- Vamos nena.- dije poniéndome el último zapato.
- Vamos.- Dijo tímida.
- Dios, todo saldrá bien.- Dije mirándola.- ¿O no Harry?
- Pero claro que saldrá bien, tú eres la mejor en esto.- Dijo él, ella sonrió.
Tenía unos leggins negros cortitos que le quedaban apretados, una camisa mía que abotonó completa por lo que no se veía el short, era negra, y unas Vans azues eléctrico.
- Vamos, modelito.- Dije, ella rió.
Tomó mi mano, rodeó a Harry con un brazo, salimos, nos montamos en el BMW y partimos.
Cuando llegamos Harry se fue a buscar nuestros asientos mientras yo llevaba a mi chica a su lugar.
-¡Latina! - Dijo el diseñador.- ¡Mi chica dorada!
- Hola.- Saludamos.
- Ve a cambiarte, querida, empezamos en 5.- Dijo él, le dió dos besos y se fue.
- ¿Y si sale mal? ¿Viste cómo me miran las demás? - Dijo con las manos en mi chaqueta.
- Saldrá bien, hermosa, te miran mal por la envidia que te tienen.- Le sonreí acariciando su mejilla.
- Está bien.
- Confía en tu sexy forma de caminar.- Dije riendo, rió.
Se volteó y se fue, sonreí, caminé hacia nuestros asientos, Harry me esperaba, tenía un jugo de naranja, me tendió un vaso.
- Está nerviosa.- Dije.
- Se le pasará, además, ella es la última.- Dijo, asentí.
- No sé por qué es que le dan verguenza sus tatuajes, el que tenga tattos no tiene que ver en la pasarela.- Dije frunciendo el ceño.
- Es por que todas aquí son unas anorexicas.- Dijo el, reí, la apoyaba mucho.- Ella es más llenita, en el buen sentido, mientras que las modelos aquí tienen unos muslos de pollo, ella los tiene de muerte.
- Buen punto.- Dije chocando los puños con él.
Sonó la música, empezaron a salir de una en una, el diseñador se había presentada mientras Harry y yo hablábamos, salió una chica con un lindo vestido, según yo.
- Es un lindo vestido.- Dijo una chica a mi izquierda, la miré, era una rubia con más operaciones que vida, asentí.
- Si, muy lindo.- Dije amargo.
- ¿Tú que haces por aquí... Liam? - Dijo sonriendo coqueta.
- Estoy apoyando a mi mujer, ¿Tú?- Dije.
- Soy modelo, tengo que estar en estos eventos.- Dijo, asentí sin prestar atención.
Salieron unas 8 chicas más y luego salió mi chica, con un vestido largo de encaje, con un buen escote, negro, lápiz labial rojo, tacones de muerte, ay mamacita.
- ¡Wohooo! - Gritamos Harry y yo, su sonrisa se hizo más grande mientras caminaba.
Entró, luego salió el diseñador con ela agarrada a su brazo, agradeció, hicieron una pequeña reverencia y volvieron a irse.
Harry y yo nos paramos y fuimos hasta estar delante de donde salen las modelos.
- ¿Quién es tú chica? - Preguntó la misma modelo de hace un rato, estaba un poco inclida hacia mi, dejándome ver su escote, aunque yo estaba pendiente en buscar a mi chica.
- Es...
- Soy yo, chiquita, gracias por tratar de entretener a mi chico pero ya llegué así que te puede ir por donde viniste.- Le dijo mi chica acercándose a nosotros.
- Pero que...- Empezó la rubia.
- Maleducada, lo sé.- Respondí sonriendo.
La rubia se volteó y se fue caminando.
- Estuviste asombrosa.- Le dije abrazándola por la cintura, sonrió.
- ¿Si?
- Fuiste la reina de la noche nena, claro que estuviste asombrosa.- Sonrió, me dió un pico.
- Gracias.
- Dios, eres tan hermosa.- Dije mirándola.
- Oh, no.- Frunció el ceño, me acerqué mucho a ella.
- Deja tus inseguridades, tú eres perfecta.
La besé.
- Te amo.
- Yo más, mi gruñosa.- Sonrió y me volvió a besar.
- Dios, cuanto te amo.- Dijo sonriendo.
Sonreí, ¿más feliz que yo? Nadie.