonrojara a mas no poder, esto era nuevo para él en muchos sentidos. 

Por otra parte uno de los leones se iba yendo aprovechando la conmoción en la mesa de Slytherin para pasar desapercibido, camino a través de los pasillos y por el bosque prohibido, hasta finalmente llego a un prado generosamente iluminado por la luz del sol que desentonaba totalmente con el oscuro lugar, era adornado por una larga cascada que creaba patrones de luz que desembocaban en un lago, ese era su lugar secreto al cual nadie iba por el miedo de los dichos, ni siquiera se atrevían a llegar a la mitad del bosque, se sentó a orillas del lago y se puso a meditar en voz alta, como hacia cuando se sentía sobrepasado por sus sentimientos. 

— Últimamente se rumorea que Draco esta interesado en aquel chico nuevo que llego— hace una mueca junto a sus palabras —es un buen chico, se llamaba... ¿Drew? — Acerco su mano a su pecho y presiono fuerte mientras unas lágrimas caían— pero aun así duele, duele mucho saber que es lo que sientes —tomo una gran bocanada de aire y se golpeo la cara dos veces, justo en sus mejillas, con ambas manos— no, no, debo se fuerte, esto pasara —busco en uno de los bolsillos secreto que había puesto en el interior de su túnica y saco un álbum más grande que él, eran unas fotos que Colín había sacado para regalarle, las miro y sonrío después de todo eran todas de su querido dragón, él que se veía radiante —ojala tuviera alguna foto de este año— su semblante se oscureció al recordar la muerte de ese pequeño al que claramente le arrebataron un futuro muy brillante. 


 —Y hablando del rey de roma ¿Dónde esta? — preguntaba mientras buscaba con su mirada entre las mesas sin disimulo alguno.

—Pansy, disimula— dijo en voz baja y de advertencia aunque sonaba avergonzado, no había creído que su amiga haría tal escándalo en cuanto se enterara, bueno si lo había esperado pero tenia las esperanzas de que fuera un poco más discreta.

—Pero ya enserio ¿Dónde esta? —se volvió a sentar en su lugar dando la espalda al resto de las casas.

—¿Eh? — Levanto la cabeza y busco por el lugar recorriendo lo solo con su mirada —No lo sé... 

—Oye, cambiando de tema ¿Por qué tu dibujo no se mueve? —preguntó viéndolo desde distintos ángulos.

—Porque, en este tipo en especifico, necesito algo que le pertenezca, aunque no tomara su personalidad, tonta.

—Okay, Dragón espera aquí— decía con una sonrisa marca Slytherin, sin sentir ni un poco de enojo por el insulto. 

—¿Qué harás?— pregunto dudoso y con miedo, a vece su amiga podía ser muy impredecible, temía que hiciera alguna tontería por tratar de ayudarlo, como atacar a Potter y robar alguna de sus pertenencias.

—Un regalo de meu para vosê —dijo mientras emprendía viaje hacia la salida con un movimiento de caderas coqueto ademas de sensual, girándose a la mitad para guiñar uno de sus ojos y lanzar le un dulce beso, dejando a Draco buscando refugio en su dibujo. 

 a travesó las grandes puertas y empezó su marcha por los largos pasillos refugiándose tras las diversas estatuas para no ser descubierta por los niñatos a los que seguía, soltó una pequeña risa cuando se dio cuenta que la habían guiado hasta la nueva entrada de los Gryffindor, risa que resonó en las murallas haciéndolo sonar un poco gutural.

—¿Escuchate eso? —Preguntó uno de los pequeños con su vocecita aguda y titubeante.

-Sí...Sí— le respondía temblando su amigo, esa no era realmente la intensión de la chica pero a pesar de que fuera algo cruel reírse del miedo de los niños de primero no podía evitar tener que contener su risa.

—Qui-Quizás fue nuestra imaginación.—intentaba asegurar, más la risa volvió a aflorar rebotando y estremeciendo en sus cuerpos.

—Definitivamente no... ¡CORRE!— gritaba mientras agarraba la mano de su amigo y emprendían la huida. 

—¡QUID AGIS! — gritaba la contraseña el otro minino, entraron de un soplo al igual que como se cerro la puerta. 

La chica se fue por donde mismo vino, con una sonrisa demasiado felina para su propio gusto.


— Mione, crees que Harry de verdad esté...esté— intentaba hablar, en su cara se reflejaba el esfuerzo que hacía por lograrlo. 

—Quizás— respondió sin darle mayor importancia, puede ser que aquello solo fuera una confusión por parte de su amigo pero su deber no era interferir, era apoyarlo y acompañarlo en sus decisiones por más estúpidas que fuera, por suerte si estas iban hacia Malfoy podría ser algo que terminaría bien para el moreno o al menos eso esperaba porque lograba ver en el rostro de su amigo que por mucho que lo intentara no se rendiría.

—Hermione responde me, hablo en serio sobe esto. 

—Sí, Ron, el lo quiere —o al menos eso dice.

—Pero es un hombre— dice enfurruñado, para ser sinceros lo que le molestaba era el hecho de que ya no seria tan prioridad ni siquiera en la lista masculina.

—Ronald Weasly, él es tu amigo y es la primera vez que nos dice algo que siente y quiere— le reprochaba con un poco de sorpresa en su voz, esas veces se parecía mucho a la señora Wesley. 

—Pero no es la primera vez —decía con tono de voz de perrito apaleado.

—Es la primera vez que lo pide como Harry y no como el niño de oro—aseguró.

—Esta bien— dijo resignado —pero te juro que aunque no estén juntos, si ese hurón lo hace llorar lo mato— prometía con todo el enojo anticipado que podía contener denotado en su rostro. 

—Entonces quizás este cerca de su muerte— susurra para si misma. 

Dos cabezas piensan mejor que una (Harry x Draco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora