¡Boum!

2.1K 207 5
                                    


Regina se despertó dulcemente, sorprendida al sentir a Emma moverse bajo ella, hablando en tono bajo con alguien que ella no sabía quién era.

Emma había conducido más de una hora y se había detenido en un terreno aislado de todo, para poder descansar un poco.

Las dos mujeres habían pasado la noche acurrucadas la una contra la otra, en la parte de atrás del escarabajo, acariciándose mutuamente durante largas horas antes de caer en un sueño bien merecido.

Suspirando suavemente, la morena se dio ligeramente la vuelta y pasó su mano bajo el cuerpo de la rubia para estrecharse más a ella, degustando ese abrazo con la sonrisa en los labios. Emma puso su mano sobre la cabeza de Regina y le acarició los cabellos tiernamente.

«Bien, hacemos así. Te veo allí en una hora, el sedante debería mantenerlo dormido hasta entonces» respondió la rubia a su interlocutor mientras pasaba su mano por la mejilla de la morena, que la agarró inmediatamente y la besó varias veces.

«Hasta pronto...yo también papá»

Emma colgó y tiró el teléfono hacia el asiento del conductor.

«¿Has dormido bien?» preguntó a la morena estrechándola en sus brazos

«Mmmm, sí» le respondió Regina sonriendo «¿Qué quería tu padre?»

«Tiene...un pequeño regalo para mí, si se puede decir así. Voy a tener que ausentarme alrededor de dos horas»

La morena se incorporó, una expresión de miedo surcó su rostro.

«¿Me...me vas a dejar sola?»

«¿Qué? Noooo, en absoluto, ¿estás loca?» respondió la rubia hundiendo su mirada en la de su compañera «No dejaría que corrieses el menor riesgo»

«Pero acabas de decir que...»

Emma no dejó que la morena acabara su frase, queriendo tranquilizarla inmediatamente.

«¡Mi padre se quedará contigo!»

Regina sonrió entonces aferrando la mano de la rubia.

«Voy a conocer a tu padre....¡qué honor señorita Swan!»

Emma carraspeó y entrelazó sus dedos con los de Regina.

«De hecho no...sería muy peligroso. Pero estará cerca de ti, sin que tú lo veas. Va a vigilarte, no correrás ningún peligro, pero tendrás la impresión de estar sola. Lo siento, pero no podemos arriesgarnos a que Gold sepa que mi padre nos está ayudando»

«Comprendo» murmuró la morena un poco desilusionada «Me gustaría mucho conocerlo, cuenta mucho para ti»

«Sí...es la única persona que me aceptó de verdad por lo que yo era»

«¿Me lo presentarás un día?»

Emma bajó la mirada y suspiró. Sabía perfectamente que nunca Regina tendría la ocasión de conocerlo, pero no quería apenarla.

«Sí...lo conocerás»

«Háblame de él, por favor» preguntó Regina mientras besaba la punta de los dedos de su rubia.

«Yo...bueno...se llama Marco. Me encontró después de haber matado a mi padre adoptivo. Vivía en la calle desde hacía semanas, estaba sucia, enferma y era muy agresiva. No sé cómo, pero cuando me vio, inmediatamente supo que yo era...especial»

La rubia detuvo su narración y cerró los ojos, recordando aquellos momentos dolorosos que volvían a la superficie.

«Durante más de dos semanas, pasó por donde yo estaba, y me daba algunos dólares para comer. Poco a poco, me dejaba un sándwich, agua...Un día, se sentó a mi lado y me preguntó cómo me llamaba. "Emma Swan" respondí, de manera irreflexiva, sin darme cuenta de que le estaba dando mi nombre a un desconocido»

En pleno corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora