14. Moving On

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Aquella mañana me levanté sintiendo que había pasado la mejor noche de mi vida. Habría deseado repetirla en bucle durante toda la vida, y lo habría hecho si hubiera podido. Parpadeé levemente y me encogí un poco más debajo de las sábanas. Busqué con la mano a Taehyung, encontrándolo justo a mi lado. Mi palma se posó sobre su pecho, que subía y bajaba tranquilamente a causa de la respiración. Alcé la vista para mirarle, y no pude evitar sonreír.

Me acurruqué un poco más a su lado intentando no despertarle. No sabía qué hora era, pero me daba igual. Estaba completa con aquella imagen. No necesitaba nada más en la vida...

Unos golpes que me sobresaltaron sonaron en la puerta principal. Me incorporé por el susto, haciendo que Taehyung se removiera levemente en la cama.

— Cinco minutos más... —susurró.

Yo respondí sonriendo y dándole un beso en la frente para después saltar de la cama e ir directa a la puerta. ¿Quién se suponía que llegaba a la casa de alguien y empezaba a aporrear la puerta sin avisar? Recé porque fuera Hobi o Jimin, pero mis sospechas se arruinaron en cuanto entorné levemente la puerta.

— Oh, eres tú... —susurré al ver a Jungkook tras la puerta.

— ¿Puedo pasar? —dijo él y agachó la cabeza. Levantó una mano en la que sostenía una bolsa de plástico—. Traigo comida.

— ¿Comida? —cuestioné, restregándome los ojos. ¿Ya era tan tarde? Al parecer sí.

— Sí, verás... —el chico carraspeó—. Quería que habláramos sobre el tema de V. Prometo no entrometerme, pero quiero que sigamos siendo amigos.

Sin pensarlo demasiado asentí, adormilada, y abrí la puerta. Sólo cuando Jungkook puso un pie sobre el hall del piso, me di cuenta de que Taehyung también estaba allí. Inmediatamente me interpuse en su camino.

— ¿Por qué no comemos fuera mejor? —cuestioné, atropellando cada una de mis palabras con la anterior—. Me arreglo en un minuto, lo prometo.

— No hace falta, ya tenemos comida —dijo sonriendo y agitando la bolsa—. Además, estás guapa así.

Dio un par de golpecitos en la cumbre de mi cabeza y me adelantó para entrar en el salón y dejar la bolsa sobre la mesa. Tragué saliva y corrí de puntillas hasta donde estaba él, viendo cómo se sentaba. Agité la cabeza, sin saber muy bien qué hacer.

— Te he traído comida china. Sé que te gusta —dijo él, ensimismado en sus pensamientos y destapando un par de botes de plástico.

— Gracias, Jungkook... —dije yo, aún en trance por el marrón en el que me acababa de meter—. Por cierto... ¿por qué no viniste ayer a ver a V? Sois amigos, al fin y al cabo... —comencé a hablar cuanto antes. Tenía que arreglar aquello antes de que los dos chicos se encontraran y la situación se rompiera en mil pedazos.

— Estaba muy enfadado, pero... me he dado cuenta de que no tenía por qué —se encogió de hombros mientras seguía sacando palillos y salsas de la bolsa—. Luego iré a verle. Quería arreglarlo primero contigo —dio un par de palmadas a su lado para que me sentara con él, pero me quedé completamente quieta. Él sonrió al ver que aún seguía en shock, y soltó una breve carcajada.

— Jungkook... V... —tragué saliva—. V está...

— Espera —dijo él, y se levantó. Tomó mis manos haciendo que aún me sintiera más tensa con aquella situación—. Quiero hablar primero —suspiré y asentí—. Te dije que te esperaría, y en parte lo haré. Sé que le quieres, pero me cuesta perder la esperanza... yo... —resopló—. Ya sabes lo que siento por ti...

Young Forever » TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora