Capítulo 7

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Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas.

Dereck

La miró sumamente feliz.

Desde que la traje aquí no hace nada más que guardar silencio, ni si quiera comería si yo no la obligará.

Pero ella me miró y me habló, fueran palabras tan cortas y simples, pero aun así pude fijarme que tiene la voz más preciosa que he escuchado.

Su voz es delicada y dulce.

Podría pasar horas escuchando su melodiosa voz.

Pero dudo que ella quiera volver a pronunciar alguna palabra.

Ella mira al piso y su rostro se empieza a poner rojo de la vergüenza lo cual me provoca un poco de gracia.

Después de estar un rato abrazándola y soltar una que otra lágrima de felicidad me levantó del piso ya que ella estaba sentada y para poder abrazarla tuve que hincarme.

-no me pidas disculpas, tu puedes mirarme, hablar y tocarme. Yo soy tuyo como tú eres mía-le digo después de meditar las palabras que había dicho.

Veo como ella niega con la cabeza, pero no dice nada.

-vamos Leina háblame, te puedo dar lo que tú quieras para que seas feliz sólo pídemelo, te juro que si lo intentamos podemos ser felices juntos-le digo con ilusión en mi voz.

Vamos quien diría que YO el REY me estaría humillando frente a una humana.

Aunque en mi defensa es la chica más linda de todo el mundo.

Me tiene prisionero de tanta ternura y amor por ella.

Definitivamente le debo agradecer a la diosa por darme una mate tan perfecta y sólo para mi.

Sólo mía.

-querrás decir nuestra-habla mi lobo interior.

Lo ignoro y vuelvo a la realidad.

Leina está mirando un punto a lo lejos. Me rindo al darme cuenta de que ella no me va a contestar. Pero grande fue mi sorpresa cuando su melodiosa voz se escucha, pero dice las palabras más crueles y dolorosas que pude haber escuchado en mi vida.

-déjame ir-dice y yo la miró con expresión dolida y furiosa.

-jamás te irás de mi lado Leina. Me puedes pedir todo menos alejarte de mi lado. Tienes que estar conmigo hasta el último de tus días porque eres mía-le dije furioso saliendo del comedor sin haber probado ni un bocado de la comida que había en la mesa.

Estaba furioso, dolido era una mezcla de sentimientos que me volvía loco.

(***)

Corro feliz hasta mi casa.

Mamá me dijo que necesitaba decirme algo importante después de mi entrenamiento.

Sin saber porque mientras me acercaba me ponía más nervioso y un mal presentimiento se instalaba en mi corazón. Cuando estaba más cerca distinguí un olor putrefacto que me confundió.

Aumente mi velocidad hasta llegar a mi hogar. Pero al llegar me encontré con la imagen más horrorosa que jamás vi.

Un hombre completamente pálido ahorcaba a mi madre contra la pared. Mama estaba cubierta de heridas y sangre.

Sentí mis ojos picar y mis manos temblar de la impotencia.- ¿mami? -dije asustado.

Ella me miró preocupada y movió sus labios diciendo casi imperceptibles palabras.

Amarrada a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora