II

440 18 0
                                    


Luka Smirnov, medio hermano de mi mejor amiga, Lindsay. Tan diferentes como agua y aceite gracias a tener diferentes padres, tan opuestos como el día y la noche. Es así como los describiría, Lindsay seria el día, ajetreada y resplandeciente. Luka seria la noche, tranquilo; como el significado de su apellido de ruso origen, y oscuro. Con una diferencia de 4 años de edad entre sí, no tenían la relación más cercana. Y sus peleas eran la definición de intenso. Dios bendiga el corazón de su madre.

–Puedes callarte, Luka. Ninguna cosa que digas puede arruinar este momento. –Lindsay se volvió hacia donde se encontraba Luka, y como era típico, le sacó la lengua. Luka voltio sus ojos ante las niñerías de mi mejor amiga, y aunque me parecía una acción desagradable, en él era otra de las cosas que me encantaban. Lo sé, un enamoramiento patético pero no podía controlarlo–. Ven, Phoebe. Subamos a mi habitación a ponernos al día, esas vídeo llamadas no hacen justicia a estar cara a cara.

Tome aire y me prepare para los pucheros de Lindsay–. Lo siento, de verdad, lo siento. Pero no puedo. Ya es un poco tarde y sí subimos me terminare yendo el día de mañana y eso le provocaría un infarto a mis padres. –Le di una mirada suplicante–. Mañana me tendrás todo el día, tarde y noche. Lo prometo.

–Espero que sea cierto, si no te quitare la licencia de mejor amiga y buscare otra de inmediato. –Entrecerró los ojos hacia mí. Hice una cruz sobre mi corazón y asentí. Nos volvimos a abrazar. –Bueno, iré a desenvolver esa cesta rebosante con un lazo y mi nombre. Espero que me hayas traído sales de baño europeas. –Me guiñó– Llámame cuando llegues a casa.

–Lo hare, idiota. –Tome mi celular y bolso mientras ella se dirigía escaleras arriba. Me gire para encontrar la penetrante mirada azul océano de Luka– Bueno, me voy.

–Te acompaño hasta tu coche. –su profunda voz corrió como sangre caliente a través de mí.

Solo seguí caminando, tratando de obviar su presencia, hasta salir de la enorme casa. Al estar cerca de mi auto, saque mis llaves y lo desbloquee. Luka se adelantó y abrió la puerta para mí. Entre en el asiento del conductor, coloque mi cinturón y alce la mirada para darle las gracias. Las farolas resplandecían en su cara con luz amarilla y solo realzaba su belleza, tenía una pequeña sonrisa en su rostro que me recordaba una noche hace dos años y antes de que pudiera decir algo, el me interrumpió.

–Buenas noches, malyshka–. Dijo con un acento perfecto, cerró la puerta y se dirigió dentro de la casa. Desencadenando todos los recuerdos que no dejaban en paz mis sueños.

****

Disculpen el retraso, babys. Ya comenzare bien. Dejen sus comentarios, besos.

Yes, you. (Phoebe Grey)Where stories live. Discover now