"Mira en que situación me encontré, es mas de lo que planee, solo te miro a ti"
Era preciosa como el infierno, su piel blanca, sus ojos rasgados e increíblemente negros; tan profundos y demostrativos se sentía casi como si pudiera ver a través de ellos, completamente trasparentes. Su rostro aniñado no hacía más que recordarle el error que estaba cometiendo, sus amigas iban a matarla, mierda iban a asesinarla. Su pequeño cuerpo se removía entre las sabanas y dentro de la enorme remera que le había prestado, su cabello revuelto y negro que contrastaba con las sabanas y su propia piel; una muñeca de porcelana, una pequeña y preciosa muñeca de porcelana.
Tan diferentes ambas, la mayor no pudo evitar sonreír, eran significativamente diferentes, después de todo la pequeña de quince años era una belleza sur-coreana, más exactamente de Daegu una ciudad que se encuentra en un valle rodeado por montes poco elevados, Tradicionalmente, la gente de Daegu es vista por el resto de los coreanos como conservadora, modesta y trabajadora y desde que estaba allí no ha sucedido más que una fuerte confirmación, increíble tierra donde la latina de veinte años había caído prácticamente por error. Sus amigas iban a asesinarla.
...
Agostina no paraba de gritarle desde el teléfono, aun no entendía muy bien el motivo; si le gritaba por caer en el país asiático hace meses y no haberles dicho o por lo que acaba de contarle. Mientras aun escuchaba los gritos alejo el teléfono para voltear a verla, la pequeña Nayeon acababa de levantarse de la cama y caminaba adormilada por el departamento, a pesar de que era lo que sucedía a diario cada fin de semana cuando -se madre suponía- la chica estaba en la casa de su tutora aprendiendo español aún no se acostumbraban, Nayeon al departamento de la mayor y está a la presencia de la pequeña en su departamento. Señalo la cocina y tapando la bocina para que su gritona amiga no la oyera le dijo de manera silenciosa que fuera hacia allá que ella en un momento iría, Nayeon con solo un ojo completamente abierto y un poco torpe camino hacia ella depositando un inocente beso que volvió su blanquecino rostro completamente rojo para luego huir dejando atrás varias cosas en el piso y a una chica con un divertido gesto en el rostro intentando, porque por dios enserio lo intentaba, decirle a su histérica amiga que no se estaba burlando de ella "Lo siento lo siento" fue lo único que pudo decirle luego de una leve amenaza porque no, ella no quería perder sus cuerdas vocales. Cuando por fin logro hablar tranquilamente con la histérica chica y luego de haberle prometido, a largo plazo, acabar con esto emprendió camino hacia la cocina donde estaba Nayeon esperando en una de las sillas altas del desayunador donde sus pies colgaban haciéndola ver tremenda mente bella
"Oppa tengo hambre" oh demonios ¿Qué le dijo que?
Cuando Nayeon pareció comprender lo que le había dicho sus ojos se agrandaron con sorpresa como despabilándose por completo, se enderezo en la silla y por último se negó a girar su rostro a la morena que en este momento quería reír
"Nayeon, ¿Cómo me llamaste?" su acento latino había saltado como apropósito de entre sus labios poniendo nerviosa a la menor y lo había notado, diablos quería reírse... ¿Me acaba de llamar oppa?
"Yo... que te calles"
Bueno, todo se estaba comenzando a poner aún más interesante.
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Girls, the best in this world. (Twice) (Nayeon y tu)
Storie d'amore"Nayeon, cariño, prometo que al final todo estara bien"