III (1° parte)

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Hace dos años exactamente.

Amaba el clima lluvioso y nublado de Seattle, en realidad. Sin embargo, mientras veía el agua correr por el gran ventanal por el cual observaba las luces de la ciudad, no me gustaba tanto.

Con el centenar de personas aglomeradas en la sala de estar gracias a la lluvia que no permitía disfrutar en el balcón, no veía tanto su atractivo.

Estábamos celebrando el cumpleaños número 18 de Lindsay, en el pent-house de Luka. No tenía idea de cómo había conseguido que Luka aceptara tantas personas en su jaula dorada, pero lo logró. Mis respetos.

Siendo este su mayor orgullo, diseñado por él, financiado por él. Era uno de la docena que ya poseía, pero este era su morada. A pesar de que con los años las mejoras arquitectónicas aumentan, Luka estaba muy satisfecho con su trabajo.

Con 12 pisos de altura, una fachada de vidrio negro y detalles sofisticados en el interior, era un complejo de lujo. Pocas personas lograban vivir aquí, y eso es lo que Luka anhelaba. Eran privilegiados los que lograban obtener un piso, ya que antes de vender o alquilar se realizaba una extensa investigación de los futuros inquilinos, y aunque tuvieran poder adquisitivo si tenían antecedentes subidos de tono, se les negaba su entrada. Era consciente de esto, ya que mi padre alababa el trabajo de Luka y la decisión que había tomado como propietario.

Siendo el piso de Luka el último y más grande con un balcón impresionante, se suponía que sería una fiesta esparcida, es decir, no estaríamos aglomerados. Pero la lluvia tenía otros planes, y terminamos en el living, de hecho, aglomerados. Particularmente, no me gustaba estar rodeada de muchas personas y menos cuando estaban animados por el alcohol. Lindsay había conseguido de alguna forma abastecer el pent-house de toda clase de licor que existiera. Sería una noche larga para mí, cuidando todos sus movimientos de borracha.

Había tenido que inventar una mentira creíble y practicarla cien veces, para que mis padres me dejaran "dormir" en casa de Lindsay por su cumpleaños. Y aun cuando pedí permiso, mire hacia otro lado por si acaso la mentira se notaba en mis ojos. Era pésima mintiendo, y al ser una niña de papi y mami, lo hacía peor.


***

Gracias por la espera, aquí está su regalo de Navidas. ¡Felices Fiestas!

Yes, you. (Phoebe Grey)Where stories live. Discover now