Me llamo Swan

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La carretera desfilaba tranquilamente bajo las ruedas del pequeño escarabajo amarillo, Henry dormía como un ángel en la parte de atrás mientras Emma y Regina charlaban animadamente.

«¿Le puedo hacer una pregunta?» pidió la morena mordiéndose el labio inferior.

«Preguntar siempre puede...nada garantiza que responda» replicó la rubia sonriendo.

«¿Era su padre al teléfono?»

«Sí...y no. No es mi verdadero padre, pero para mí como si lo fuera»

«Oh» respondió Regina un poco incómoda. Realmente deseaba preguntar más detalles, pero el miedo de mostrarse indiscreta la bloqueó, no deseaba que eso levantara una pared entre ellas.

«Tuve una infancia particular...muy difícil, digámoslo. Es lo que me ha conducido a ejercer este trabajo. No es algo de lo que me gusta hablar»

«No quería meterme en lo que no me llama»

«No pasa nada. Hábleme más bien de usted, será más interesante» respondió Emma para cambiar de tema

«¿De mí? Realmente no hay nada tan interesante...»

«Vamos, Regina, una hermosa mujer como usted, experta contable reconocida en la profesión, viviendo en una magnífica mansión con un hijo de diez años, no me diga que no tiene nada que contarme» soltó la rubia dándole un ligero codazo a su compañera para picarla.

Regina sintió que una ola de calor la envolvía. Lo único que había registrado de la frase de Emma era que había dicho que era hermosa. Turbada como una adolescente, balbuceó algunas palabras.

«Yo...euh...sí...en fin...sí yo...gracias...»

Emma no pudo retener una carcajada al ver la turbación de Regina.

«Hábleme del padre de Henry, ¿cómo era?»

Regina reposó su cabeza en la parte posterior del asiento y suspiró.

«Se llamaba Daniel...era un hombre extraordinario, amable, apasionado...Lo amaba más que a nada»

Mordiéndose la lengua, Emma tuvo repentinamente ganas de abofetearse a sí misma.

«Lo siento, Regina, siempre meto la pata, pregunto sin ningún tacto»

«No se preocupe» respondió la morena dulcemente «Ya hice mi duelo y he pasado página. Está siempre conmigo, en mi corazón, pero mi vida continúa. Me ocupó de mi hijo y sigo para delante»

Emma afirmó con un movimiento de cabeza y no pudo evitar hacerle la pregunta que la torturaba desde hacía un tiempo.

«Ehhhh....¿no ha tenido a nadie más en su vida?» preguntó de una manera que esperaba indiferente, pero sus dedos golpeando nerviosamente el volante traicionaban su nerviosismo.

Regina sonrió de lado al ver el estrés que carcomía a la rubia.

«Sí...He tenido algunas aventuras, pero nada serio. De hecho, para decirle la verdad, he dejado de lado al género masculino...»

Emma tragó en seco, sintiendo cómo la invadía el calor, gotas de sudor perlaban su cuello.

«¿Ah? ¿Quiere...decir que...?»

«Que soy lesbiana, sí, es lo que quiero decir» respondió la morena mirando a Emma fijamente.

«Pero...ok...es...es guay...pero...¿cómo usted...?»

Regina no pudo evitar reír al ver la turbación de la rubia que no sabía dónde meterse.

«¿Cómo me pasé a las mujeres? No lo sé, creo que inconscientemente siempre he sentido esa deseo y un día la oportunidad se presentó...y ya está. En fin, sabe de lo que le habló, ¿verdad?»

En pleno corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora