Carrera Final De Lightning McQueen Finalizada

Muerte

Li Furen

Ya no se escucha el sonido de sus ropas de seda.
En el piso de jade se acumula el polvo.
Su habitación vacía está fría y silenciosa.
Las hojas secas se acumulan junto a su puerta.
Extraño tanto a mi amada,
¿cómo calmar al corazón?

Spock camina de un lado a otro con el corazón en la mano, sintiendo un millar de emociones en su pecho, que pugnaban por salir, por supuesto que eso no sucedería, aunque su dolor fuera infrahumano, el primer oficial no lo mostraría, no era propio de un vulcano, ni de un primer oficial, ni siquiera de un hombre que podría perder al ser amado.

A su lado Nyota lo mira con tristeza, sabiendo como era su ex, sabría que dejaría salir el dolor cuando estuviera solo, cosa que no sucedería hasta que no llegaran a la Tierra pues al ser el primer oficial de la mejor nave de la federación no podría dejar el puente, y mucho menos cuando el capitán de dicha nave se debate entre la vida y la muerte en la enfermería.

Tres días después y aunque todos lo tripulantes cumplían al máximo, se sentía un ambiente frio y triste, lleno de incertidumbre, lastimosamente la persona capaz de quitar este ambiente también era la responsable de este en primer lugar: el joven y carismático James T. Kirk

McCoy suspira terminando de estabilizar a su mejor amigo- Jim no sabes lo que me has hecho sufrir- el medico sonrio al capitán y lo tapo mejor para procurar un descanso más eficaz y tras dar una mirada al joven que reposaba en la cama, el oficial medico salió para encontrarse al primer oficial quien lo miraba de forma seria

-está estable, pero necesita descanso Spock- el vulcano asintió- como ordene Doctor McCoy- ambos hombres dejaron la enfermería y fueron hacia las alcobas de los oficiales, donde tras introducir el código de acceso, entraron

La alcoba era similar a la del capitán y al primer oficial, la diferencia radicaba en la cuna que se encontraba en el centro y en la cual dormía plácidamente una bebe vulcana, la pequeña Winona Elizabeth Kirk la responsable del grave estado del doncel que comandaba la mejor nave de la Federación unida de Planetas

-mira que desastre causaste Princesa- sonrio McCoy al ver a la niña que lo miraba con sus inquisitivos ojos azules, heredados de su legendario y famoso gestante- por suerte tu tío Bones se encontraba aquí, para salvarle el trasero a tu testarudo papa- la bebe miro al humano, de la forma más humana que sus recesivos genes le podían otorgar- bueno al menos tu estas bien

Spock sonrio mirando a su hija y luego al doctor, sintiendo envidia, James debía ser quien le hiciera caricias a su recién nacida hija, no el doctor, pero claro su hermoso esposo aún se encontraba sedado recuperándose del doloroso parto que tuvo que enfrentar para traer al mundo a la bebe que reposaba en brazos de McCoy