The lovers that never were

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Miró las fotos, las miró una y otra vez. Sabía que eso le hacía daño, pero no más daño del que él le hizo a quien más amaba.
Tomó otro sorbo de la botella de whisky que tenía en la mano, mientras se acomodó un poco en el frío suelo del pasillo de la caballeriza.
-Johnny, Johnny Boy.- susurró sollozando mientras miraba una foto en la que ambos están besándose, una foto que él tenía escondida en el álbum de fotos de ambos.
Bebió todo lo que queda en la botella de whisky de golpe, y al terminar dicha acción gritó, muy fuerte y tiró lejos la botella, la cual hizo un sonido estruendoso al quebrarse en el suelo.
-¿Pa... Papi?- preguntó una pequeñita y temerosa Mary de apenas 2 años entrando al lugar con pasos pequeños.
-Mary, cariño, papá no está bien, anda con mami.- dijo Paul, sollozando todavía.
-Papi no llolles no tes tishte.- dijo la pequeña, que todavía no podía hablar muy bien.
-Mary por favor sal.- le dijo su padre con una voz más desesperada. No quería que su hija vea a su papá destruido.
-Pello papi...- Mary fue interrumpida
-¡Sal ahora!- gritó McCartney con todas sus fuerzas.
Mary, sorprendentemente, no tuvo la misma reacción que cualquier niño de su edad hubiera tenido. Ella no lloró, ella miró a su papá como en shock, y se fue corriendo del lugar.
Paul se maldijo a sí mismo por haberle gritado a su hija de tan solo 2 años, se tapó el rostro con sus manos.
Miró el disco Abbey Road que tenía en el suelo, al frente suyo. Recuerda cuando escribió Oh Darling! Y cuando se la mostró a John.
«-¿Y bien...?- preguntó McCartney
-Es buena, podríamos incluirla en el álbum- dijo él.
Paul suspiró.
-Sabes que te la escribí a ti- dice, Lennon lo mira cómo diciendo "¿Y qué tiene?" -John he tratado de pedirte perdón de muchas maneras posibles, te dije que por ti soy capaz de mandar todo a la mierda, que solo quiero estar contigo y que me arrepiento de haber jugado contigo. Si tú me dieras otra oportunidad...- Lennon lo interrumpió
-¿No volverías a hacerme daño?- preguntó- Paul, te ame, y no te voy a mentir, te amo todavía, pero, ¿a caso no ves que me llevaste a la ruina?-
-Lo veo, lo sé, y me arrepiento cada maldito segundo.- dijo Paul
-Eso no me sirve, quien me sacó de esa mierda fue Yoko, ella me ayudó cuando estuve en lo peor, y ahora yo me siento bien con ella.- dijo John
-¿No extrañas ni un poco mis besos?- dijo Paul acercándose peligrosamente a lo labios de Lennon, el último mencionado miró los labios del pelinegro, y luego clavó su vista en sus ojos Hazel. McCartney se sentó en las piernas de John y comenzó a besarlo, a lo que John, no pudo resistirse y le correspondió el beso. Tomó de la cintura a Paul y lo llevó hacia el escritorio que tenía en esa habitación. Y tal cual como película, derribó todo lo que había en este y ahí, ambos hicieron el amor.»
McCartney solo apartó el disco lejos de su vista y comenzó a llorar como nunca. Lo había perdido, ahora sí lo había perdido por completo. Solo le bastó en darse cuenta con esa llamada, con esa frase que él le dijo "No me importa cuánto sufras, tu nombre ya no tiene sentido en mi vida". Una dura frase dicha con una fría voz, seguida de un pitido eterno.
Paul ya no tenía opciones, solo se refugió en lo último que le quedaba, los recuerdos de algo que no alcanzó a existir, no por completo.
Y por esto, ellos serían por siempre los amantes que nunca fueron.

the lovers that never were | mclennon one-shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora