10. FIRE

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Ni siquiera sabía dónde estaba cuando por fin me desperté. Tardé un rato en abrir los ojos, ya que sentía que todo mi cuerpo, incluyendo mis párpados, estaba entumecido. ¿Había sido un sueño? Seguramente, fue lo que pensé de inmediato. Abrí los ojos con lentitud, incapaz de ubicar el lugar en el que me encontraba. Fruncí el ceño, dándome cuenta de que aquella era la habitación de Jungkook; aquella en la que me había pasado una tarde entera montando un mueble, antes de que...

Sólo necesité un minuto para darme cuenta de que todo había ocurrido de verdad. El accidente, las confesiones, los besos, los gritos... ninguno de ellos había sido un sueño. Pero aquel falso convencimiento se había formado únicamente en mi cabeza para protegerme de la realidad. Con increíble rapidez, sentí que rompía a llorar en silencio.

Escondí mi cara bajo las sábanas, cerrando de nuevo los ojos, y me empapé de aquellos duros pensamientos que ya volvían a hacer que me doliera la cabeza.

Tras un largo rato que no supe contabilizar, escuché cómo la puerta de la habitación se abría. Intenté hacerme la dormida, pero se me escapó un breve sollozo que mi nuevo acompañante escuchó. Noté su mano sobre mi costado, a través de la ropa de cama.

- ¿Estás... despierta? -escuché la cálida voz de Jungkook, dubitativa. A modo de respuesta destapé mis ojos para mirarle, y parpadeé varias veces. A pesar de que el lugar estaba oscuro tenía que acostumbrarme a la luz que entraba por la rendija de la puerta. El chico, por su parte, pareció alegrarse de verme. Con una sonrisa, se acercó para besar mi frente-. Al fin... estaba realmente preocupado.

- 왜? -cuestioné, aún algo perdida.

- Ya han pasado días desde... ya sabes -carraspeó él-. He estado a punto de volver a llevarte al médico. De verdad tenía miedo de que no despertaras.

- Hmm... -me estiré levemente, intentando desperezarme, a pesar de que aquella confirmación de lo sucedido sólo me habían dado ganas de dormir aún más. No quería volver a toparme de frente con la realidad-. ¿Qué ha pasado con Taehyung? -susurré, notando cómo los latidos de mi corazón hacían vibrar todo mi cuerpo. Tenía que saberlo.

- Está en... bueno -se llevó la mano a la nuca y desvió la mirada-. Está en prisión hasta que se produzca el juicio -suspiró-. Namjoon está intentando encontrar el mejor abogado que pueda, pero la situación es... difícil.

- ¿Difícil? -fruncí el cello, sin saber si estaba preocupada, triste o furiosa-. Sólo fueron unos puñetazos, habréis hecho cosas peores...

- No es sólo eso... al parecer -se mordió el labio antes de continuar. Aquello no le agradaba demasiado, sobre todo porque sabía que me iba a doler-. Hay unas cuantas denuncias a su nombre.

- ¿Denuncias? ¿Por qué? -mi voz sonó ronca así que carraspeé y me intenté limpiar las lágrimas.

- No es sencillo de explicar...

- Sólo dímelo. Tengo que saberlo -espeté. No podía soportar más todo aquello-. ¿Drogas? ¿Alguna pelea?

- Drogas, peleas, robos, y... bueno, hay algo más -la mandíbula de Jungkook comenzó levemente a temblar. Claramente no quería hablar de ello.

- Jungkook... -comencé, sintiendo que mis energías volvían a agotarse poco a poco. ¿Tan grave era? Todo había sido un malentendido. Si me hubiera escuchado... si Taehyung me hubiera escuchado, me habría comprendido, y seguiríamos juntos. Al menos, intenté convencerme de aquello-. No puede ser tan grave. Dímelo, por favor...

- Es grave, Hailey -sus facciones se tensaron y se tornaron serias-. Muy grave.

- No lo creo -me negué a aceptar sus palabras.

Young Forever » TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora