Volvieron a las clases y al finalizar el chófer de Ben los llevó a ambos para dejar a Lena en su casa.
-Pasaré a buscarte en unas horas...- le dijo Ben cuando ella bajó del auto.
-De acuerdo...- respondió y titubeó, sentía que debía decir algo más, pero no tenía idea de qué, así que sólo se marchó.
A primeras horas de la tarde, Ben pasó a buscarla. Helena aún se sentía ansiosa al verlo llegar a su casa, y agradecía que no hubiera ido con el auto y el chófer, eso la incomodaba aún más.
-¿Otra cita? – preguntó Marcos cuando recibió al chico.
-Tarea.-aclaró Ben y ella le dirigió una mirada asesina a su hermano mayor que sonrió inocentemente.
-Entonces supongo que no tengo que decir que la traigas temprano, ni nada de eso.
-Marcos.- le advirtió ella apretando los dientes.
- Está bien. Vayan - les dijo con aire de complicidad.
Helena casi arrastró fuera a Ben.
-¿Cómo está él...? – preguntó el chico mientras caminaban hacia la estación de autobús.
-¿Mi hermano? Bien, ya no toma en estos días, es un alivio no tener que estar preocupada por él o salir corriendo a buscarlo al bar de turno.
-Me alegra que así sea- dijo y en verdad estaba feliz de que el hermano de Helena hubiera recuperado el sentido y dejara de darle malos momentos.
Hablaron de cosas varias mientras duraba el viaje, luego se bajaron y caminaron un par de cuadras, fue entonces cuando Lena notó que estaban cerca de su vieja escuela.
-¿Compramos algo para beber? – preguntó Benedict dado que hacía calor y les quedaba un trecho largo para caminar hasta llegar a su destino.
-Buena idea.
Entraron juntos a una tienda de comestibles y buscaron un par de bebidas y algunos bocadillos. Justo cuando estaban pagando, un grupo de chicas ingreso riendo, la reacción de Lena fue automática. Se puso tensa y todo su cuerpo era una señal de alarma, como si estuviera dispuesta a salir corriendo, en cambio, se refugió detrás de un escaparate para que no la vieran mientras le cobraban a Ben.
-¿Qué suc...? -empezó a preguntar él, pero se detuvo al reconocer a las chicas. Eran las mismas que habían estado en la escuela y la ex amiga de Helena iba delante. Se habían detenido a la entrada.
Pagó de prisa y se acercó a Helena, la tomó por los hombros y la obligó a mirarlo.
-No tienes que saludarlas si no quieres, pero de ninguna manera vas a esconderte. Tú no hiciste nada malo, no tienes culpa de nada ni debes avergonzarte, ¿queda claro? – preguntó mirándola firmemente y ella asintió con la cabeza. Ben le sonrió con calidez, podía sentirla temblar debajo de su agarre , continuó hablándole con voz firme- Ahora saldremos de aquí, Helena. Pasaremos junto a ellas sin que te ocultes, no estás sola, estoy contigo y no dejaré que nadie te lastime.
-Vámonos – dijo ella con cierta urgencia. Ben le pasó un brazo por los hombros y la acercó todo lo posible a él. Luego, juntos, pasaron junto a aquellas chicas y las dejaron atrás. Por primera vez, Helena no temió sus miradas ni sus cuchicheos.
Caminaron un rato así, hasta que Lena se frenó.
-¿Estás bien? – preguntó preocupado
- Sí – respondió ella dándose cuenta que era verdad. Se sentía segura y tranquila gracias a Ben.
-De acuerdo, entonces sigamos, nos están esperando – dijo él y ella lo detuvo.
-Ben...- lo llamó quedándose unos pasos rezagados.
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Conociéndote
أدب المراهقينHelena tiene la reputación de ser la chica mala de la escuela, sin embargo Ben sabe muy bien que las personas suelen pornerse máscaras para esconderse y que las reputaciones, malas o buenas, siempre funcionan como un refugio para ocultar heridas. Él...